El Gobierno cerró el año con buenas noticias para el mercado de la deuda pública, ya que el fondeo neto en el mercado de capitales ayudó a cerrar las necesidades financieras de diciembre. Con esta cifra, más la venta de dólares que hizo al Banco Central (BID y DEGs del FMI) y el uso de depósitos que tenía en cuenta, el Tesoro logrará cubrir el 100% de las necesidades que le quedaban para cerrar el año 2022. Aún así, el 2023 traerá grandes desafíos para el Ministerio de Economía que conduce Sergio Massa y la renovación de los vencimientos.
Si bien se estima que el fondeo neto se logró gracias a la intervención de organismos oficiales, "la señal sigue siendo positiva, porque permite cumplir el objetivo de no solicitar financiamiento adicional al BCRA", señaló un informe de la consultora MegaQM. Es decir que la emisión monetaria neta por ahora se acota solamente a la compra de bonos del BCRA, que habría sido el canal utilizado para que estos organismos se hagan de la liquidez necesaria para poder participar de la licitación. Con este resultado, se logró una tasa de renovación del 231% para diciembre, consistente con un 168% acumulado en el año, luego del canje del mes pasado.
Los desafíos en 2023
De todas maneras, el desafío grande sigue estando en 2023, donde quedan vencimientos por $ 12 billones, pero solamente $ 5,5 billones estarían en manos del sector privado. El objetivo es lograr renovar esos vencimientos. Al tratarse mayoritariamente de inversores institucionales, que en muchos casos normativamente tienen que mantenerse en pesos, el margen de no renovación es relativamente bajo.
En un escenario negativo, los principales inversores institucionales (Bancos, Industria de FCI y Compañías de Seguros) renovarían al menos el 70% de sus vencimientos y el resto de los inversores (privados y algunos organismos públicos subnacionales) renovarían al menos el 50% de sus vencimientos. En ese caso, "el piso de roll over que tendría asegurado el Tesoro es del 62% con los tenedores privados y del 82,5% con los vencimientos totales", subrayó el documento.
Según las metas establecidas con el FMI, el Tesoro necesitaría captar como financiamiento neto en el mercado el equivalente a $ 2,5 billones de hoy. Eso implica que las necesidades máximas de emisión serían de $4,5 billones.
En la distribución temporal del próximo año, esa mayor presión se podría producir durante el segundo trimestre del año, momento en que se necesitaría la intervención del BCRA, porque se combinarían los vencimientos de la deuda que se va renovando corta con las mayores necesidades del Tesoro de junio/julio.
Por ahora, el Central no modificará su política de tasas de interés ni realizó comentarios sobre el ritmo de crawling peg. En noviembre, por primera vez tanto la tasa de interés como la devaluación se ubicaron por encima de la inflación. El interrogante que se plantea el mercado es si en diciembre se repiten estos niveles de inflación.
De momento, el BCRA confirmó que mantiene las tasas, pero empezó a dar algunas señales de menor ritmo de depreciación, con la devaluación de los últimos días corriendo ya por debajo del 6% mensual. Si se logran consolidar estas tendencias puede ser muy positivo para el Tesoro, porque un escenario de reducción de tasas de interés puede aumentar el interés de los inversores por prolongar vencimientos. En especial si se amplía nuevamente el diferencial entre lo que paga el Tesoro y el rendimiento que ofrece el BCRA por esos plazos.