América Latina: los desafíos de sostener el crecimiento y crear nuevas articulaciones financieras en la región

Un informe de CEPAL y OIT advirtió sobre la recuperación en la post pandemia para sostener la actividad y el empleo. Los procesos de reestructuración de deudas y las nuevas alianzas financieras globales, también en agenda. 

26 de agosto, 2023 | 00.05

El escenario actual aparece no sin dificultades para el mundo del trabajo, la reducción de la pobreza, y la situación económico-financiera de los países latinoamericanos. Según el último informe de coyuntura económica de la CEPAL, las proyecciones de crecimiento para las economías de la región rondarían en torno al 1,2% para 2023, a la vez que la suba del nivel de empleo también se ubicaría por debajo del 2%, en un contexto de “crecientes incertidumbres”. 

En ese panorama, y a contramano de las propuestas electorales que en Argentina aseguran que el camino es “achicar” el Estado, organismos globales plantean la necesidad de mayores políticas que permitan hacer frente a la creciente desigualdad, ya que si bien está latente la recuperación posterior a la pandemia, aún falta mucho para responder a las demandas de la mayoría de la población en materia de derechos básicos. Tanto la Comisión Económica de América Latina (CEPAL) como la Organización Internacional del Trabajo (OIT) sugieren “políticas que promuevan la inversión, la innovación, el aumento de la productividad y la estabilidad macrofinanciera, en conjunto con políticas laborales activas que auspicien una mayor creación de empleo y mercados de trabajo más equitativos y formales”. 

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En la misma línea, sería necesario además “una nueva estructura financiera centrada en redes regionales y subregionales”, según se señaló en la conferencia sobre Reformas al sistema financiero internacional de CEPAL donde se indicó además que “uno de los efectos más evidentes de la volatilidad financiera internacional es que los países en desarrollo han tenido que acumular muchas más reservas internacionales que antes y por eso la demanda ha crecido significativamente en el tiempo”.

Sostener trabajo con derechos 

El estudio que analiza la coyuntura económica para los países de América Latina y El Caribe en este 2023 indicó que “tres años después de la crisis provocada por la pandemia los indicadores laborales han vuelto a alcanzar los niveles de 2019, aunque la recuperación no es pareja y en algunos países los índices no han llegado a esa marca”. En ese sentido, desde CEPAL y la OIT consideraron que “regresar a los niveles anteriores a la pandemia no es suficiente”, y alertaron sobre los altos niveles de empleo informal, brechas de género, caídas en la productividad y salarios que muestran “estancamiento”. 

Sobre ello, se indicó que “en 2022 los sueldos reales se empantanaron luego de haber aumentado el año anterior, en tanto que la inflación subió, afectando el poder adquisitivo de los trabajadores latinoamericanos y caribeños”. En la mayoría de las economías de la región, “la inflación excedió los promedios observados desde la crisis financiera mundial (3,9%), alcanzó niveles del 8,6% en junio de 2022 y llegó al final de ese año al 6,5%”

En cuanto al 2023, se analizó que “el crecimiento económico previsto (1,2%) dará lugar a una desaceleración del crecimiento del empleo” ya que “oscilará entre 1% y 1,9%”. Alertaron también desde OIT sobre “la calidad del empleo que se generará en un contexto de bajo crecimiento” en tanto “significará que los trabajadores serán más vulnerables, tendrán menores niveles de protección social y se ubicarán en sectores menos productivos, lo que aumentará los niveles de pobreza y desigualdad en la región”.

El informe enfatizó luego en la necesidad de implementar políticas de protección de las y los trabajadores, con creación de empleo y mayor garantía de derechos. De esta manera mientras, a nivel regional se pone el foco en herramientas de política pública contracíclicas, en Argentina propuestas como las del candidato presidencial por La Libertad Avanza, Javier Milei, apuntan a reformas laborales con eliminación de indemnizaciones, reducción de cargas patronales y “costos laborales” y el fin del sistema de jubilaciones solidario e intergeneracional (para volver a las ex AFPJ), según se desprende de su plataforma electoral. 

“Es necesario contar en la región con políticas laborales activas que promuevan una mayor creación de empleo, mayor formalización y mejor inclusión de mujeres y jóvenes en el mercado de trabajo”, sostuvo el informe regional y agregó que “la crisis sanitaria -por Covid-19- mostró que instrumentos como los seguros de desempleo, los subsidios a la contratación y el teletrabajo actuaron de manera complementaria para atenuar la contracción del empleo y sus efectos en 2020. Estos instrumentos, junto con políticas de promoción del empleo permitieron impulsar una recuperación del empleo, en especial en aquellos sectores que fueron particularmente afectados por la pandemia”.

Otro ojo en el sistema financiero

Un punto sobre el que hizo referencia la CEPAL tiene que ver con “el complejo escenario externo con marcadas repercusiones en la región”, ya que “se evidenció una importante desaceleración de la actividad y el comercio mundial, un aumento en la inflación mundial, que a su vez produjo cambios significativos en la política monetaria, con el correspondiente aumento en la volatilidad financiera y la disminución de los flujos de capital hacia economías emergentes”. En este contexto los países de la región crecieron en 2021 un 3,8%, por debajo del 6,7% de 2021. “Tras el dinamismo mostrado en el primer semestre de 2022, la actividad económica de la región se desaceleró significativamente en el segundo semestre, lo que refleja, por una parte, el agotamiento del efecto rebote o la normalización de las actividades y, por la otra, los efectos de las políticas monetarias restrictivas, las mayores limitaciones del gasto fiscal, los menores niveles de consumo e inversión y un mayor deterioro del contexto externo” señalaron. 

Así, en 2022, “el aumento de la inflación de los alimentos y la energía y la mayor volatilidad cambiaria provocaron mayores presiones inflacionarias en la región, lo que acentuó los desafíos para los gestores de la política macroeconómica a la hora de conciliar políticas que impulsaran la reactivación económica mediante el control de la inflación y la sostenibilidad de las finanzas públicas”

En ese sentido, en una reciente conferencia a cargo del economista y ex secretario ejecutivo de CEPAL, José Antonio Ocampo, se planteó la necesidad de “implementar reformas profundas al sistema financiero internacional, con base en una nueva arquitectura cimentada en redes regionales y subregionales”. Puntualmente estarían focalizadas en “las ventajas de la banca multilateral de desarrollo, con acceso a financiamiento en mejores condiciones y plazos, y con una función que mitigue el comportamiento de los mercados” así como en “continuar con el financiamiento al sector público y ampliar el apoyo a la provisión de bienes públicos internacionales”.

Además, quien fuera también ministro de Hacienda en el gobierno de Petro en Colombia, se refirió a la reestructuración de deudas soberanas, al señalar que “los mecanismos existentes de renegociación no proporcionan un alivio adecuado y oportuno, y no tratan a los deudores y acreedores con reglas uniformes, y los problemas crecientes de endeudamiento público continúan siendo muy severos”.  Frente a esto, mencionó un posible “mecanismo ad hoc, de uso voluntario, que tenga en cuenta las diferencias entre países y podría ser apoyado por bancos multilaterales de desarrollo”. 

Respecto al sistema monetario internacional, se analizó que “por la volatilidad financiera internacional, uno de los efectos más claros es que los países en desarrollo han tenido que acumular muchas más reservas internacionales que antes” y que “entre las posibles reformas al sistema mundial de reservas están el trabajar en un sistema más activo de múltiples monedas y dar un papel más dinámico a los derechos especiales de giro (DEGs)”. Finalmente se analizó la necesidad de “construir una arquitectura más densa, especialmente con instituciones regionales fuertes, ampliar la participación de los países en desarrollo y de un organismo más representativo en la cúpula del sistema de cooperación económica internacional”. 

Argentina en los BRICS

El jueves 24 se comunicó oficialmente el ingreso de Argentina al bloque de países emergentes conocido como BRICS (integrado por Brasil, Rusia, India, China y Sudáfrica). Así lo confirmó el presidente Alberto Fernández al señalar que “este ingreso es una nueva oportunidad para la Argentina". 

El mandatario nacional dijo que con esta incorporación “aumentamos nuestras posibilidades de abrir nuevos mercados, de consolidar los existentes, de favorecer los flujos de inversión creando empleo, de aumentar las exportaciones y de desarrollar la aplicación de nuevas y mejores tecnologías”.

Este bloque representa “el 24% del PBI global, el 16% de las exportaciones y el 15% de las importaciones mundiales de bienes y servicios”, según agregó Fernández. También se sumarán como miembros plenos Irán, Etiopía, Egipto, Arabia Saudita y Emiratos Árabes, a partir de enero de 2024.