"Milei lo que dijo es que si es Presidente habrá un Plan Bonex", advirtió el miércoles Sergio Massa, ministro de Economía y candidato a presidente de Unión por la Patria (UP) en las elecciones 2023 sobre la propuesta de dolarización de su rival de La Libertad Avanza, Javier Milei. Para Massa, la dolarización que impulsa el libertario incluye darle bonos a los ahorristas, como ocurrió en 1989. ¿Por qué el titular del Palacio de Hacienda hizo esta comparación?
Qué fue el Plan Bonex
El Plan Bonex, abreviación de Bonos Externos, se implementó en diciembre de 1989, durante los primeros meses de gobierno de Carlos Menem y en el contexto de la necesidad de contener la hiperinflación que había estallado en los meses previos, a finales del gobierno de Raúl Alfonsín.
Fue llevado adelante por el entonces ministro de Economía Antonio Erman González, quien asumió tras el fracaso de su antecesor, Néstor Rapanelli, con el objetivo de contener la suba de precios, que en diciembre había vuelto a ser del 40%.
El Plan Bonex consistió en un canje forzoso de los depósitos de plazo fijo por bonos (denominados Bonex 89 y a vencer en 1999), para los ahorristas que superasen el millón de australes. Se trataba de un volumen importante, ya que debido a la hiperinflación, los ahorristas solían colocar por esos meses la mayoría de su resto para aprovechar el 138% de interés mensual (en junio) y recortar la pérdida generada por la suba de precios.
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De esta forma, se buscaba disminuir la liquidez o disponibilidad directa de dinero en efectivo de los ahorristas, de modo tal que habría una menor demanda de bienes y servicios o de compra de dólares, ya que los bonos debían negociarse en el mercado secundario de títulos. Así, se buscaba enfriar la actividad y disminuir la inflación, en pos de salir de la híper.
La medida del gobierno de Menem terminó por causar, como era esperado, una fuerte recesión al confiscar aproximadamente un 60% de la base monetaria del país por una caída en la liquidez.
Además, el Plan Bonex significó un gran perjuicio para los ahorristas, ya que los bonos tardaron meses en imprimirse y desde el comienzo cayeron un 25% nominal en el mercado secundario de títulos. La medida fue judicializada por varios ahorristas particulares, pero la Corte Suprema, dominada por la llamada "mayoría automática" menemista, falló a favor de la constitucionalidad del decreto 36/90 que creó el plan.
En paralelo, la inflación siguió subiendo durante el primer trimestre de 1990 para dar lugar a una segunda híper, que llegó al 700% en esos meses y a más de 2300% en todo aquel año. De ese modo, Erman González terminó por ser reemplazado por Domingo Cavallo a inicios de 1991, quien implementó el Plan de Convertibilidad del Austral en los meses siguientes.