Argentina realizó este martes el pago de los vencimientos de octubre al Fondo Monetario Internacional (FMI) por casi US$2.600 millones y el próximo lunes sumará $850 millones de intereses con los fondos del nuevo swap de monedas suscripto con China. El objetivo, según planteó el ministro de Economía Sergio Massa la semana pasada, es que "no haya incertidumbre" con respecto al tema luego que el presidente Alberto Fernández firmara un nuevo acuerdo por US$6.500 millones.
El calendario del FMI preveía tres vencimientos con el país para el mes de octubre (el 6, el 12 y el último día hábil del mes), aunque podían ser saldados todos juntos en un solo pago este 31 de octubre sin cuestionamientos por parte del Fondo, que avaló en el pasado esta práctica. El viceministro de Economía, Gabriel Rubinstein, explicó la semana pasada que los fondos del acuerdo swap -con los que se realizarán los pagos- son "de libre disponibilidad", que se podrán utilizar para importaciones, pagos externos o intervención en el dólar CCL/MEP.
Argentina utilizó, por primera vez, los yuanes de libre disponibilidad para pagar al organismo internacional en junio pasado cuando se demoraba la aprobación de la quinta revisión del programa que luego fue aprobada junto a la sexta a fines del mes de agosto.
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La próxima revisión con el Fondo para destrabar más recursos será en noviembre y todo indica que comenzará formalmente una vez finalizado el ballotage del 19 de noviembre. "Es de interés para el FMI seguir trabajando con la Argentina con un consenso tan amplio como sea posible para garantizar la estabilidad y la prosperidad del país", afirmó la vocera del organismo multilateral, Julie Kozack, en septiembre.
En agosto pasado, Argentina recibió un desembolso de U$7.500 millones tras la aprobación de la quinta y sexta revisión del acuerdo. "Los principales objetivos del programa no se alcanzaron, como consecuencia de la sequía sin precedentes y desviaciones de las políticas", señaló el Fondo al otorgar el giro. Además marcaron que hubo un cambio en las metas y medidas estipuladas inicialmente por el contexto de "elevada inflación y crecientes presiones sobre la balanza de pagos".
El FMI plantea una serie de expectativas macroeconómicas y de metas del programa: para el 2023, prevé una caída del PBI de 2,5% -debido al impacto de la sequía y las políticas macroeconómicas- y mantuvo su meta anual de 1,9% del déficit fiscal. Además, vaticina una recuperación en las cuentas externas hasta fin de año -por el fin de la sequía y la puesta en marcha del Gasoducto Néstor Kirchner-, lo que permitiría a la Argentina alcanzar la meta de acumular US$1.000 millones netos.