En silencio pero de manera sostenida se está produciendo un movimiento de técnicos y profesionales del sector petrolero de la histórica cuenca del Golfo San Jorge, ubicada en el norte de Santa Cruz y sur de Chubut, hacia Neuquén. Allí, en Comodoro Rivadavia, se descubrió hace casi 120 años el petróleo en la Argentina. Son personas que se mudan solas o con sus familias en búsqueda de seguir trabajando en la industria petrolera, pero ahora en Vaca Muerta.
Esta migración se debe a que la formación de hidrocarburos no convencionales de Neuquén se está llevando todas las luces y las inversiones. El desarrollo de Vaca Muerta recién está comenzando y ya representa casi el 60% de la producción total de petróleo de la Argentina y el 70% de gas natural.
Por otra parte, Chubut y Santa Cruz, que supieron ser responsables de buena parte de la producción de hidrocarburos del país, desde hace algunos años vienen en un declino productivo. Hoy el Golfo San Jorge representa el 30% del crudo argentino. Los barriles que salen de esta cuenca todavía son significantes, pero Vaca Muerta va a seguir creciendo y el peso total va a ser cada vez mayor.
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El declino productivo del Golfo San Jorge es natural. Los últimos cinco años fueron de baja sostenida. Para que el golfo se mantenga es necesario inversiones y tecnología. Pero la gran mayoría de las inversiones en el sector petrolero también se mudan a Neuquén: este año las operadoras hundirán US$ 11.500 millones y desde 2013 Vaca Muerta suma US$ 47.000 millones en inversión.
En sintonía inversa, entre enero y junio el Golfo San Jorge tuvo una tasa de declino productivo de 4,6% en comparación al mismo período de 2023, según la consultora Economía y Energía dirigida por Nicolás Arceo. Las regalías en Chubut y Santa Cruz caen al mismo ritmo que la producción de petróleo.
La actividad del Golfo San Jorge se apoya principalmente en el mantenimiento de los pozos y no en nuevas perforaciones. Las compañías que operan en esta cuenca aplican técnicas sofisticadas para seguir produciendo. La que marca la cancha en esta zona es Pan American Energy (PAE) de la familia Bulgheroni, que produce crudo en la histórica área Cerro Dragón, cerca de Comodoro Rivadavia, donde llevan perforados más de 4.300 pozos y produce entre 70.000 y 80.000 barriles diarios de petróleo (bdp).
Otro campo importante cerca de Comodoro es Manantiales Behr, un área histórica de YPF que hoy alcanza los 27.000 bdp. Allí, YPF también opera un enorme parque eólico que, con 30 aerogeneradores, es el de mayor rendimiento energético del país.
YPF aceleró
El Proyecto Andes que YPF lanzó este año de la mano de la conducción de Horacio Marín, CEO y presidente de la compañía, aceleró el cambio. El foco de YPF es Vaca Muerta, salvo excepciones como Palermo Aike (exploración en no convencional en Santa Cruz junto a CGC de Eurnekian) y la incipiente exploración offshore.
Se trata de la retirada parcial de YPF del histórico Golfo San Jorge (también de Tierra del Fuego, Río Negro, Mendoza y Neuquén). Son campos maduros que tienen una producción marginal y que YPF prácticamente no venía invirtiendo. Las compañías que compraron o van a adquirir esas áreas intentar repuntar la producción.
“En la Cuenca del Golfo San Jorge la migración de trabajadores de la industria hacia Vaca Muerta es ya un hecho de ritmo irrefrenable. Desde que se anunció el objetivo de YPF por centrarse en el play neuquino, no fueron pocos los técnicos del sector que decidieron mudarse a Neuquén”, señala el último informe de Paspartú, la consultora especializada en energía y dirigida por Juan José Carbajales.
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En diálogo con El Destape, Carbajales indicó que “YPF avanza en un plan de desinversión en áreas maduras que está en carpeta hace años. Son yacimientos que tienen una productividad que no equipara a sus mayores activos en Vaca Muerta”. Y agregó que “YPF quiere una salida ordenada. Es un objetivo complejo por los volúmenes, la cantidad de áreas y recursos humanos en juego. Pero implica el ingreso de nuevos actores a la industria”.
Chubut
Pecom, la empresa de la familia Pérez Companc, se quedó con las áreas de YPF en Chubut. Los también dueños de Molinos Río de la Plata y Molinos Agro le prometieron al gobernador Ignacio Torres que volcarán US$ 200 millones en tres años para recuperar un 15% la producción de crudo en esas áreas.
“Nacho” Torres ya eliminó los aranceles para importar polímeros, que es un insumo fundamental para la recuperación terciaria, una forma de extraer petróleo convencional en campos maduros como los de Chubut (recuperación primaria es por presión natural del pozo y recuperación secundaria es por presión de agua o gas).
Santa Cruz
En Santa Cruz el panorama del proyecto Andes de YPF es distinto. Serían alrededor de 25 áreas que todavía no se vendieron y la compañía podría revertirlas a la provincia. Las negociaciones con el gobernador Claudio Vidal están estancadas. En el norte de la provincia representan 2.500 puestos de trabajo. “Lo que sí se sabe es que las operaciones de YPF en la mayoría de estos bloques han ido a pérdida. La petrolera estatal invirtió en la provincia durante 2023 aproximadamente US$ 400 millones, pero en la mayoría de los pozos los resultados fueron antieconómicos”, remarca el informe de Paspartú.
La consultora añade que el costo de desarrollo promedio que el último año exhibió YPF en la provincia estuvo por encima de los 45 dólares por barril, cuando para ser rentable no debería superar los 30 dólares. “Santa Cruz sería una de las provincias más perjudicadas por el retiro de YPF, tanto en términos productivos como sociolaborales”, concluye el informe.
El panorama en Santa Cruz puede profundizarse también por la paralización de la obra pública, la amenaza del gobierno nacional al Yacimiento Río Turbio (2.200 trabajadores) y la paralización de las represas hidroeléctricas Kirchner y Cepernic por falta de acuerdo con China (3.000 trabajadores). Son casi 10.000 trabajadores en una provincia que apenas supera los 300.000 habitantes.