La Reserva Federal de los Estados Unidos recortó la tasa de interés de referencia por segunda vez en el año, con una inflación anual que llegaría al 2%. Si bien faltan dos meses para la asunción de Donald Trump, aparecieron las primeras tensiones con el titular de la FED, Jerome Powell, quien afirmó que “no piensa dejar su cargo” en caso de que se lo pidiera el presidente electo.
La baja de la tasa de interés de referencia de la FED podría generar una migración de “inversiones” hacia los mercados emergentes previo a la llegada de un Trump “proteccionista”. En este escenario, mientras el titular del Poder Ejecutivo, Javier Milei, hace su valija para visitar a Trump, suenan algunas alertas en el Banco Central ante la segunda devaluación diaria en Brasil. El movimiento del tipo de cambio en el país hermano le puso una nueva presión devaluatoria a todo el equipo económico.
FED
La Reserva Federal recortó la tasa de interés un cuarto de punto porcentual. "La actividad económica ha continuado expandiéndose a un ritmo sólido", sostuvo el Comité Federal de Mercado Abierto de la FED.
La decisión de los reguladores norteamericanos podría interpretarse a la luz de la victoria republicana. Trump ya anunció que aplicará medidas proteccionistas para reemplazar la importación de productos de China. En caso de avanzar con sus promesas, las medidas proteccionistas podrían desembocar en una suba inflacionaria. En tal caso, las tasas de referencia de la FED podrían volver a subir. Es decir, la aplicación de una política monetaria restrictiva para amortiguar el posible efecto de una suba de precios.
¿Qué hará Powell? En principio, sostuvo que no dejará su cargo. “La ley no permite que los presidentes despidan o degraden al presidente de la Reserva Federal”, manifestó durante una conferencia de prensa.
A pesar de haber sido nominado al cargo de titular de la FED durante la primera presidencia de Trump, éste lo calificó (o pretendió descalificar) como “demasiado políticamente correcto”.
A la brasilera
El real brasileño enfrenta una acelerada devaluación que ha llevado el valor del dólar a 5,7 reales. En el último año, el real acumula una devaluación del 20%.
“La devaluación de Brasil, efectivamente, mete presión al peso argentino. Al ser el primero o segundo socio comercial de la Argentina, los inversores podrían optar por volcar sus recursos en el país vecino. Brasil se hace más barato en sus bienes y servicios por lo que se le mete presión a un tipo de cambio bastante apreciado. Recordemos que en 1999 ocurrió una gran devaluación del real, que funcionó como la antesala de la crisis de la convertibilidad”, sostuvo Haroldo Montagú, economista en jefe de la consultora Vectorial.