El Banco Central Europeo (BCE) dispuso un nuevo incremento en sus tasas de interés de 25 puntos porcentuales, con el objetivo de frenar la inflación en la zona del euro ante el “panorama de una inflación demasiado alta”. Misma decisión tomó la Reserva Federal de Estados Unidos (FED), lo cual aumenta el temor por la venida de una recesión internacional. Aunque Argentina no tiene acceso a los mercados financieros mundiales, hay daños colaterales.
Con esta suba –más moderada que la de marzo último de 50 puntos-, las tasas del viejo continente suman siete incrementos, que acumularon 375 puntos desde julio pasado, y alcanzaron el nivel más alto desde noviembre de 2008. Como consecuencia de la modificación, la tasa de interés para las operaciones de financiación, la de depósito y la de facilidad de préstamo subirán a 3,75%, 3,25% y 4%, respectivamente, tal como anticipaban las estimaciones de los economistas.
“Frente a las actuales presiones inflacionarias, el Consejo Gobernante decidió hoy aumentar las tres tasas de interés de referencia del BCE en 25 puntos básicos”, informó el BCE a través de un comunicado. Si bien el dato inflacionario se moderó en los últimos meses, el índice subyacente –que no tiene en cuenta los valores volátiles de la energía y los alimentos- acumuló diez meses consecutivas de suba y apenas bajó una décima en abril.
El impacto de las subas de tasas en Argentina
La reunión del FOMC -comité que nuclea a los principales miembros de la Reserva Federal, encargados de definir la política monetaria del país- estableció un nuevo aumento en la tasa de política monetaria de 25 puntos básicos. De esta forma, se ubicó en el rango de los 5%-5,25%, la más elevada desde 2007. Este nivel también coincide con el valor al cual la tasa había llegado antes de que la crisis subprime estallara durante los años 2008 y 2009.
Si bien Argentina se encuentra aislada de los mercados financieros globales, sigue siendo relevante las diferentes vías de daño colateral, en particular la vinculada al canal comercial.
Menor demanda
El ingreso de Estados Unidos a una recesión o, peor aún, hacia un hard-landing -una caída más brusca- implicaría un shock negativo para la demanda por nuestros productos importados por parte de un país que es el tercer destino de las exportaciones argentinas.
Crisis financiera
Una crisis financiera contagiaría a los mercados internacionales, lo que podría derivar en una abrupta caída de la actividad en las economías desarrolladas, una baja en la demanda de importaciones y un agudo descenso del precio de las commodities.