Gasoducto Néstor Kirchner: con el nuevo gas de Vaca Muerta podría incrementarse la producción de fertilizantes

Con el nuevo gas de Vaca Muerta, transportado por el gasoducto Néstor Kirchner, podrían sustituirse importaciones de fertilizantes por 700 millones de dólares. 

07 de julio, 2023 | 21.44

Todo tiene que ver con todo. Esta frase bien podría aplicarse a la relación entre las bondades del nuevo Gasoducto Néstor Kirchner y la producción de fertilizantes para el sector agropecuario. El gas natural es una materia prima utilizada en industrias como la de los plásticos y los fertilizantes. Es decir, en diferentes procesos de agregado de valor industrial. Con los nuevos volúmenes de gas que saldrán de Vaca Muerta, el Gobierno podría destinar una parte para incrementar la producción de un insumo clave para el agro como lo es la urea. Esta es la hipótesis central de un informe elaborado por RIA Consultores. “Se podrían ahorrar 700 millones de dólares por sustitución de importaciones”, explicaron.

El país necesita alrededor de 6 millones de toneladas de fertilizantes por año, cantidades que varían según los volúmenes totales de cada cosecha. De ese total de insumos, una tercera parte corresponde a la urea. Si bien se fabrica en el país, su oferta no llega a cubrir la demanda necesaria. “El crecimiento de la producción granaria precisó que se complementara la producción nacional de fertilizantes con nuevas importaciones, que le exigieron al país divisas por 1500 millones de dólares en los últimos 2 años”, analizó Javier Preciado Patiño, director de RIA Consultores.

El nuevo gasoducto transportará inicialmente 11 millones de metros cúbicos diarios de gas. Este volumen equivale a 4,4 veces más gas de lo que consume diariamente la planta de urea ubicada en Bahía Blanca (Profertil). “La planta local de fertilizantes tiene una capacidad de elaboración de hasta 1,4 millón de toneladas. El faltante se importa. Pero si el nuevo gasoducto liberase 2,5 millones de metros cúbicos diarios de gas con destino exclusivo para la industria de los fertilizantes se podría duplicar la producción nacional de urea, llevándola a 2,8 millones de toneladas anuales. Se podría cubrir todo lo necesario para la producción local e incluso quedaría un remanente para su exportación”, puede leerse en el informe citado.

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De darse esta situación casi ideal, el ahorro inmediato por una menor importación sería de 700 millones de dólares. Incluso, con estos volúmenes – que no dejan de ser una proyección – quedaría un remanente de 600.000 toneladas de urea por año para exportarse. A los precios actuales, serían 220 millones de dólares adicionales en exportaciones.

“La disponibilidad de más gas puede producir más urea, lo que genera un círculo virtuoso en términos de sustituir importaciones de fertilizantes, resguardar divisas para otros sectores de la economía que los están demandando y, lo que no es menor, garantizarle el abastecimiento de ese insumo fundamental a los productores argentinos, más aún si se toma en cuenta el contexto global de alta competencia entre los países para hacerse de los fertilizantes que se comercializan  en el mundo”, concluyó Patiño.

Más trigo

Luego de la tormenta, una nueva cosecha. Las primeras estimaciones para la producción de trigo 2023/24 indican un potencial de 16,2 millones de toneladas. La recuperación entre cosechas es de un 40% aunque representa la segunda menor producción en 8 años.

“Las precipitaciones de la segunda mitad de mayo salvaron la siembra de la nueva campaña triguera, y lo que pintaba inicialmente a ser una caída abrupta de área entre campañas, ahora se proyecta que sea una baja cercana al 5%. Así, con una proyección de siembra de 5,6 millones de hectáreas y una recuperación esperada en los rindes, la estimación de producción se ubicaría en 16,2 millones de toneladas”, indicó un reciente informe de la Bolsa de Comercio de Rosario.

De lograrse este guarismo, las exportaciones podrían alcanzar las 9,5 millones de toneladas, es decir, un 120% por encima de la campaña actual. A valores actuales, representarían 2.375 millones de dólares.

La molienda en ascenso 

Entre enero y mayo de este año, la molienda de maíz para feedlots y granjas –forraje que sirve para alimentar las cadenas cárnicas - se incrementó un 25% en relación al mismo período de 2019. A su vez, la industrialización del trigo pan se encuentra por encima de los valores registrados durante el macrismo. Incluso, en los primeros cinco meses del año la molienda para pan supera a la del año pasado. Según estimaciones de la Bolsa de Comercio de Rosario, la actual campaña triguera alcanzaría las 16 millones de toneladas, con un potencial exportable de 9 millones de toneladas valuadas en casi 2500 millones de dólares a los valores actuales.

En los primeros cinco meses del año, la molienda de maíz llegó a las 3.127.802 toneladas, un 4% más que lo registrado en el mismo período del año pasado y un 24% arriba de los valores de 2019 para el mismo período (2,5 millones de toneladas). La industrialización de este grano es traccionada por la fabricación de alimentos balanceados destinados a los tambos, feedlots, granjas porcinas y avícolas.

En el período 2020-2023, durante los primeros cuatro meses de cada año el promedio de producción de carne porcina fue de 235.000 toneladas, frente a las 182.000 toneladas registradas en 2016-2019.

La carne porcina funciona como sustituta y complemento de la vacuna. En 2019, el consumo promedio per cápita por año era de 53 kilos, mientras que para este año se estiman 50 kilos por persona. Esto representa una caída del 5% en relación al último año del macrismo pero una mejora en relación al año pasado, según las estimaciones de la Cámara de la Industria y Comercio de Carnes y Derivados de la República Argentina (Ciccra).

También se registró una mayor molienda de trigo pan, a pesar de la baja producción triguera para este año. Para los primeros cinco meses del año del período 2020-2023, la molienda registró un alza promedio del 6,4% en relación al período macrista. Incluso, este año se molió más que el año pasado para la misma fecha.