Dólar y elecciones: el ataque especulativo contra el peso

25 de julio, 2021 | 00.05

En columnas anteriores hemos adelantado que se produciría un aumento de la presión en los mercados cambiarios alternativos, determinado esencialmente por la intencionalidad política de las cúpulas empresarias -que tenazmente apuestan contra el Gobierno- antes que por razones técnicas que provoquen una caída en la demanda de pesos. 

Durante el primer semestre del año se consolidaron tres factores que deben contribuir a la estabilización de las variables económicas:

  1. Disminución del déficit fiscal. El resultado económico negativo de las cuentas públicas se redujo un 67,4% el primer semestre 2021 respecto del primer semestre 2020. El desequilibrio primario se ubicó en el 0,5% del PIB y el total en el 1,3% del PIB, sobrecumpliendo las metas previstas en el Presupuesto 2021.

  2. Acumulación de reservas en el Banco Central. Los activos de reserva internacional en el BCRA aumentaron u$s 3.625 millones desde el inicio del año.

  3. Evolución de los medios de pago acorde con el nivel de actividad. El dinero de alta potencia emitido por el BCRA expresado en los denominados pasivos monetarios líquidos (Base Monetaria + Instrumentos de Absorción) fluctúa en torno al 18,1% del PIB, levemente por debajo del 18,9% con que cerró el año 2020.

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Consecuentemente, se observa que el diseño macroeconómico ejecuta una política fiscal y monetaria no expansiva, sino prudente, a la vez que el Banco Central atesora reservas internacionales. Sin embargo, el dólar presiona en los mercados cambiarios alternativos.

El contrasentido técnico deriva la respuesta a la política exteriorizada por los agentes económicos más poderosos, que reniegan de la potencial consolidación del Gobierno en las elecciones de medio término. 

La presión cambiaria amplificada en los medios que detentan el oligopolio de la palabra apunta a generar un clima de expectativas de devaluación de la moneda que alimente la suba de precios. Aún cuando operen a pérdida en esos mercados, pareciera ser más barato que solventar la campaña electoral de un candidato opositor perdidoso.

Veamos el comportamiento de las cotizaciones en esos mercados y efectuemos una correlación con la evolución del sector externo reflejada en la variación del stock de reservas internacionales del BCRA, recorriendo el cuadro siguiente:

 

 

Se puede advertir que desde fines del primer trimestre del año el Banco Central ha experimentado un saldo positivo neto en la evolución de sus reservas internacionales. Sin embargo, el tipo de cambio en los mercados alternativos al dólar mayorista oficial ha subido, contradiciendo una mayor solvencia externa en el Ente Rector monetario, financiero y cambiario. Contradicción que se agudiza ante una política fiscal y monetaria cauta como la que evidencian los números vertidos en los párrafos previos.

La cotización del tipo de cambio contado con liquidación, que refleja el precio para llevarse los dólares al exterior en forma legal, aumentó desde el fin de marzo hasta lo que va de julio un 13,2%, en tanto que la cotización del dólar ilegal (“blue”) subió en igual lapso un 29,8%.

El mercado de contado con liquidación, que muestra el comportamiento de un dólar financiero, es susceptible de una intervención moderadora de sus fluctuaciones por parte del BCRA. A través de operaciones de venta y recompra de títulos públicos en mercado abierto, el Ente Rector puede derivar reservas internacionales a satisfacer la demanda en ese mercado y marcar límites a su cotización. A lo que se agrega una normativa reciente emitida por la CNV que limita el volumen nominal de títulos transados semanalmente en esta operatoria. Es un mercado sujeto a regulaciones normativas y de flotación administrada de su cotización por el BCRA, en tanto este último tenga fortaleza externa.

La descripción del comportamiento del mercado de contado con liquidación explica la suba acelerada en julio de la cotización del dólar ilegal (“blue”), que se despega del contado con liquidación y pasa los $180, tal como se puede apreciar el cuadro.

Claramente se advierte la intencionalidad política desestabilizadora al disparar el precio del dólar en un mercado opaco y no regulado desde la política económica y con muchas posibilidades de adquirir volatilidad ante la acción de un puñado de agentes económicos poderosos, que luego se amplifican mediáticamente.

Frente a este mercado, el Banco Central debe actuar en su rol de Superintendente de Entidades Financieras y Cambiarias y como autoridad de aplicación de la Ley Penal Cambiaria.

La Comisión Bicameral Parlamentaria Investigadora de Lavado de Activos y Fuga de Capitales, constituida en ocasión de la aparición de miles de cuentas no declaradas de argentinos en el banco HSBC sede en Suiza, que me tocó presidir, identificó un “modus operandi” de los bancos extranjeros para desarrollar las actividades de lavado y fuga de activos externos. A través de un segmento de negocios denominado “banca privada” (“private banking”), estos bancos se convertían en gestores de patrimonio de sus clientes relevantes, administrando mecanismos para facilitar el blanqueo y/o la salida de capitales del país.

Se le tomó declaración entonces a varios bancos transnacionales y estudios de auditoria externos firmantes de sus balances. Se demostró en esos testimonios la elusión de las normativas de “conozca a sus clientes” en el armado de legajos, la fragmentación de transacciones para eludir los límites de registro e información de movimientos sospechosos, la oferta de vehículos de salida de dólares en el país mediante la estructuración de distintas sociedades en paraísos fiscales. Esta actividad de “private banking” era difundida en las campañas publicitarias de los bancos y seguramente debe estar vigente en la actualidad, potenciada por los cuatro años de macrismo.

El mercado bancario se encuentra muy concentrado en pocas entidades. El control sobre las mismas y sus contadores es cuantitativamente sencillo.

En el plano estrictamente cambiario, el mercado también se encuentra concentrado. Los mayoristas de cambio de la “city” porteña son pocos.

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Roberto Feletti

Actualmente es secretario administrativo del Senado de la Provincia de Buenos Aires. Desde 2015 hasta 2019 se desempeñó como secretario de Economía y Hacienda del Municipio de La Matanza. Anteriormente ha ocupado diversos cargos y funciones, entre los que se destacan: diputado nacional por la Ciudad de Buenos Aires y presidente de la Comisión de Presupuesto y Hacienda de la Cámara baja (2011-2015);  viceministro de Economía de la Nación (2009-2011); vicepresidente del Banco de la Nación Argentina (2006-2009); ministro de Infraestructura y Planeamiento de la Ciudad de Buenos Aires (2003-2006) y presidente del Banco de la Ciudad de Buenos Aires (200-2003). Además es docente en la materia Administración Financiera en la Universidad Nacional de Moreno, tarea que ha desarrollado en otras universidades.