El canciller Santiago Cafiero cuestionó la intención de Uruguay de ingresar en el Acuerdo Transpacífico, una decisión que Argentina ve "con preocupación" dado que representa el inicio de "un camino unilateral", según advirtió el funcionario del gobierno de Alberto Fernández durante la tensa cumbre ministerial que se desarrolla en Montevideo. "Muy probablemente podría desembocar en una ruptura", advirtió también al condenar el anuncio que el gobierno de Luis Lacalle Pou hizo la semana pasada.
Previamente, en las palabras de apertura, el canciller uruguayo, Francisco Bustillo, había hablado de un Mercosur que "languidece" y que debe ser "aggiornado", para luego criticar la poca cantidad de acuerdos comerciales firmados por el bloque. "Sin dudas, la negociación en bloque es más trabajosa y demanda más tiempo. Pero estamos convencidos de que la mejor estrategia no es apresurarse a cerrar acuerdos que, luego, profundicen nuestras brechas productivas y científico-tecnológicas con otros Estados o bloques", contestó el canciller argentino.
En ese sentido, el titular del Palacio San Martín dijo que "preocupan ciertas actitudes unilaterales, orientadas a negociaciones bilaterales con terceros países al margen del consenso del bloque".
"Lo hemos expresado a través de una nota junto a los coordinadores nacionales de Brasil y Paraguay. Consideramos que ello es contrario a la normativa del Mercosur, no solo, o no tanto porque resulta incompatible con el artículo 1° del Tratado de Asunción de construir una unión aduanera sino, sobre todo, porque es violatorio de la regla del consenso, principio fundamental del Mercosur", agregó.
Cafiero también comentó los avances del bloque con Indonesia y dijo que el paso "lógico" para el bloque es avanzar en la relación con el Caribe. En ese marco, señaló que, en algunas negociaciones, como en el caso de la relación con la Unión Europea, surgen nuevas exigencias: "A veces la pelota no está solo de nuestro lado", argumentó.
"No debemos pasar por alto que la Unión Europea sigue avanzando con la aprobación del Pacto Verde y, en cada etapa, lejos de morigerar el alcance de las normas, las torna más gravosas para los intereses de países exportadores de bienes agrícolas. Muchos productos que componen la oferta exportable de los países del Mercosur se volverán más onerosos y algunos, incluso, quedarán fuera del mercado europeo", ejemplificó.
El duro intercambio entre los representantes de ambos países ocurrió en la antesala de la Cumbre presidencial que comenzará este martes, donde se espera una discusión tensa entre los miembros del bloque regional, que ya advirtieron los riesgos que el acuerdo unilateral de Uruguay podría representar para el proceso de integración.
Al cerrar su discurso, Cafiero señaló que, "en un mundo que se repliega, acechado por los desafíos de la desigualdad, el hambre, la guerra, el cambio climático", urge "crecer juntos" e incluyó en la lista de males globales al "unilateralismo".
En qué consiste y qué es el Acuerdo del Transpacífico
Este acuerdo, también conocido como TPP11 y firmado en 2016, es un tratado de integración económica en la región de Asia Pacífico y uno de los acuerdos de libre comercio más grande del mundo. Lo conforman: Australia, Brunéi, Canadá, Chile, Japón, Malasia, México, Nueva Zelanda, Perú, Singapur y Vietnam. Aunque, en sus inicios había sido impulsado por Estados Unidos, la superpotencia terminó por hacerse a un lado una vez que Donald Trump llegó a la Presidencia y, así, cedió el liderazgo de la alianza a Japón.
Entre sus objetivos se propone, según establece en el texto, “oportunidades para la aceleración de la liberalización regional del comercio y la inversión”. Cuenta con capítulos sobre administración aduanera, comercio, inversión, comercio transfronterizo, telecomunicaciones, propiedad intelectual y patentes, entre otros.
El docente e investigador uruguayo del Programa de Estudios Internacionales de la Universidad de la República de Uruguay y doctorando de la Universidad Complutense de Madrid, Damián Rodríguez, por su parte, definió ante El Destape este acuerdo como un “proyecto mega-regional, pensado para generar una barrera de contención ante el proceso económico y expansionista de China”.
Para Uruguay, en ese sentido, lo que representa un mayor desafío es el capítulo de inversiones, servicios y finanzas. “Durante la década de 1990, Uruguay batalló mucho por la preservación de las empresas públicas y los principales servicios como la luz, las telecomunicaciones y el agua, por ejemplo, que tienen monopolio resguardado por la Carta Magna. Estos acuerdos tienen un gran componente antimonopólico, justamente, para que las empresas de esos países compitan en las mismas condiciones”, sostuvo y advirtió posibles cambios constitucionales en caso de adhesión plena.
El “costo” a evaluar –estimó el académico- “es justamente poner sobre la mesa la regulación de servicios que en Uruguay tienen una tradición pública, como la educación y la salud, entre otras, en donde el desafío es qué margen de maniobra de autonomía va a tener un país chico que tiene un desarrollo desigual”.
En la actualidad, hicieron la solicitud formal para su ingreso China, Taiwán, Corea del Sur, Costa Rica, Ecuador y Reino Unido, cuyo pedido está siendo analizado. El proceso es lento: una vez entregada la carta a Nueva Zelanda, país depositario del acuerdo, se pone en marcha un mecanismo de evaluación y todos los Estados parte deben estar de acuerdo.a.os.