El adalid del orden, Patricia Bullrich, necesitaba su narrativa post PASO: instigar a la mano dura del Estado en un complejo escenario social. Desde el último fin de semana, los propaladores del caos pretendieron instalar la idea de saqueos masivos. De tantas versiones y mensajes falaces a través de las redes sociales –espacio habitual de los libertarios-, sobre la noche del martes hubo hechos concretos en algunos supermercados del conurbano y decenas de detenciones. Todo esto en la superficie y a través de los canales de televisión de la oposición. Pero en el subsuelo de una Patria (no sublevada), la crisis económica, social y de ingresos dista de ser una versión o rumor.
Entre enero y julio de este año, los recursos para la Asignación Universal por Hijo tuvieron una caída del 10% en términos reales. La conclusión: cae el poder de compra para muchas familias en situación de vulnerabilidad y la canasta básica se aleja de los hogares. A los trabajadores registrados tampoco les va mejor. Según el Centro de Investigación y Formación de la República Argentina (CIFRA – CTA), la remuneración bruta de los asalariados privados se redujo un 18% entre 2015 y 2023. Medidas urgentes, se esperan.
Los saqueos fueron fogueados por aquellos que siempre ganan con el caos. Una movida de manual. Ahora pululan por los medios de comunicación con pedidos de mano dura. También de manual. Sin embargo, existe un escenario social que reclama atención desde hace mucho tiempo. El reclamo por una suma fija para recomponer ingresos, gritado desde organizaciones sociales, sindicales y políticas, tampoco es nuevo. ¿Cuándo llegarán las respuestas desde el Gobierno nacional?
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Una AUH cada vez más chica
El economista Ricardo Delgado, titular de la consultora Analytica, le puso números a la pérdida del poder adquisitivo de aquellos que perciben una Asignación Universal por Hijo (AUH). Cuando se implementó esta política, en pleno 2009, se lograba cubrir el 80% de una canasta básica total.
“En el macrismo, se movió entre el 30 y 40 por ciento. Ahora, está en 26%. No haber atendido el drama inflacionario es letal para los chicos más vulnerables. Estabilizar es socialmente progresivo. Nada más regresivo que esta inflación”, sostuvo Delgado, quien supo formar parte de los equipos del Frente Renovador en 2013.
En julio de 2019, el poder adquisitivo de la AUH permitía cubrir el 39% de una CBT, y descendió al 26% para julio de este año. No es un dato que explique por sí mismo un posible saqueo, pero describe la densidad social del momento. Según el Indec, al cierre del año pasado, el 54% de los menores de 15 años que viven en el país se ubican por debajo de la línea de la pobreza.
“Lo que viene sucediendo en los últimos 8 años, aunque es un proceso mucho más largo, es un aumento de la desigualdad. Se estancaron los canales a través de los cuales se podía aspirar a ciertas mejoras en las condiciones de vida. Esa desigualdad se verifica en el fuerte aumento de los alimentos. Hay un incremento del descontento con un estado de cosas que en vez de mejorar se han deteriorado”, explicó Sandra Guimenez, doctora en Ciencias Sociales por la UBA e integrante del Observatorio de Economía Política de Ciencias Sociales, en diálogo con El Destape.
MÁS INFO
Un ajuste a medida del FMI
La devaluación del peso al día siguiente de las PASO fue una imposición del FMI. También el reajuste del gasto público para cerrar los números fiscales negociados con el organismo supranacional.
Según el último informe de la Oficina de Presupuesto del Congreso (OPC) sobre la ejecución presupuestaria, en el acumulado de enero a julio de este año, la caída real de los recursos para la AUH registró una caída del 9,4% comparado con el mismo período de 2022.
El conjunto de los programas sociales analizados por la OPC, si bien registraron una suba nominal del 64%, con una inflación de tres dígitos terminaron con una caída real del 21,3% durante el período enero-julio.
En términos prácticos y concretos, este ajuste significa la posibilidad de comprar cada vez menos comida u otros bienes esenciales para el devenir diario. Según la OPC, la caída real en la inversión para la Prestación Alimentar fue del 9,9%.
La devaluación del 22% sigue horadando el poder adquisitivo de las familias. En contraposición, los únicos anuncios concretos post PASO y devaluación fueron beneficios impositivos para las empresas formadoras de precios.
Salarios
La suma fija para el conjunto de los trabajadores formales urge. También un alza del salario mínimo, vital y móvil para que impacte en los trabajadores informales. Según un análisis realizado por CIFRA – CTA, en noviembre de 2015 la remuneración bruta de los asalariados del sector registrado se ubicaba en los 357.000 pesos, mientras que para mayo de 2013 había descendido a los 293.000 pesos, una merma del 18%.
Con estos datos, desde la CTA de Huyo Yasky reclamaron de manera urgente una suma fija de, al menos, 75.000 pesos. Desde la CGT, saldada la disyuntiva por la yuxtaposición con las paritarias, también reclamaron una suma fija de 60.000 pesos.
Estos recursos solo llegarían a los trabajadores formales. Para mejorar el salario de los trabajadores que no cuentan con un recibo de sueldo, “debería incrementarse de manera importante el salario mínimo vital y móvil”, explicó Pablo Manzanelli, economista del CIFRA. En comparación con diciembre de 2019, el SMVM se encuentra un 14,4 por ciento por debajo de su valor a 2015.
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