Las industrias pyme enfrentan una realidad más que compleja a partir de la fuerte caída del consumo, la persistente inflación y el aumento de tarifas de servicios públicos, todo lo que pone en riesgo a la actividad industrial que cerró el primer bimestre del 2024 con un contracción del 7,5%. En ese panorama, relevamientos privados analizaron la situación al interior de las pequeñas y medianas y dieron cuenta de que solo el 12,3% de las industrias pymes son propiedad de mujeres frente al 56,2% que pertenece a hombres, en tanto que ellas predominan en sectores dependientes en gran medida del mercado interno como alimentos (53%) y textiles (49%).
Así lo señaló un informe elaborado por Mujeres Empresarias de la Confederación Argentina de la Mediana Empresa (CAME) que mide la evolución anual de las mujeres en la actividad pyme del país reflejando que casi el 40% enfrentó barreras al momento de sostener el desarrollo de sus industrias debido a las brechas de género. A su vez, un aspecto no menor que podría agravar las desigualdades ya existentes se vincula a que, en el contexto actual, las actividades orientadas sobre todo al consumo doméstico enfrentan un derrotero a la baja: alimentos se redujo 22% anual en enero y textiles 18,2%.
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Sobre las expectativas para el resto del año, se espera una “recuperación lenta” de la actividad traccionada por sectores como el agroalimentario, minero, energético pero con un mercado interno que “seguirá deprimido por la pérdida de ingresos reales y empleo” sumado a que “la apertura de importaciones atenta contra empresas argentinas que producen con mismos niveles de productividad, pero con menor competitividad, lo que pone en riesgo la actividad de 14.000 productoras de alimentos”, según alertó un informe del Observatorio de Industriales Pymes Argentinos que recordó que el uso de la capacidad instalada en la industria se ubicó al inicio de este año en el nivel más bajo desde junio del 2020, en plena pandemia de Covid-19.
En esa línea, desde el sector se advierte que la combinación de ingresos familiares pulverizados y crecimiento de la desocupación (los datos de fines del 2023 ya reflejan una pendiente a la baja en el empleo asalariado registrado) atentan contra cualquier recuperación de la demanda interna, golpeando de lleno la actividad industrial de pequeñas y medianas empresas.
Dónde están las mujeres industriales
Solo el 12,3% de las industrias pymes son propiedad de mujeres en nuestro país frente al 56,2% que pertenece a hombres, según los datos para 2024 presentados por Mujeres Empresarias de la Confederación Argentina de la Mediana Empresa. En relación, el 31,5% de las firmas tienen propiedad compartida entre ambos. De acuerdo a con el Indicador de Participación de la Mujer en las Pymes (IPAMUP) los rubros donde las empresarias tienen mayor presencia son aquellos vinculados con Alimentos y Bebidas (53%) y Textil e Indumentaria (49%). A contramano, tienen menor participación en Metal, Maquinaria y Equipo y Material de Transporte (39,8%) y en Papel e Impresiones (36,5%).
En cuanto a la toma de decisiones, el informe al que accedió El Destape mostró que las mujeres deciden solas en el 9,8% de las pymes mientras que los hombres lo hacen en el 56% de los casos. En el 34,2% de las empresas, las decisiones son compartidas, por lo que “en el 44% hay una mujer en la toma de decisiones, ya sea en forma única o compartida”, señaló la encuesta realizada a nivel federal. En la misma línea, los rubros en los que mayor representación femenina hubo al momento de tomar decisiones fueron Alimentos y Bebidas (49,4%), Textil e Indumentaria (47,1%) y Madera y Muebles (46,4%). “El relevamiento expone los obstáculos para el desarrollo profesional y para conciliar la vida laboral y familiar, falta de reconocimiento y valoración por prejuicios, limitaciones para el acceso a oportunidades de capacitación para mujeres líderes”, consideró al respecto directora del área, Laura Teruel.
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Asimismo, contó que el 37,7% de las empresarias consideró que el género implicó “algún tipo de obstáculo para su desarrollo profesional”. Entre los principales: dificultades para conciliar la vida laboral y familiar por las expectativas sociales tradicionales (36,5%), falta de reconocimiento de capacidades debido a prejuicios de género (26%), limitaciones en el acceso a oportunidades de capacitación o formación (12,2%) y obstáculos para establecer conexiones empresariales (26,8%).
En ese sentido, se indagó también sobre la situación de las pymes comerciales donde las brechas se reducen, en parte. En lo concreto, el 29,3% de los locales comerciales son propiedad de mujeres, frente al 46,9% que pertenecen a hombres, y al 23,8% que comparten personas de ambos géneros. Los rubros con mayor presencia femenina son Perfumería (71,7%) y Calzado y Marroquinería (61,3%). Mientras que tienen menor participación en la comercialización de Alimentos y Bebidas (48,9%) y Ferretería y Materiales Eléctricos y de la Construcción (33,5%). En cuanto a la toma de decisiones, las mujeres deciden solas en el 25,4% de las pymes mientras que los hombres lo hacen en el 41,6%.
Respecto al acceso a financiamiento por parte de las mujeres empresarias, estudios recientes sobre inclusión financiera indican que solo el 20,5% de las empresas lideradas por mujeres utiliza créditos bancarios para financiar su inversión, mientras que la cifra asciende a 42,9% en el caso de los hombres.
Alerta industrial
La actividad económica cerró el 2023 con una caída del 1,6% y anticipó un arrastre negativo para este año. Sobre ello, en el primer bimestre del 2024 el nivel general de actividad registró una contracción de 5,6% según anticipó la consultora Orlando J. Ferreres en sintonía con el dato oficial conocido este martes que mostró una baja interanual para enero del 4,3%, tercera consecutiva. A su vez, por sectores, se refuerza el comportamiento diferencial entre el avance de las actividades primarias y la caída del resto de la economía. “Mientras el agro -ayudado por la baja base de comparación- y la minería presentan saludables tasas de crecimiento, sectores como el comercio, la industria y la construcción están atravesando una fase fuertemente contractiva”, explicaron y agregaron que “para los próximos meses esperamos que la tendencia actual se mantenga y hacia mitad de año podríamos comenzar a ver alguna mejora en los sectores deprimidos, si es que el ordenamiento macro-económico que está intentando aplicar el gobierno tiene éxito”.
Puntualmente sobre la situación de la industria manufacturera, anotó para febrero una contracción de 8,1% anual, cerrando el primer bimestre con un descenso de 7,5% (en enero según el EMAE-INDEC cayó 11,3% interanual). En el detalle sectorial todas las ramas presentan números negativos en la medición interanual, siendo las bajas más importantes las de metales básicos y de minerales no metálicos. Vale recordar que los números presentados por el Índice de Producción Industrial Pyme (IPIP) reflejaron un duro inicio del año para el sector dada la caída del 30% (enero) y 9,9% (febrero) en la facturación (considerando impacto de la inflación) que se sumaron al 27% de contracción de diciembre.
En esa línea, los sectores más afectados son aquellos donde se registra una mayor participación de mujeres, por lo que a las brechas de género ya existentes se suma el impacto que las políticas económicas actuales tienen sobre aquellas actividades más dependientes de la dinámica del mercado interno. Tal es así que alimentos (53% de presencia de mujeres empresarias) registró una baja del 22% anual a precios constantes en enero y de 8,7% en la comparación mensual. Según CAME, “las industrias operaron con 75,9% de su capacidad instalada, detectándose bajos niveles de inversión, subas constantes de precios, demoras en las entregas de productos y algunas desvinculaciones de empleos por falta de actividad”. Por su lado en Indumentaria y textil (49% de presencia mujeres empresarias) se observó un descenso del 18,2% anual y también registró un declive de 2,3% respecto a diciembre. “Las firmas trabajaron con solo 68,2% de su capacidad instalada, niveles bajos para el sector, que se explica por el freno en los pedidos de producción”.
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En tal escenario, un informe dado a conocer esta semana por el Observatorio IPA, integrado por Industriales Pymes Argentinos (IPA), y las consultoras Epyca y Marca Pyme, analizó el estado situación del sector en el inicio del año, con eje en caída del consumo e impacto de importaciones. Según advirtieron “la economía argentina viaja a dos velocidades: sectores como el agroalimentario, la minería, el hidrocarburífero y las energías renovables deberían impulsar el crecimiento de la economía mientras, en contrapartida, los orientados al mercado interno tendrán un mal 2024”. Lo anterior se observa en la caída que tuvieron durante diciembre de 2023 rubros como la construcción (-5,2% interanual), el comercio (-8,5%), la intermediación financiera y la industria manufacturera (ambas rondando -12% interanual). En todo 2023 la actividad en el sector manufacturero acumuló una baja del 1,8% que, a su vez, continuó en enero de este año "en comparación con el mismo mes del año anterior bajó un 12,4% y encadenó así ocho meses consecutivos de decrecimiento intermensual”.
En sintonía con lo mencionado, este informe indicó que “perdieron actividad de manera significativa rubros y segmentos como Alimentos y bebidas (-6,4%), Sustancias y productos químicos (-12,1%), Industrias metálicas básicas (-19,3%), Productos de metal (15,2%) y Maquinaria y equipo (-33,5%). “Estamos ante un escenario de pérdida de miles de Pymes industriales. A la fuerte caída del consumo que verificamos en el primer bimestre del año, que paralizó fábricas enteras ante la pérdida de poder adquisitivo de los trabajadores, ahora se suma la apertura de las importaciones de productos terminados, que no sólo integran la canasta básica, sino que se tratan de casi 3000 posiciones arancelarias que parecen ser la antesala de una política más amplia de apertura comercial, con beneficios para las empresas extranjeras y perjuicios para las fábricas nacionales”, alertó Daniel Rosato, presidente de Industriales Pymes Argentinos.
Según los industriales, este panorama se ve ahora agravado por la decisión del Gobierno Nacional de facilitar la importación de alimentos como carnes (vacuna, porcina, aviar y ovina), embutidos, lácteos, conservas de pescado, hortalizas, frutas, café, té, yerba mate, arroz, harina de trigo, pastas, cereales para desayuno, galletitas, polenta, frutos secos, jugos, aceite de oliva, aceite de girasol, mayonesa, azúcar y cacao. “En Argentina hay 14.000 empresas dedicadas a la producción de alimentos: de ellas, alrededor de 4.500 se dedican a la panadería, 1.300 a las carnes, 1.200 a las pastas alimenticias y 1.000 a lácteos, a esto se suman 60.000 empresas proveedoras de materia prima, 1.800 firmas que producen bebidas (alcohólicas y no alcohólicas); 500 que producen detergentes, jabones y otros artículos de limpieza; y 400 que producen medicamentos”, detallaron y advirtieron que “sobre más de 75.000 empresas, que equivalen al 15% de todas las compañías del país, recae el riesgo de la medida que toma ahora el gobierno de Milei” por lo que “se están generando reglas de juego que implican una competencia desleal, inclinando la cancha en contra de la producción nacional”.