La economista Felisa Miceli, quien supo ocupar el cargo de ministra de Economía durante la gestión de Néstor Kirchner tras el desplazamiento de Roberto Lavagna, afirmó en diálogo con El Destape que deberían eliminarse muchos beneficios fiscales al sector privado para financiar una suma fija para todos los trabajadores y trabajadoras. También abogó por un conjunto de modificaciones en el mercado cambiario para evitar que los dólares de las exportaciones encuentren canales de fuga. Con una mirada muy crítica hacia la gestión de Alberto Fernández, la economista, que integra el Foro Economía y Trabajo, sostuvo que el Gobierno se dejó avasallar por el sector privado.
-La mitad de la deuda del sector privado fue generada entre empresas de un mismo grupo. Esto fue señalado por la vicepresidenta Cristina Fernández de Kirchner como un posible canal de fuga de divisas. ¿Cuál es tu balance sobre lo ocurrido con el saldo comercial?
Frente a la restricción externa que siempre sobrevuela la Argentina, tenemos que quedarnos sentados sobre las reservas. Este concepto es muy claro. Los dólares están (o estuvieron) pero no se cuidaron. Sería interesante que se explique exactamente hacia dónde fueron esos recursos. De todas maneras, si no cambiamos las condiciones estructurales del mercado cambiario, podremos tener un fuerte ingreso de dólares por vía de las exportaciones que luego saldrán, de manera indiscriminada, por otra ventanilla.
-¿Cuáles deberían ser esos cambios estructurales?
Este proyecto lo hacemos colectivamente. Sostené a El Destape con un click acá. Sigamos haciendo historia.
Debemos volver a la regulación que había durante el Gobierno de Néstor Kirchner, cuando existía un registro específico para la deuda financiera, solo se consideraba deuda si esas divisas ingresaban al país, también había un seguimiento para toda la Inversión Extranjera Directa a diferencia de lo que se hace ahora donde las empresas acceden a los dólares por una simple declaración jurada. Esto implicaría derogar una de las modificaciones realizadas por (Federico) Sturzenegger (Comunicación A 6401) cuando fue titular del BCRA. No nos hagamos los rulos con la posibilidad de que ingresen millones de dólares de las futuras exportaciones de gas, si tales recursos serán para pagar deuda financiera. Por lo tanto, debería ser mucho más clara y transparente la manera en que se distribuyen los dólares entre lo financiero y lo productivo. Si logramos introducir estos cambios, vamos a pavimentar un desarrollo más equitativo.
-Desde el BCRA explicaron que a partir de octubre de 2020 se les exige a las empresas re financiar el 60% de sus vencimientos.
Pero al restante 40% se accede por una simple declaración jurada. Y por más que la información sea verídica, no me parece correcto favorecer al sector privado con un tipo de cambio oficial. La regulación debería obligarlos a conseguir esas divisas a través de las cotizaciones financieras.
Distribución de la riqueza e ingresos
-¿El Gobierno abandonó la discusión sobre cómo mejorar la distribución de la riqueza e ingresos?
Lo redistributivo es central en la política económica. Esto de regular el uso de los dólares para evitar las corridas cambiarias es un mecanismo para impulsar una mejor distribución de los ingresos. ¿Para qué queremos los dólares? ¿Para mirarlos? Cuando hay dólares en el BCRA, los sectores de poder tienen menos chances de empujar a una devaluación, tampoco habría remarcaciones especulativas. Actualmente, el 40% de la población se encuentra bajo la línea de pobreza y en el caso de los jóvenes llega al 50%. Vamos camino a un incremento de la tasa de pobreza en el corto plazo. O cortamos esto con decisiones drásticas y profundas para mejorar los ingresos de la población o seguiremos sumidos en este escenario.
-¿Por qué fue tan resistida dentro del Gobierno la idea de una suma fija ?
La economía crece pero se la llevan cuatro vivos. Los trabajadores formales están bajo la línea de pobreza. Por eso defendemos la idea de una suma fija. Hay sindicalistas que dicen que eso se debe arreglar en paritarias. La verdad que el método no tiene importancia. La Canasta Básica Total ya llega a los 200.000 pesos y los salarios promedios están por la mitad. Es muy injusto. Hay que resolver esta situación de una manera explícita. Por otro lado, el salario mínimo vital y móvil está vinculado con muchas prestaciones sociales. La última suba no alcanza. El SMVM debe llegar a los 100.000 pesos de manera urgente para que tenga un fuerte impacto en los sectores vulnerables. ¿Hay que aumentar el gasto público? Sí. Pero también se incrementan los ingresos. ¿Queremos tener más recursos para seguir pagando la deuda? Esto es lo que establece el FMI y es lo que debemos quebrar.
-¿De dónde deberían salir los recursos para impulsar esta política expansiva?
Lo dijo Cristina, todos los planes sociales representan, apenas, el 1,9% del PBI mientras que los privilegios fiscales para muchos sectores llegan al 5% del producto. Los recursos están pero falta la decisión política. La dirigencia del FdT debe estudiar en profundidad el acuerdo con el FMI. Las negociaciones de Massa por estas horas van por los márgenes. El acuerdo sostiene que el excedente del Central no puede utilizarse para intervenir en el mercado cambiario. Esto debe modificarse. Además, el acuerdo no solo es inflacionario sino restrictivo. Estamos viendo un freno de la actividad que terminará en recesión, y probablemente, en una caída del producto. En este contexto, lo urgente sería darnos un debate amplio sobre la manera en que se asignan los recursos del Estado.
-Entonces, ¿sería clave impulsar una política de ingresos expansiva, por más que al FMI no le guste?
Los precios relativos están totalmente distorsionados. Y si no generamos un acomodamiento de los salarios en relación al valor de los alimentos tampoco se sentirá el efecto de otras políticas distributivas. De todas maneras, como primera medida deberíamos llenarle los bolsillos a todos los trabajadores para que puedan atiborrar sus heladeras con alimentos. Esto es lo urgente. Y al mismo tiempo desarrollar otros instrumentos distributivos, por fuera de lo macroeconómico, que tienen que ver con la cultura, la infraestructura, la vivienda.
-¿Se puede continuar con la lógica del diálogo y los acuerdos con los mismos empresarios que aumentan precios de manera especulativa, o se guardan la cosecha de soja o apuestan a las corridas cambiarias?
El Estado tiene poca fuerza. Del otro lado están los grupos concentrados, 20 empresas que manejan el 74% de lo que compramos. Por otro lado, no se han utilizado los recursos que existen, como la ley de defensa de la competencia, lealtad comercial, o la ley de abastecimiento. No se utilizaron porque se desconocen estas normas, o no pudieron hacerlo o directamente no quisieron hacerlo. Necesitamos un Estado cada vez más fuerte y organizado que actúe con inteligencia. Con el tema de los precios y la relación con el sector privado, fuimos un Estado bobo. Pongamos todo sobre la mesa para negociar. A las empresas les damos los dólares para importar, se invierte en rutas para que saquen sus productos y algunas tienen beneficios fiscales pero en una semana te aumentan los precios un 10%. Esto no puede suceder más. La correlación de fuerzas no puede ser una excusa. El poder se construye.