El mercado interpretó la baja de tasa dispuesta por el Banco Central como el fin del carry trade potenciado y se apura a liquidar sus tenencias en pesos y llevarse los dólares, lo que podría generar inestabilidad en los mercados financieros y preocupar al equipo económico por la expectativa de una nueva devaluación.
Los informes de las consultoras más cercanas al pensamiento del equipo económico de Javier Milei y Luis Caputo consideran que el atraso del tipo de cambio es sostenible y auguran una moderación del crawling peg como parte de la estrategia desinflacionaria, en la búsqueda de lograr un incremento de precios cercano a cero. El mercado en cambio “no la ve” tan claro el esquema cambiario y mantiene dudas sobre la capacidad del Gobierno de hacer frente a los vencimientos de deuda en divisas que tiene que se tienen que pagar el próximo año, por un monto que ronda los US$ 20.000 millones de dólares.
Las elecciones presidenciales del próximo martes en Estados Unidos también suman incertidumbre y apuran la “toma de ganancias” que a lo largo del año permitió el carry trade (la diferencias de tasas entre las colocaciones en pesos y la devaluación del dólar oficial) que se estima entre 40% y 50% según el momento de ingreso. Si bien se asimila un triunfo de Donald Trump como más favorable para la administración de Milei, también existe el riesgo de que la política económica del republicano dispare la inflación y fuerce una suba de tasas de la Fed que castigaría a los mercados emergentes y abortaría la posibilidad de Argentina de volver a los mercados voluntarios de deuda.
Efecto tasa
El BCRA bajó este viernes la tasa de política monetaria de 40% a 35% de TNA y lo fundamentó en el contexto de liquidez, de la baja observada en las expectativas de inflación manifestadas tanto en el REM como en los niveles implícitos en el mercado secundario de títulos y en el afianzamiento del ancla fiscal. También redujo la tasa de interés de pases activos (cuando los bancos le demandan liquidez al BCRA) de 45% a 40% de TNA.
Para el carry trade se utilizan los bonos emitidos por el Tesoro, en concreto las Lecap que tienen una tasa fija cercana a 4%. Pero la baja de la tasa del BCRA y la decisión de la Secretaría de Finanzas de no ofrecer ese bono en la última licitación de deuda es interpretada en el mercado como el paso previo a la baja de la tasa de interés de la deuda del Tesoro.
El dólar MEP llegó a cotizar a $1.428 el pasado 2 de julio y cerró el último día de octubre a $1.131. Para los que ingresaron en el pico, pudieron ganar cuatro meses de tasas en pesos de 4% y recomprar dólares 26% más barato.
Esa combinación permitió una rentabilidad de 50% en dólares en cuatro meses. Y para consolidarla, los inversores financieros empezaron hoy a liquidar la tenencia de bonos en pesos y empezar recomprar los dólares en el mercado financiero, lo que anticipa una demanda creciente para las próximas jornadas.
La regla del mercado es: el que primero entra y antes sale, más renta se lleva. Esperar no garantiza rentabilidad, por lo que no hay incentivo a quedarse en pesos en un esquema de mayor incertidumbre internacional y con expectativa de baja de tasa local.
En las últimas semanas la sobreoferta de divisas de los fondos golondrinas fue la que provocó la baja del dólar MEP, pero ahora que esos fondos demandan los dólares será el BCRA el que tendrá que ponerlos de sus escasas reservas para evitar que una ampliación de la brecha vuelva a instalar una inestabilidad financiera que aumente la expectativa de devaluación y genere una nueva escalada de precios. Esa reacción de los mercados se da pese a los informes económicos que intentan transmitir la idea de éxito del modelo de financiarización que lleva adelante Caputo.
“En lugar de ajustar el régimen cambiario en esos meses de dudas, el equipo económico insistió con su plan original, lo que terminó dando sus frutos”, sostuvo la consultora 1816 y afirmó que frente a la duda del mercado de cómo se afrontarían los vencimientos de 2025 (con reservas netas negativas, comercio exterior que ya no deja divisas por el blend y vencimientos por US$ 20.000 mm) “el éxito del blanqueo trajo la respuesta, por el potencial que significa para el crédito en moneda extranjera”.
“Ahí es donde empieza el círculo virtuoso: bajaron las dudas sobre la capacidad de pago de los bonos soberanos en 2025 y eso naturalmente impulsó las cotizaciones (riesgo país de 950 bps). Por las mejores perspectivas para la balanza de pagos también se redujo la brecha, en consecuencia las expectativas de devaluación e inflación y, por ende, las expectativas de que continúe la recuperación de salarios reales y se consolide el apoyo social a Milei” hizo de recuento.
Para la consultora, “es imposible anticiparlo, pero por ahora todo marcha acorde al plan del equipo económico” y aseguró que “hay que hacer mucho esfuerzo para "no verla". También el banco de inversión CMF hizo este viernes una lectura positiva del modelo de apreciación cambiaria y señaló que “parece claro que el comercio exterior puede convivir con un tipo de cambio más apreciado, dado el alto nivel de ineficiencia con el que se ha operado durante muchos años”.
“La desregulación y liberalización del mercado externo permite ganar competitividad aún en un contexto de fuerte apreciación cambiaria. La liquidación récord de 22 años del sector agro en octubre es un claro ejemplo de ello. Esto sustenta la continuación de la política cambiaria del Gobierno, que parece encarar más hacia una reducción del crawling que a un salto discreto para salir del cepo”, sostuvo.
Otra vez, el mercado no siguió la misma lógica libertaria y en lugar de quedarse esperando que la reactivación económica mejore los balances de las empresas y se traduzca en mayor distribución de utilidades, simplemente repite la conducta similar a la registrada a partir de abril de 2018 cuando la administración de Mauricio Macri se quedó sin dólares para financiar el carry trade y terminó en una devaluación y acuerdo con el FMI.