Nuevos viajes a Europa, reuniones por Zoom y negociaciones presenciales con acercamientos de posiciones. Así pasó el primer semestre de este año para el ministro de Economía, Martín Guzmán, en su tarea de reestructurar la deuda macrista. Si bien el cierre del período se vio teñido por la baja en la calificación de MSCI, el Gobierno consiguió acercar posiciones en materia para las obligaciones soberanas.
Después de sus giras por el viejo continente, el mandamás del Palacio de Hacienda convenció al Club de París de que le brinden tiempo para llegar a un acuerdo definitivo para pagar el crédito. De los U$S 2.400 millones que vencen este año se pagarán sólo U$S 400 millones antes de marzo del año próximo, un alivio para las reservas del Banco Central, hasta que se arregle una reestructuración más permanente con el organismo.
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El entendimiento con la entidad europea, integrada por 19 países coordinados por Francia, oficia de puente para no tener que afrontar un incumplimiento. Es que para Argentina abonar los vencimientos hubiera sido un golpe a las reservas internacionales. Argentina contará con tiempo hasta el 31 de marzo de 2022 para apuntar a una reestructuración más permanente con el Club de París.
“Nos da mayor certidumbre. Nuestro objetivo es tener un buen acuerdo. Cuanto antes mejor, pero el objetivo es un buen acuerdo”, planteó el ministro dos semanas atrás, cuando lo anunció. El arreglo incluye el pago de sólo U$S 430 millones, lo que representa un alivio financiero de U$S 2.000 millones hasta el 31 de marzo de 2022.
En los últimos meses, Guzmán consiguió apoyos de mandatarios europeos para llegar a esta altura del año con posibilidades de evitar el pago. En primer lugar, fue el ministro con una gira por Europa y poco tiempo después por parte del propio Presidente, que tuvo un paso por España, Portugal, Italia y Francia.
Después de esto y tan sólo días antes de que finalice el primer semestre, la empresa Morgan Stanley Capital International (MSCI) decidió modificar la clasificación de Argentina desde la categoría de Mercados Emergentes a la de Standalone. Este índice teórico recoge la negociación de acciones, por lo que no abarca ni los instrumentos de deuda pública ni las obligaciones negociables emitidas por las empresas argentinas. Básicamente, indican cómo evalúan los inversores internacionales las condiciones de los países en términos de su tamaño, liquidez -cuán grande es un mercado y cuántas operaciones registra- y accesibilidad.
Desde Economía explicaron que se trata de una revisión anual y, paradójicamente, la misma compañía clasificó a Argentina como Mercado Emergente el 20 de junio de 2018, cuando el país ya arrastraba una deuda insostenible. El gobierno de Mauricio Macri justamente intentó resolverlo acudiendo en mayo de ese año al FMI para solicitar un programa stand-by por U$S 50.000 millones.
La medida de MSCI incorpora las consecuencias que produjeron las políticas económicas que se siguieron desde ese entonces que lejos de mejorar la estabilidad macroeconómica produjeron una devaluación, salida de capitales y un incremento significativo de la inflación.
El mismo gobierno de Macri impuso, en septiembre de 2019, controles de capital. Esto fue como consecuencia de los desequilibrios macroeconómicos que generaron un incremento abrupto del endeudamiento sin la capacidad de generar divisas, sumado a una política monetaria que favoreció altas tasas de interés, permitió la entrada de capitales especulativos y de corto plazo. Esos capitales salieron de golpe, hubo una devaluación y ante una caída continua de las reservas internacionales se impusieron tardíamente los controles de capitales en septiembre de 2019.
Como parte del proceso para resolver los problemas de endeudamiento que generó Cambiemos y recuperar la economía, Guzmán reestructuró la deuda con acreedores privados, con porcentajes históricos de aceptación superiores al 99% en el tramo internacional y el local.
Además, avanzó en las negociaciones con el FMI para hacer frente al stock de deuda de U$S 45.000 millones que también dejó la gestión anterior. Desde la cartera económica también pusieron en marcha un conjunto de políticas productivas que apuntan a aumentar las exportaciones y generar divisas.