Al cabo de 23 meses de gobierno de Néstor Kirchner, los salarios del grueso de los empleados, medidos por la remuneración promedio sujeta a aportes al sistema previsional, es decir aquellos que se encuentran bajo relación de dependencia y han sido declarados en forma continua durante los últimos 13 meses, habían experimentado un record de suba, con un 22 por ciento de aumento real. En cambio, al cabo del mismo lapso del gobierno de Cristina, que estuvieron atravesados por la crisis mundial de las hipotecas, estos salarios no experimentaron subas, aunque sí lo hicieron promediando el segundo de sus dos gobiernos, con una suba de ocho puntos porcentuales. Por su parte, y pese al mega endeudamiento, los salarios se mantuvieron congelados al cabo de dos años de gobierno de Mauricio Macri, mientras que experimentaron una suba de solo dos puntos entre el comienzo del gobierno de Alberto Fernández y la actualidad.
Los datos sobre la evolución del bolsillo -"la víscera más sensible", según Perón- se desprenden del último informe del Observatorio Económico Regional Urbano de la Universidad Nacional de Cuyo, el cual incorpora además la evolución de los mismos medidos en dólares, otras de las formas que en Argentina cobra relevancia el valor del salario.
En este caso, las variables se asemejan, con las diferencias del primer mandato de Cristina, donde al cabo de 23 meses y pese a tener congelado su suba real, los salarios medidos en dólares habían experimentado un aumento del 12 por ciento, así como los del período que pasó desde el inicio del gobierno de Alberto Fernández a la actualidad, donde más allá de los dos puntos de aumento de poder adquisitivo, subieron un 19 por ciento en dólares a cotización oficial, aunque bajaron 17 puntos si se tiene en cuenta el valor del Contado con Liquidación, en un contexto donde el dólar oficial está restringido a un cupo de 200 mensuales y no para la totalidad de los empleados registrados.
En cambio, durante los demás períodos iniciales de gobierno, la evolución en dólares guarda correlación la evolución del poder adquisitivo local, pues en los 23 meses iniciales de Néstor Kirchner la suba en dólares fue del 22 por ciento, en la primera parte del segundo mandato de Cristina aumentaron un 20 por ciento, mientras que durante el inicial período de Mauricio Macri experimentaron la menor suba de toda la serie, con solo un 7 por ciento.
Incidencia en las elecciones.
La mitad de término de un mandato resulta un buen termómetro para definir el perfil de un gobierno, pero es en el mes 21, es decir, antes de las elecciones primarias, el momento en que los ciudadanos pueden expresar su opinión en las urnas. Por eso, resulta interesante ver que sucedió también en ese lapso, para el cual el Observatorio analizó estos guarismos salariales, lo que lleva a una sorpresa en relación al nivel salarial en el mes previo al acto electoral y los resultados posteriores de las urnas.
En efecto, previo a las elecciones de medio término, los asalariados registrados habían experimentado una suba real de sus ingresos del 17 por ciento durante el gobierno de Néstor Kirchner, del 5 por ciento durante la primera presidencia de Cristina Kirchner y de 8 por ciento durante su segundo mandato. Estos crecimientos se redujeron considerablemente en el actual gobierno, con solo un punto de incremento, pero en todos los casos fueron mayores a los del gobierno de Mauricio Macri, el único de la serie que produjo una caída real de los salarios, del uno por ciento.
Por eso, solo se puede encontrar una correlación entre las elecciones de medio término de Néstor Kirchner y su impacto en la economía, pues el gobierno de Cristina, que generó dos considerables subas salariales durante los primeros dos años de sus mandatos, perdió ambas elecciones legislativas, mientras que Macri, el único que antes de las elecciones había generado una caída del salario real en sus primeros 21 meses de mandato, triunfó en las elecciones de medio término. El caso de Alberto Fernández podría igualarse con los de Cristina, aunque el bajo nivel de aumento tiene mayor correlación con la derrota que sufrió en las últimas elecciones.
La cotización del salario en dólares también resulta importante a la hora de analizar el impacto salarial en la decisión electoral, toda vez que para parte de los trabajadores registrados, la posibilidad a acceder a dólares para atesoramiento o turismo inclina también la balanza en la evaluación.
Sin embargo, los resultados poseen un mayor interés estadístico que para analizar el resultado electoral, ya que se repiten fenómenos similares a la trayectoria de los salarios reales a pesos constantes. En efecto, si bien la suba de un 20 por ciento en dólares tuvo como correlato la victoria de los candidatos de Néstor Kirchner en 2005, los aumentos del 13 por ciento y 20 por ciento antes de las legislativas de 2009 y 2013 respectivamente, no tuvieron como derivación la victoria de las listas de Cristina Kirchner. En contraste, el gobierno de Mauricio Macri propició, por lejos, la menor suba en dólares de los salarios registrados, de solo el 3 por ciento, pero se alzó con un triunfo en 2017. En el caso de Alberto Fernández, la suba fue del 12 por ciento, pero contemplando el “cepo”, el estudio analiza también que sucedió con el dólar Contado con Liquidación. Allí, cayó un 19 por ciento.
Si bien el estudio no contempla a los trabajadores no registrados, que son un 35 por ciento del total, ni a los jubilados, el hecho de que abarque a la mayor parte de los argentinos que cuentan con un ingreso permite un interesante acercamiento al perfil de cada gobierno, así como también al escaso vinculo que hay entre las condiciones materiales del grueso de la población y su respuesta electoral, lo que permite ver lo clave que resultan los aspectos culturales a la hora de decidir el voto.