En las últimas semanas, los dólares financieros ajustaron ya la brecha respecto al oficial a sus mínimos desde que se reinstauraron los controles cambiarios. Además, los dólares financieros tocan un piso cercano al mayorista oficial (dólar MEP con brecha inferior a la alícuota de Impuesto País, y relación contado con liquidación/MEP en 2,8 por ciento). El ingreso de dólares para montarse en la bicicleta financiera (que en la jerga especializada denominan carry trade y que implica pasarse a pesos para aprovechar las tasas de interés reales positivas, por encima de la inflación) es el que está abasteciendo la oferta de divisas que mantiene a raya los precios en el segmento informal.
Con el flujo de fondo proveniente del blanqueo y el ingreso por la relajación de los controles para los importadores, la bicicleta parece mantenerse aceitada. La situación podría cambiar y verse un rebote si el dólar se fortalece respecto al resto de las monedas y la Reserva Federal estadounidense sube la tasa de interés, aspirando el flujo de fondos de los mercados emergentes, como el argentino.
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Tablita cambiaria, brecha y la posibilidad de una tormenta desde el Norte
La brecha entre el dólar oficial y sus variantes financieras llegó al dígito (9 por ciento contra el contado con liquidación y 6 por ciento contra el dólar MEP) y se ubicó en 10 por ciento respecto al blue. En todos los casos, se marcan mínimos de esta gestión. Con una brecha en estos niveles, el dólar blend deja de existir de facto y, con la eliminación del anticipo del pago del impuesto país para las importaciones, desde la semana que viene el dólar importador también dejaría de existir.
La contrapartida de la baja de la caída de la brecha y la tablita de Caputo (crawling) de devaluaciones del 2 por ciento mensual es que se acentúa la dinámica de atraso del dólar oficial, que, medido en términos reales, se ubica apenas 7 por ciento por encima de los niveles previos a la megadevaluación de diciembre en el índice de tipo de cambio real multilateral, pero ya 2 por ciento por debajo si consideramos el tipo de cambio real bilateral con Brasil, principal socio comercial de la Argentina. El peso es la moneda que más se apreció en el mundo en lo que va del año.
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Un informe realizado por GMA Capital sobre la base de datos del Bank for International Settlements (BIS) señala que el peso se revalorizó un 40,1 por ciento en términos reales entre diciembre de 2023 y octubre de este año, muy por encima del resto de las monedas del mundo. Abajo quedaron Turquía, que vio la lira apreciarse un 16,5 por ciento; Malasia en tercer lugar con 8,5 por ciento; y Sudáfrica en 8,1 por ciento; mientras que Brasil, principal socio comercial de Argentina, devaluó un 12,8 por ciento en los primeros diez meses del año.
En este contexto, GMA observó que "el tipo de cambio real multilateral (TCRM), un proxy (indicador) de la competitividad precio de la economía, está en mínimos desde 2015 y cada vez más cerca de los valores de fines de 2001". Al analizar la balanza comercial, indicó que en el complejo sojero, que aporta un 26 por ciento de los dólares que ingresan al país por la vía comercial, el precio que percibe el sector se encuentra en una cifra "históricamente baja".
“Aun con una agenda macroeconómica lejos de alcanzar niveles altos de certidumbre, de a poco comienzan a aparecer debates más de fondo que estaban siendo tapados por la vorágine coyuntural”, señala el informe de la consultora lcg. “Frente a renovadas presiones para levantar el cepo en estas circunstancias, volvemos a afirmar que, con reservas todavía negativas, eliminar toda restricción puede resultar todavía aventurado”, agrega el documento de la consultora.
Los rendimientos elevados que dejan las tasas en pesos en un contexto de esperada estabilidad cambiaria es el principal factor que explica esta dinámica. Los exportadores aceleran las liquidaciones en el mercado oficial para hacer carry, en tanto que los importadores demoran sus importaciones con el mismo objetivo (y a la espera de la eliminación del impuesto país que regirá desde diciembre). La oferta de dólares blanqueados habilita la colocación de deuda por parte de empresas cuyos saldos deben ser liquidados también en el mercado oficial.
Sin embargo, la posibilidad de que la Reserva Federal acelere el ritmo de suba de tasas en los próximos meses, alentando la apreciación del dólar –y, como contrapartida, la devaluación del resto de las monedas—, podría complicar la bicicleta ya que para los inversores sería más tentador migrar sus fondos a una economía “libre de riesgo”. “Es lo que hizo Trump en su primer gobierno y, como consecuencia, en 2018 se le terminó el veranito financiero a Mauricio Macri”, recordó ante este medio un ex funcionario del Banco Central.