Crecen los préstamos personales para compensar la falta de ingresos y advierten por la gestación de una "burbuja crediticia"

El saldo real de financiamiento en pesos al sector privado aumentó 9,2 por ciento en julio, y verificó así un crecimiento por tercer mes consecutivo. 

19 de septiembre, 2024 | 17.38

El crédito se acelera, especialmente para los hogares que tienen que recurrir al financiamiento para la compra de productos de primera necesidad frente a ingresos que perdieron por goleada contra la inflación. El saldo real de financiamiento en pesos al sector privado aumentó 9,2 por ciento en julio, verificando así un crecimiento por tercer mes consecutivo. Las líneas de crédito al consumo fueron las más dinámicas en el período, con un alza real (descontada la inflación) de 13,1 por ciento. Se trata de la principal apuesta del gobierno de Javier Milei para reactivar el consumo, pero, que con el alto nivel de endeudamiento de los hogares, puede gestar una burbuja crediticia. De acuerdo con cifras del sector de consumo masivo, se registra un alto crecimiento del crédito de personas cuya actividad se desarrolla dentro de la economía informal.

Frente a salarios deprimidos y licuados por la inflación, los hogares que ya no pueden recortar más sus consumos apelan al uso del crédito –formal o informal—para adquirir alimentos o bienes de primera necesidad. “En lo que es punto de venta de cercanía, hubo en lo medido hasta julio, en el segmento de cercanía un aumento de un 6 por ciento aproximadamente en lo que es el uso de la herramienta de crédito; por lo general, vinculado a gente de economía informal también donde no hay tanto financiamiento”, explicó a El Destape el presidente del Instituto de Estudio de Consumo Masivo (INDECOM), Miguel Calvete. En ese sentido, se prevé una nueva crisis de endeudamiento de las familias, tal como se exhibió en los últimos dos años de Mauricio Macri y durante la pandemia, a partir de una aceleración de la toma de créditos de los hogares en estos primeros meses de Milei.

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De acuerdo con el último informe sobre bancos del BCRA, se registró en julio un alza del saldo real de financiamiento al sector privado y, en menor magnitud, se redujo el saldo real de los depósitos del sector público. Lo que incrementa el riesgo de descalce, aunque todavía los niveles de liquidez de los bancos es más que abultado. “Las líneas de crédito al consumo fueron las más dinámicas en el período (un 13,1 por ciento real), seguidas por los préstamos comerciales (un 8,8 por ciento real) y aquellas con garantía real (un 4,2 por ciento real). Todos los grupos de entidades financieras incrementaron sus saldos reales de crédito en pesos a empresas y familias en el mes”, señala el documento.

Los hogares con la soga al cuello

“En el caso del crédito en cadenas de supermercados, hay un incremento también que va apalancado en promociones. En ese segmento, el aumento se ubica entre un 12 y un 14 por ciento para lo que es compra de alimentos y planes de cuota. En mayoristas, obviamente, aumentó mucho más, pero se trata en general de gente que vive de la economía formal y que tiene otra capacidad de compra”, explicó a este medio Calvete. Por ejemplo, según cifras informadas por el titular de INDECOM, el 60 por ciento de la compra en carnicerías se realiza con tarjeta.

Por su parte, el último informe crediticio del Banco Provincia de Buenos Aires (BAPRO), señala que entre abril y julio, el financiamiento al sector privado creció más de 35 por ciento en términos reales, ubicándose 10,7 por ciento por encima del cierre del año pasado y recuperando el terreno cedido durante el primer cuatrimestre de 2024. “Si bien esta mejora se revierte cuando comparamos con noviembre 2023 (retrocedió 8,8 por ciento), es decir, antes de la devaluación que llevara al dólar oficial de la zona de 400 pesos a 800 pesos por dólares, el avance de los últimos meses no deja de ser relevante”, señala el informe del BAPRO. De acuerdo con este informe, los préstamos a las familias treparon 29,7 por ciento entre abril y julio, quedando algo más rezagadas respecto del último movimiento cambiario (con una baja de 10,2 por ciento).

“Ante este escenario de rebote, se nos abren distintos interrogantes. Considerando que el crédito viene moviéndose por encima de otras variables, ¿qué tipo de patrón de crecimiento configura una economía tirada por préstamos, principalmente a empresas?”, advierte el informe del BAPRO. Si bien el crédito sobre el PBI está en niveles bajos en comparación con otros países de la región, el problema radica en el sobreendeudamiento de hogares que ya están al límite de sus posibilidades. La mejora en los últimos meses obedece, en buena medida, a una tasa de interés por debajo de la inflación esperada, y no menos importante, “sin grandes expectativas de nuevas bajas en lo inmediato que abaratasen al nuevo financiamiento, moderando incentivos para posponer la demanda de crédito”.  

En términos de patrón de crecimiento, una economía con más crédito a empresas puede estar más traccionada por la inversión privada, en tanto una más tirada por salarios y financiamiento a las familias debería estar motorizada por el consumo. Ahora bien, cuando estas dos variables se disocian -es decir, que el crédito a empresas crece muy por encima del ingreso disponible para consumo de los hogares-, o bien las inversiones no son de corto plazo o no son para el mercado interno.

La mora todavía continúa baja. El ratio de irregularidad del crédito al sector privado se mantuvo sin variaciones significativas en el séptimo mes del año, ubicándose en 1,7 por ciento. En julio el indicador de morosidad para el financiamiento a las empresas se situó en 0,9 por ciento y en 2,7 por ciento para los préstamos a las familias. Por su parte, el saldo de previsiones contables del sistema financiero agregado representó 162,9 por ciento del crédito en situación irregular, superando el 100 por ciento en todos los grupos de bancos.

“De lo que antecede se desprende que no es posible realizar un análisis del fenómeno del endeudamiento sólo teniendo en cuenta la existencia o no de deudas y sus montos, y los niveles de ingreso de los hogares. Esto daría como resultado apenas una fotografía de la situación estrictamente financiera de los hogares, permitiendo una visión homogénea pero ficticia de las deudas”, señala un documento realizado en coordinación entre el Ministerio de Desarrollo Social y Universidad Nacional de San Martín.

La disparada del pago del mínimo de la tarjeta abre la puerta a otro endeudamiento con sectores usureros como financieras que ofrecen tasas mucho más altas a cambio de regularizar la situación. En algunos casos llega en menos de organizaciones vinculadas con el narcotráfico y el crimen organizado, tal como suele denunciar el ex ministro de Desarrollo Social Daniel Arroyo. El actual diputado nacional promueve un proyecto de fomento del crédito no bancario para el trabajo y la producción con el objetivo de desendeudar a las familias.

La mejora del crédito al sector empresario tampoco no alcanza todavía para revertir la caída de otras variables y evidencia un crecimiento desigual. En este escenario, la inversión está más orientada a la exportación que al mercado local.  La apuesta del programa económico sigue siendo motorizar el crédito, para atenuar el impacto sobre la demanda agregada de la caída permanente del consumo público y la transitoria –conforme al análisis del equipo económico del BAPRO—de la masa salarial.