El valor tan temido durante meses e incluso años por fin llegó. En el cierre de su rueda del jueves, el dólar blue alcanzó los 400 pesos en el mercado informal, tal como había pronosticado en su momento Roberto García Moritán. Sin embargo, algunos indicadores muestran que no es del todo sensato considerar que se acaba de cumplir la predicción del legislador porteño y cónyuge de Carolina "Pampita" Ardohain.
"Después de las elecciones, el dólar (blue) podría llegar a 400 pesos", dijo Moritán. Su pronóstico no se adelantó: no se refería a las elecciones de 2023 sino a las de 2021, ya que pronunció la frase el 19 de julio de ese último año. En aquel momento, el blue cotizaba a 180 pesos.
La frase del dirigente de Republicanos Unidos volvió a resonar fuerte un año después, cuando en medio de las corridas cambiarias post renuncia de Martín Guzmán la divisa informal llegó a un pico de 338 pesos tras aumentar 100 pesos en tres semanas.
Moritán recordó nuevamente su predicción el último jueves. "Haber anticipado el dólar a 400 no me pone feliz ni me genera orgullo. Es un dato triste del deterioro que estamos viviendo todos los argentinos", dijo en sus redes. También apuntó a la emisión monetaria como causa directa de la suba de precios, que repercutiría a su vez en el dólar.
El "valor real" del dólar
Pero el récord nominal de 400 pesos al que el blue llegó el jueves esconde algunos otros puntos detrás. En primer lugar, la brecha cambiaria con el dólar oficial se encuentra hoy en el 80,4%, su mínimo desde junio de 2022. De hecho, prácticamente no varió respecto a cuando Moritán realizó su pronóstico, ya que en ese momento era del 77%. Por el contrario, al momento de la renuncia de Silvina Batakis y la asunción de Sergio Massa, la brecha se encontraba en el 138%.
El atraso relativo del dólar blue también se evidencia si se toman en cuenta los precios. En lo que va del año, la divisa informal creció un 16% (se encontraba a 346 pesos el 2 de enero), contra una inflación que la lleva un 21,7% en los primeros tres meses, sin contar los aumentos de la primera mitad de abril.
"Podría decirse que el dólar blue está quedando atrasado con respecto al resto de los bienes de la economía. Si la inflación que marca el IPC, entendida como un promedio de aumento de una canasta de bienes 'representativos' del consumo local, ya marca más de un 20% de aumento en lo que va de 2023, es factible pensar que el blue 'está barato'", señaló en ese sentido a El Destape el analista financiero Joel Lupieri.
Más allá del valor del dólar blue en sí, lo cierto es que, respecto a la inflación, el tipo de cambio real también se encuentra atrasado. El Índice de Tipo de Cambio Real Multilateral (ITCRM), que mide el precio relativo de los bienes y servicios de la economía argentina con respecto al de los de los principales 12 socios comerciales del país, se encuentra en 97 puntos (con el 2012 como índice de base 100). De este modo, se halla en el mismo valor que en abril de 2018, al inicio de la corrida cambiaria, cuando la inflación interanual era del 25%.
"El atraso del blue y el del Tipo de Cambio Real Multilateral están en parte relacionados", afirma Lupieri, y explica que "la falta de movimiento en el oficial ancla en parte las expectativas de depreciación, restando presión al paralelo. Por eso mismo, en la medida que la depreciación oficial se aceleré, el blue debería también acelerar su escalada de precios" si continúan las "inconsistencias" del plan macroeconómico oficial.
Moritán también aduce que la emisión monetaria, a través de su impacto en la inflación, es una de las razones por las que el blue subió en los últimos meses. Si bien el factor emisión nunca puede descartarse en el contexto de una suba de precios multicausal, no parece tener un peso mayor esta vez. El Banco Central indica que la base monetaria se contrajo un 6% en marzo a precios constantes, cifra que crece al 30% si se toman los últimos 12 meses.
Por supuesto, vale aclarar, que el hecho de que puntualmente el dólar blue se encuentre atrasado no quiere decir que su comportamiento no sea síntoma de un deterioro general y progresivo de la macroeconomía. Lupieri resume: "Pensar que nuestra moneda se ha depreciado 16% en menos de cuatro meses no es poco. Las consecuencias para el resto de las variables son grave y distorsivas. Particularmente para el ahorro local, la suba del dólar es siempre una noticia que trae angustia".