¿Volverán a perder las jubilaciones frente a la inflación el año próximo?

El impacto del cambio de fórmula de movilidad previsional en los haberes mínimos. La decisión de descontar del ajuste de marzo el aumento por decreto de diciembre deteriorará el poder adquisitivo de los haberes en 2021.

29 de noviembre, 2020 | 16.49

En medio de una crisis global inédita provocada por la pandemia de COVID-19, los cambios de última hora el proyecto de movilidad previsional podría retrasar la recuperación de poder adquisitivo de jubilaciones y pensiones prometida por el Gobierno. Para ser concretos, tal como está definido el proyecto oficial que se presentó este viernes ante el Senado y con la inflación prevista en el Presupuesto 2021, no habrá recuperación del poder adquisitivo ni siquiera para quienes cobren la mínima este año ni el próximo. De hecho, la decisión de tomar a cuenta del cálculo de marzo con la nueva fórmula el incremento de 5 por ciento otorgado por decreto para diciembre lleva a prever una pérdida de hasta tres puntos en términos reales durante el año próximo. 

Las estimaciones puertas adentro del equipo económico reconocen que este año empardarán la inflación pero que el año próximo puede perder. Lejos seguirán así abuelos y abuelas de la promesa oficial de recuperar los 20 puntos porcentuales que les arrebató el macrismo. El ajuste se da, como sucedió con la reforma de 2017, a partir de la manera en que se realizará el empalme, pasando de medición trimestral a semestral, entre la fórmula actual y la que comenzará a tratar el Congreso la semana próxima. 

Luego de un año de suspensión de la fórmula de movilidad que se aprobó durante el macrismo, el Gobierno pretende aplicar a partir de marzo un esquema de características similares al que rigió entre 2008 y 2017. En esa década, los haberes previsionales le ganaron a la inflación en trece de las 18 mediciones semestrales que contempló el período de 2008 a 2017. Esa fórmula estaba compuesta en un 50% por la variación del índice de la Remuneración Imponible Promedio de los Trabajadores Estables (RIPTE) o el índice de salarios de INDEC (el que resulte mayor de ambos) y el otro 50% por la variación de recursos tributarios por beneficio de ANSES. 

En 2017 se modificó la fórmula por la vigente, compuesta en un 70% por la variación del índice de precios al consumidor de INDEC y un 30% por la variación de los salarios. La medición pasó a ser trimestral. Los haberes de la clase pasiva perdieron 19,5 puntos porcentuales respecto de la inflación durante la administración Cambiemos hasta diciembre de 2019. Dada la aceleración inflacionaria y los altos niveles que dejó el macrismo, Alberto Fernández congeló la fórmula en momentos en que iba a impactar un IPC que superaba por primera vez en casi 30 años (desde 1991) al 50 por ciento anual. El Gobierno consideró que, dada las flacas arcas que recibía como complemento de la herencia macrista, no estaba en condiciones el país de pagar esos ajustes. Optó entonces por realizar, mientras se trabajaba en una nueva fórmula, en ajustes por decreto respetando la trimestralidad de los aumentos como si estuviese la movilidad vigente. 

La suerte está decretada

Este año los haberes habrán empardado la inflación. "Los ingresos de más del 75% de las y los jubilados y pensionados, y más del 80% de los beneficiarios del sistema previsional si incluimos a quienes perciben asignaciones, habrán superado a la inflación en 1 punto porcentual, en un contexto particularmente hostil para la economía nacional e internacional", señala un informe de la Universidad de Avellaneda. Las estimaciones oficiales y de los referentes del mercado financiero que releva el Banco Central proyectan cerrar este año con una inflación en torno al 35-36 por ciento.

El Gobierno otorgó un aumento mixto en marzo (suma fija de 1.500 pesos y un 2,3% sobre el haber de febrero), otro en junio (6,12%) y el último en septiembre (7,5%). Con el aumento del 5% para diciembre las jubilaciones mínimas, pensiones y asignaciones atadas a la movilidad acumularán un incremento total del 35,3% durante 2020.

Con estimaciones de la Anses se realizaron proyecciones para 2021 sobre la nueva fórmula de movilidad y los resultados arrojaban un aumento del 11,9 por ciento en marzo y del 18,2 por ciento en septiembre, que implicaría cerrar el año con una mejora 32,3 por ciento frente a una inflación prevista en la Ley de Presupuesto del 29 por ciento punta a punta en 2021. Sin embargo, la decisión de computar en el ajuste de marzo (11,9%) los cinco puntos que se pagarán en diciembre, el ajuste del año con la nueva fórmula con vigencia de los dos semestres será de 26,4 por ciento, casi tres puntos por debajo de la inflación oficial proyectada por Economía. 

"El salario y las jubilaciones superarán a la inflación en 2021", aseguró este fin de semana el ministro de Economía, Martín Guzmán, pero las cifras parecen decir otra cosa. Especialmente si se utiliza a los salarios como ancla inflacionaria y se los hace crecer por debajo del índice de precios, la pérdida podría ampliarse y extenderse. Las estimaciones privadas publicadas por el BCRA anticipan que en el primer cuatrimestre del año el índice de precios al consumidor oscilará entre 4 y 3,5 por ciento en cada mes, con un acumulado promedio de entre el 15 y 16 por ciento, lo que requerirá de una fuerte desaceleración en los dos cuatrimestres subsiguientes. 

No perderse en el empalme

El problema vuelve a estar en el empalme de fórmulas. El proyecto, que comenzará a tratarse en comisiones la semana próxima, modifica el índice de movilidad jubilatoria contemplando un aumento semestral mediante una fórmula que combina los índices de evolución de los salarios (50%) y de la recaudación (50%). Para esta fórmula el Ejecutivo calculará la variación de la recaudación de recursos tributarios que se destinan a la Anses dividida por la cantidad de beneficios y en la evolución de los salarios formales según el índice Ripte.

Además, como se mencionó anteriormente, se vuelve al ajuste semestral. De tal manera que, para determinar el porcentaje de marzo, se relevarán las variables del segundo semestre de este año. Como en lo que se pagará este martes, con el aumento del 5 por ciento pare lo haberes de diciembre, se basó "hipotéticamente" en el cálculo del trimestre previo (julio-septiembre), el Gobierno incorporó una cláusula que anticipa que al resultado que arroje el cálculo de marzo (con datos de julio a diciembre) se le descontará el aumento del mes próximo. 

La titular de la Anses, Fernanda Raverta, sostuvo que "hay un decreto vigente que nos obliga a aumentar trimestralmente por lo tanto el aumento de diciembre es un aumento por decreto". "Hay que garantizar un empalme donde el jubilado gane, nosotros lo que hicimos fue preservar ese empalme. Es un aumento que supera la fórmula anterior para que ningún jubilado pierda ningún trimestre", aseguró la funcionaria. 

"Las prestaciones sociales, jubilaciones y pensiones, representan más de la mitad del gasto primario. En consecuencia, cualquier esfuerzo fiscal que se haga sin reparar en esta partida debería ser excesivo. En este escenario, la nueva fórmula de movilidad pronta a ser aprobada es una señal de que el Poder Ejecutivo planea un ajuste en este frente. Conforme a nuestras proyecciones, este ahorro superaría 1% del PBI comparando con un régimen de actualizaciones discrecionales que siguieran a la inflación, tal como pasó este año con el haber mínimo", sentencia un informe de la consultora Ecolatina. Raverta reiteró que el objetivo es recuperar esos 20 puntos que perdieron con el macrismo, algo que con el proyecto como fue presentado, será de difícil ocurrencia. 

 

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