Reino Unido, Italia, Grecia y Hungría son los países que desde que comenzó la invasión de Rusia a Ucrania -a fines de febrero último- implementaron impuestos a la renta inesperada con el objeto de gravar, especialmente, a las firmas energéticas, beneficiadas por la suba del petróleo y el gas.
Tras posicionarse en contra de la medida promovida inicialmente por la oposición laborista, el gobierno conservador de Boris Johnson en Gran Bretaña dio un vuelco y dispuso hace dos semanas un impuesto dirigido a las empresas de petróleo y gas, con el objetivo de recaudar alrededor de US$ 6.300 millones.
Los ingresos del "Windfall Tax", según prometió el ministro de Hacienda, Rishi Sunak, al presentarlo en la Cámara de los Comunes, aportarán a un paquete de asistencia de US$ 19.000 millones para ayudar a los hogares a hacer frente a la inflación, que en abril alcanzó un 9% anual, récord para los últimos 40 años.
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El paquete permitirá así descontar las facturas y entregar subsidios por única vez de 650 libras (US$ 818) a 8 millones de hogares de menores ingresos a través de dos desembolsos directos, en tanto que todos los hogares recibirán 400 libras (US$ 502).
"El sector está obteniendo ganancias extraordinarias, no como resultado de una mayor innovación o eficiencia, sino por el repunte global en los precios de los commodities", subrayó Sunak.
El tributo temporal gravará el 25% de las ganancias y tendrá deducciones de hasta 80% en caso de reinvertir las mismas en nuevas extracciones.
"Cuanto más invierta una empresa, menos impuestos pagará", dijo Sunak a los diputados.
En Reino Unido, firmas como Shell y British Petroleum (BP) registraron ingresos por US$ 6.200 millones y US$ 9.100 millones, respectivamente durante el primer trimestre del año, frente a los US$ 2.600 millones y US$ 3.200 millones del mismo periodo del año pasado.
De forma similar, en Italia, el gobierno de coalición que reúne a espacios de centroizquierda y centroderecha, liderado por el primer ministro Mario Draghi, dispuso en marzo un impuesto del 10% a las firmas energéticas, el cual, a principios de mayo, incrementó al 25%.
Se proyecta que el tributo retroactivo de octubre de 2021 a abril de este año-, permitirá recaudar 10.000 millones de euros (US$ 12.550 millones), para financiar un paquete que incluye reducciones de impuestos para las industrias intensivas en consumo eléctrico, descuentos en transporte público y pagos de 200 euros (US$ 251) para 28 millones de familias italianas.
Por su parte, Grecia anunció un impuesto del 90% tras identificar US$ 623 millones en ganancias extraordinarias por parte de determinadas empresas.
En Hungría, el primer ministro Viktor Orban estableció este mes impuestos extraordinarios en diversos sectores, incluyendo un 10% a los bancos, 25% a importadoras de petróleo y 7% a firmas de telecomunicaciones, con los que espera obtener US$ 2.190 millones.
Diversas organizaciones han apoyado este tipo de impuestos, entre ellos, la Comisión Europea (CE), que consideró en marzo que este tipo de impuestos temporales pueden ser "una forma útil de financiamiento".
Del mismo modo, la organización internacional Oxfam, que lucha contra el hambre en el mundo, pidió la implementación de impuestos "sobre las rentas excesivas del 90% para capturar las ganancias inesperadas", y así financiar el apoyo a las personas que enfrentan costos crecientes de alimentos y energía.
Con información de Télam