Los países integrantes del G20 resolvieron impulsar una nueva asignación de Derechos Especiales de Giro (DEG), la “moneda” del FMI, por unos U$S 500.000 millones. Por ese motivo, Argentina podría engrosar sus reservas por más de U$S 3.000 millones y el organismo multilateral de crédito reabrió un documento para saber cómo se distribuyen los montos.
El motivo principal de esta decisión es darle liquidez a países con problemas de financiamiento. En nuestro caso, permitiría aumentar las reservas en unos U$S 3.350 millones, según surge de la “cuota” de 0,67% que tiene el país como socio del Fondo.
Cabe recordar que de cumplirse el acuerdo entre el FMI y la Argentina, las primeras dos cuotas -de U$S 1.910 millones cada una- recaen en septiembre y diciembre. Los funcionarios nacionales negocian con los popes del organismo para detener los términos del crédito y obtener facilidades de pago a largo plazo.
Qué son los DEG del FMI
El DEG fue creado como activo de reserva internacional para complementar las reservas oficiales de los países miembros. En tanto, su valor surge de una canasta de monedas integradas por el dólar de Estados Unidos, el euro, el renminbi chino, el yen japonés y la libra esterlina.
No es casualidad que se haya establecido una nueva asignación de recursos. En 2009, se acordó el otorgamiento de U$S 262.340 millones en DEG para afrontar la crisis financiera mundial derivada de hipotecas y créditos “subprime”.
“El DEG no es ni una moneda ni un activo frente al FMI, más bien representa un activo potencial frente a las monedas de libre uso de los países miembros del FMI. Los tenedores de DEG pueden obtener estas monedas a cambio de sus DEG mediante dos operaciones: primero, la concertación de acuerdos de canje voluntario entre países miembros y, segundo, la designación, por parte del FMI, de países miembros con una sólida situación externa para que compren DEG a países miembros con una situación externa poco firme. Además de su función de activo de reserva complementario, el DEG sirve como unidad de cuenta del FMI y de algunos organismos internacionales”, sostiene el documento del organismo.
De esta forma, además de los U$S 3.350 millones que les corresponden como mínimo, la Argentina podría acceder a montos mayores si acuerda con países que no usarán esa mayor asignación, como los europeos, Estados Unidos, Canadá, China y Japón.
El valor del DEG se publica diariamente en el sitio del FMI, la canasta de monedas se revisa cada cinco años y la última revisión fue en octubre de 2016, cuando se incluyó al renminbi chino.
Sumar reservas
En otro aspecto, el documento del Fondo explicó que los países pueden comprar DEG para cumplir con sus obligaciones ante el FMI o venderlos para reforzar sus reservas canjeándolos por monedas de libre uso. Aquí yace la oportunidad argentina.
El Banco Central cerró la jornada con compras en el Mercado Único y Libre de Cambios por cerca de U$S 50 millones. De esta forma, sumó unos U$S 700 millones a sus reservas desde que comenzó marzo.
Así, la autoridad monetaria dirigida por Miguel Pesce compró en los primeros seis días hábiles del mes una cantidad superior a todo febrero, cuando intervino con compras por U$S 633 millones, y más del triple de enero cuando había sumado U$S 157 millones a sus reservas por esa vía, según datos oficiales del BCRA.