"Tenemos que romper el esquema monopólico de que ocho o nueve firmas nos digan qué tenemos que comer", lanza Ludmila Voloj, subsecretaría de Comercio Exterior y Defensa de la Competencia de Chaco. La provincia puso en marcha hace un año un esquema propio de precios congelados y redujo la brecha de costos de comercialización a partir del ingreso de productos de pymes chaqueñas en góndola. El esquema recogió elogios del secretario de Comercio Interior, Roberto Feletti, quien busca ampliar la modalidad.
El esquema que varias provincias analizan ya emular permitió una canasta acotada al público con precios que están hasta un 50 por ciento por debajo del que ofrecen las grandes alimenticias y valores congelados en algunos ítems desde marzo del año pasado. "Es fundamental y es el desafío que se viene en el mundo. Se está preparando una mesa de comercio interior del norte grande para trabajar estos temas y lograr una mayor complementariedad", explica Voloj en entrevista con El Destape.
Con el arribo de la pandemia y una población provincial que arroja niveles de pobreza que alcanza al 44,6 por ciento de los hogares y una indigencia que abarca a 13,3 por ciento, la administración de Jorge Capitanich debió lanzar su propio programa y medidas para alentar la sustitución de productos monopolizados por locales. La medida permitió mantener una referencia que ancle el valor de los alimentos.
El resultado a un año es que la inflación de la región NEA logró ubicarse por debajo de la media nacional, siendo que hasta el 2021 la venía superando ampliamente. La subsecretaria de Comercio sostiene que "recuperar el andamiaje legal para una mayor regulación del Estados lleva mucho tiempo, principalmente después del desguace macrista". "Pero este tipo de alternativas provinciales permite ser una fuerte referencia para los consumidores", asegura la funcionaria chaqueña.
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-¿Cómo funciona el esquema provincial de precios cuidados?
-En el marco marco nacional de Precios Cuidados, incorporamos la participación de alimentos chaqueños para impulsar la producción local. El programa se llama Precios Acordados Chaco y es el que relevó Feletti esta semana, a un año de su lanzamiento. El esquema original se discontinuó en esencia con el macrismo; especialmente en lo referido a a presencia territorial que tenía el programa. Entonces hubo que regenerar negociaciones en diciembre de 2019, pero sólo se hizo con las grandes cadenas. Nosotros buscamos reestablecer esas referencias en el resto del territorio, lo que generó un gran desafío.
-¿Por qué se lanza recién el año pasado?
-El problema se disparó con la pandemia. Encontramos una necesidad concreta durante la pandemia de controlar el abastecimiento y los abusos en los precios, al tiempo que se buscó incrementar la participación de los productores y de las pymes para llegar con mayor producto y dar estabilidad a los consumidores. Surge así la necesidad de un esquema propio, en los municipios, con las complejidades que ello implica, como la logística de los alimentos en el precio final. Entendiendo que se puede tener un producto similar producido en la provincia y es necesario generar los programas para que estos productos también sean parte de la oferta.
-Muchos pequeños comercios sostienen que no llegan los productos al igual que en las grandes capitales.
-El programa buscan atender aquellos productos hacia el interior de las provincias donde no hay grandes cadenas o grandes superficies y la realidad es distinta a las de las capitales. En esos casos se ofrecen a los consumidores locales marcas producidas a nivel local a precios por debajo de las grandes cadenas. Esto permite analizar los factores que están incidiendo en la suba de precios, los cuales pueden responder a cuestiones objetivas -como en la mayor parte de la producción de verduras que estamos viendo, donde hay componentes de estacionalidad-, pero también relevar cuáles no responden a factores objetivos. La necesidad es que en las regiones los consumidores sepan cuánto está valiendo un paquete de fideos, la leche, el arroz y, a partir de la fijación de un precio con las primeras marcas, planchar las del resto del mercado.
-¿La oferta local es mucho más barata ?
-Los precios están siempre por debajo. Si un artículo de primera marca está en un precio y hay otro local que está muy por encima, ahí habría una presunta maniobra abusiva o algún problema que habrá que rastrear. También se genera el ejercicio en el consumidor: a mayor referencia, mayor es la posibilidad de hacer esa comparación. Por eso se trabajó en un mecanismo complementario al nacional con la cámara de supermercados de la provincia. Eso nos permitió un primer acuerdo de una canasta 25 productos minoristas, muy chica, para el abastecimiento de los comercios de proximidad, como kioscos o despensas, que se convirtieron en centros de abastecimiento en plena pandemia. Esto traccionó a otros actores, como las cadenas de supermercados asiáticos. El objetivo es tener al menos un comercio por localidad. La provincia tiene 64 municipios y hay 107 cadenas adheridas en toda la provincia.
-¿Cómo se encuentra el abastecimiento local mayorista?
-No solo trabajamos en los precios finales sino que fuimos hacia atrás, lo que implicó cambios en la venta mayorista. En el caso del interior hay mucha presencia de mayoristas locales, que tienen su esquema de comercialización con proveedores directos locales, con fideicomisos de proveedores de compra directa. Pero hay centros de distribución, donde hay problemas porque algunos se manejan solo con grandes centros fuera de la provincia. Con estos se trabajó para ampliar la base para ofrecer una mejor propuesta del interior de la provincias.
-¿Cuál es la situación de esos acuerdos?
-La demanda internacional hizo que subiera el precio de los commodities, que incide directamente en los precios locales, a lo que sumaron las crisis de los containers y de los insumos. Todo eso se fue sumando y acumulando. Estamos en un proceso de normalización, con excepción de desacoplar los precios internos de los internacionales. Es una de las cuestiones que en el corto y mediano plazo también complica a las economías regionales. Con los mayoristas se acordaron 400 productos con precio congelado. Se revisa cada 60 días y se viene prorrogando por séptima vez consecutiva.
-¿Cómo se comportaron los precios de esa canasta ampliada?
-Siempre propusimos y nos adaptamos al esquema de Nación, en cuanto a cada revisión y la posibilidad de hacer sustitución. De la canasta al público, la mitad mantiene el precio desde marzo de 2021 y otros se acoplan a las autorizaciones de actualización de 2 por ciento mensual con tope de 6 por ciento. Si hay un tema con el precio del producto, tiene que informar o sustituir el producto. El objetivo es que sea flexible para mantener los precios. El diálogo con el sector privado es permanente.
-¿Cómo se fomenta la producción local?
-Sumamos herramientas de incentivos, con el Banco de Chaco, para que las compras estén bonificadas. A todos los programas se sumaron las bonificaciones de hasta 50 por ciento en alimentos, pero eso implica un trabajo permanente con las cámaras y el programa precios cuidados. Chaco tiene entre 8000 comercios minoristas y el desafío es amplio. No todas las marcas llegan a la provincia o llegan otras y las propias de la provincia no llegan a los acuerdos nacionales.
-¿Se evidencia algún cambio en la inflación general de la provincia?
-La inflación del NEA fue la más baja respecto del país. Si se hace el comparativo en lo distintos meses, nunca superó la media nacional, siendo que cuando comenzó el programa estábamos por encima de la media nacional. No hay impacto de los alimentos en la suba en términos del IPC. Sin embargo, también nos afectan otros rubros. La suba en comunicaciones y restaurantes nos pegó también fuerte en la provincia como a nivel nacional.
-¿Cómo sortear la cadena de comercialización tradicional?
-La provincia tiene un esquema de incentivos con deducciones fiscales hace más de diez años para fortalecer la red de proveedores locales. Esto implica un poco lo que dice la Ley de Góndolas. Son normativas a nivel provincial con incentivos para supermercados por cada compra a nivel local. En esos casos tienen una deducción en Ingresos Brutos. Es una de las aristas que tenemos. También se trabaja en el acompañamiento financiero de las pymes para obtener un producto de calidad, que cuenten con código de barras, capacitación para un buen rotulado y registros habilitantes. Todo lo que implica el acompañamiento de la pyme. El programa incluye más 600 productos locales para ser comercializados. No solo reduce la brecha de comercialización, sino que además genera producción y empleo. La segunda pata son los incentivos para la colocación de productos locales y venta directa que hacen las pymes o los mercados itinerantes con estrategias para las compras directas. Estas permitieron en pandemia llegar a distintas localidades del interior, con verduras y carnes, como cortes caprinos locales y productos textiles.
-¿Cuáles son los problemas que enfrenta la provincia?
-Por la forma en que se consume es necesario que los productos lleguen a las grandes superficies. Estos monopolios tienen que ser parte del proceso. Anteriormente no había marco regulatorio y eso agravaba el problemas de las pymes, debido a las barreras que imponen las grandes cadenas. Hay porcentajes obligatorios de participación en góndola para pymes y economías populares, pero creemos que debe acelerarse el proceso en grandes cadenas. Ese es otro de los puntos que nos va a permitir observar cuánto se trata de cuestiones objetivas que inciden en el precio final del producto y cuánto a otros factores. Hay un grado muy fuerte de concentración.
-¿Es un modelo que puede replicarse o ampliarse?
-Actualmente trabajamos el tema en el norte grande. Muchos pares nos comunican que no tienen esta capacidad de desarrollar productos por cuestiones climáticas o de territorio, pero sí sirven estos disparadores que generan las instancias de comercialización regionales, con lo cual hacer los intercambios de productos para la comercialización. Se está preparando una mesa de comercio interior del norte grande para trabajar estos temas. Es posible y varias provincias están preparando sus propios esquemas de precios. Es lo que se viene.