Las proyecciones del mercado sobre el país de Milei: inflación del 14% en marzo, desplome de la economía y desempleo a niveles de la pandemia

Desempleo, caída de la actividad, y el riesgo de un ajuste que parece insostenible. El mercado anticipa un año muy difícil para los sectores populares.

06 de marzo, 2024 | 20.23

Los analistas del mercado estimaron una inflación del 16% para febrero y del 14,3% para marzo, según informó el Banco Central en su informe de Relevamiento de Expectativas de Mercado. También se espera una fuerte suba del desempleo que se explica por un ajuste que se hace cada vez más difícil de sostener.

En el segundo relevamiento del año el conjunto de analistas proyectó para el 2024 una caída del 3,5% de la actividad económica, producto de la recesión. Para el primer trimestre del año, la tasa de desocupación se proyectó en el 7,7% de la Población Económicamente Activa, lo que implicaría una disparada de dos puntos. Es una cifra que no se registra desde mediados de 2021, a la salida de la pandemia del coronavirus.

Por otra parte, pronosticaron que el tipo de cambio llegará a $ 860 por dólar para el promedio de marzo y en cuanto al comercio exterior de bienes, consideraron que las exportaciones totalizarán US$ 81.613 millones y las importaciones US$ 66.822 millones. Signos de la caída de la actividad por la falta de insumos para la industria.

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Un ajuste insostenible

Según el Centro de Estudios Económicos y Sociales Scalabrini Ortiz (CESO), el programa económico de Milei parece basarse en cuatro anclas. Primero, un ancla fiscal. De acuerdo a un informe del Instituto Argentino de Análisis Fiscal (Iaraf), el gasto primario devengado de la Administración Nacional fue de $ 4.070.000 millones en febrero. Al descontar la inflación estimada del período, el gasto habría bajado un 36,4% en términos reales respecto al mismo mes del año pasado. Esta variación resultaría mayor a las registradas en los dos últimos meses (23,2% y 30,1%).

En segundo lugar, un ancla salarial. En especial, a partir del ajuste llevado a cabo en los salarios del sector público. Ajuste que, por un lado, contribuye al éxito del ancla fiscal, y por otro intenta actuar como disciplinamiento para los trabajadores del sector privado. En conjunto, estas dos anclas apuntan a la necesidad de menor emisión para financiar el gasto y a inducir una recesión que “enfríe” la demanda.

En tercer lugar, un ancla cambiaria. Si bien una de las primeras medidas económicas de este gobierno fue aplicar una devaluación del 118%, luego adoptaron una estrategia cambiaria de micro devaluaciones diarias que alcanzan el 2% mensual, ritmo muy por debajo de una inflación del 20% mensual en enero y proyectada alrededor del 15% para febrero.

Por último, una poco ortodoxa ancla monetaria-financiera, a partir de la implementación de una tasa de interés que se encuentra sustancialmente por debajo de la inflación y la licuación del stock de pesos de la economía. El objetivo es que esta reducción de la base monetaria contribuirá a disminuir la inflación presente y futura.

"En un régimen de alta inflación, cualquier shock de precios en variables clave (como una suba brusca del dólar o las tarifas) acelera la inflación no sólo en el presente, sino también hacia adelante ya que la misma es perpetuada por los componentes inerciales (indexación de contratos y expectativas). Así, en diciembre el shock devaluatorio duplicó la inflación –pasó del 12,8% en noviembre al 25,5% en diciembre, manteniéndose en el 20,6% en enero–", señalaron desde el CESO. La disminución coyuntural de febrero cercana al 15%, se podría ver opacada en marzo ante el reajuste de precios estacionales (cuotas educativas) y la actualización de tarifas de servicios públicos y de transportes, que deben recuperar adicionalmente la suba de costos generada por la devaluación de diciembre. La consecuencia es que el “piso” que deja la inercia se mantendrá más cerca del 20% de enero que al posible 15% de febrero hacia los próximos meses del año.

Al respecto, el próximo aumento relevante que se viene es el de tarifas de los servicios públicos. Los cuadros tarifarios de energía eléctrica ya fueron publicados y, por tanto, estos aumentos impactarán fuertemente en la inflación de los próximos meses. En segundo lugar, existe una cuestión estacional. Por el comienzo del ciclo lectivo, en marzo los rubros “Educación” y “Prendas de Vestir y Calzados” suelen sufrir fuertes aumentos. 

Además, existen muchos precios que ya se encuentran plenamente indexados. El ejemplo más práctico son los alquileres, pero no es el único. Si bien una herramienta del gobierno es el ancla salarial, lo cierto es que por presión del movimiento sindical, la misma puede no tener efecto sobre los trabajadores registrados del sector privado. De hecho, es lo que se observa en los primeros meses, donde las paritarias de numerosas ramas sectoriales empardan o incluso superan la inflación actual.

Otros rubros que se encuentran fuertemente indexados son los combustibles –que además de subir por la actualización de un impuesto que se mantenía congelado desde 2021 su precio se ajusta al ritmo del tipo de cambio–, los servicios de telecomunicaciones, las prepagas, o los seguros.

En la medida que se acerquen los meses donde se liquida la cosecha gruesa, y el tipo de cambio actual vaya perdiendo frente a la inflación, aparecerán las presiones de los distintos grupos exportadores para una nueva devaluación. De hecho, el FMI ya se adelantó y sugirió acelerar el crawling peg del 2% al 8% mensual.

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