Retenciones: las cuentas que favorecen al conglomerado agroexportador

17 de marzo, 2022 | 00.05

“Ninguna de las medidas que estamos analizando es la suba de las retenciones al maíz, soja y el trigo”, sostuvo la portavoz del gobierno, Gabriela Cerruti, despejando de esta forma los indicios de que el gobierno optaría por esta medida para controlar el aumento en el precio de los alimentos que, de acuerdo al INDEC, sufrió una suba del 7,5 por ciento en febrero; incluso considerando que la guerra, que influyó en una suba acelerada de las materias primas a nivel global, comenzó recién a fines de ese mes.

Si bien se especula que finalmente se elevarían dos puntos las retenciones al aceite y la harina -lo que le permitiría al fisco reducir puntualmente los aumentos de estos dos comestibles y recaudar además cerca 400 millones de dólares- el solo hecho de cerrar temporalmente las exportaciones de estos dos productos provocó que sectores de la oposición hicieran fuertes declaraciones. Por caso y sin esperar un anuncio concreto, la Mesa de Enlace -que agrupa a las patronales agropecuarias- emitió un comunicado en el que planteaba que “no hay ningún margen para que sigan expoliando a los productores”. Al mismo tiempo, el presidente de Confederaciones Rurales Argentinas, Jorge Chemes, señaló que una aplicación de retenciones móviles sería una “declaración de guerra contra el campo”.

En tanto, la alianza Juntos plegó su voz a la de estas organizaciones cuando tampoco se habían realizado anuncios: "Con el campo, no", salió en primer lugar María Eugenia Vidal, mientras que Horacio Rodríguez Larreta sostuvo que era una “pésima noticia el cierre de exportaciones de aceite y de harina de soja, así como el potencial aumento de retenciones”. Esto estuvo en línea con lo que había expresado en la feria “Expoagro 2022”, donde se posicionó en contra del aumento de las retenciones: "Las retenciones, incluso, deberían bajar. Debemos tener un sendero de reducción de las retenciones hasta que desaparezcan. Esperemos que el rumor de una suba no sea verdad”, dijo Rodríguez Larreta.

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Sin cambios


De esta forma, las retenciones seguirían quedando lejanas a los montos en las que las fijó Néstor Kirchner en noviembre de 2007, porque con la llegada de la Alianza Cambiemos sufrieron algunos recortes, que posteriormente fueron morigerados por pedido del FMI a este espacio político. Además, en 2019 fueron levemente modificadas por el actual gobierno. 

Haciendo un repaso histórico, desde que el gobierno de Eduardo Duhalde reimpuso los derechos de exportación o “retenciones”, estas fueron aumentando progresivamente durante el gobierno de Néstor Kirchner -que las llevó al 35 por ciento para la soja, al 32 para el girasol y al 28 para el trigo y maíz-. Si no se aplicó un mayor aumento en los períodos de auge en la cotización internacional de los granos, fue debido la derrota legislativa sufrida en 2008 por Cristina Kirchner. 

En cambio en 2015, la alianza Cambiemos decretó la eliminación total de los derechos de exportación para el trigo, el maíz y el girasol, mientras que descendió las de la soja del 35 al 26 por ciento. Sin embargo, revirtió este proceso en 2018 cuando, ya en corría el préstamo del FMI, el organismo internacional le exigió al macrismo el fortalecimiento de la recaudación fiscal vía mayores retenciones. 

Así se fue modificando la fórmula y al término del gobierno de la alianza Cambiemos las retenciones a la soja se situaron en un 30 por ciento y al trigo, maíz y girasol en un 12. Ya en 2019 y producto de la Ley de Solidaridad se registró una leve suba del diez por ciento a las retenciones de un cuarto de las exportaciones de soja, pues solo se opera para quienes exportan más de mil toneladas.

Sin embargo, se fijó el porcentaje de aquel entonces para las restantes exportaciones de soja, el trigo y el maíz, e incluso se lo bajó al siete por ciento para el girasol. Es decir, nunca se regresó a los valores del 35 por ciento de retenciones para la soja, 32 para el girasol, 28 para el trigo y 25 para el maíz. Incluso, cuando estos valores eran significativamente inferiores a la actualidad. Pues en 2015 la tonelada de soja rondaba los 330 dólares frente a los 626 actuales, la de girasol 380 frente a los 700 actuales, la de trigo 190 en comparación a los 400 actuales, y la de maíz 150 en contraposición a los 285 actuales. 

Un argumento que sostienen los economistas ligados a la alianza Juntos y a las patronales agropecuarias, es que el dólar oficial está menos apreciado que entonces; es decir, que su conversión a pesos proporciona menor poder adquisitivo del que otorgaba en el momento en que las retenciones eran más altas. Lo cierto es que, de acuerdo al Índice de Tipo de Cambio Real Multilateral (ITCRM) que elabora el Banco Central, el valor actual del dólar oficial está dentro del promedio de la última década, exceptuando los picos devaluatorios de 2018 y 2019, o el pico de apreciación de 2015. Incluso en 2015, pese al tipo de cambio y el monto de retenciones, se batió la cosecha récord hasta aquel momento, con 110 millones de toneladas. De hecho, el decreto 133/2015 del macrismo, señalaba en relación a la soja, el principal cultivo y cuya retención era la más alta, que se había experimentado "el aumento del área sembrada y la cosecha récord de la última temporada". 

Nada de ello impidió la baja de sus derechos de exportación, que pese al considerable aumento de las materias primas jamás volvieron a los niveles previos, y sobre los cuales el actual gobierno confirmó que no se analiza modificar.

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Julián Blejmar

Graduado en Comunicación y Economía por la Universidad de Buenos Aires y la Facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales.

Desarrolló su labor como periodista económico en las publicaciones Página/12, Miradas al Sur, Forbes, y como columnista económico en los noticieros del canal CN23. Autor del libro “José Ber Gelbard”, Universidad de General Sarmiento, 2019.