A pesar del impacto indiscutible de la cuarentena, la inflación de abril fue la más baja en más de dos años y en el acumulado del año no supera el 10%. Aunque las cifras siguen siendo elevadas, el inicio luce auspicioso luego de haber registrado en 2019 la peor marca en 30 años.
Es sabida la conexión que existe entre el ámbito universitario y el presidente, Alberto Fernández. Por eso, la finalización del primer cuatrimestre del año surge como una buena oportunidad para hacer un balance en torno al control inflacionario que lleva a cabo el Frente de Todos.
De acuerdo al informe oficial, el Indice de Precios al Consumidor aumentó 1,5% respecto a marzo. En términos internanuales, el indicador aumentó 45,6%.
El dato más relevante es que no se registraba una variación intermensual tan baja desde noviembre de 2017, cuando la inflación fue del 1,2%. Respecto a la evolución interanual, desde el 52,1% de diciembre, el indicador se redujo 6,5 puntos porcentuales, lo cual marca el sendero de desaceleración.
Sobre el informe de abril, el Indec reveló que la división Alimentos y bebidas (3,2%) fue la de mayor variación e incidencia en el mes. Los principales aumentos se observaron en rubros con un alto componente estacional como Frutas y Verduras, tubérculos y legumbres. También se observaron alzas en Carnes y derivados; azúcar, dulces, chocolate, golosinas, etc.
En el primer cuatrimestre, los precios acumularon un incremento del 9,4%. Aún así, cabe recalcar que el rubro alimenticio experimentó una suba mayor, y arrastra un alza del 15,2%.
Pero si comparamos con los últimos dos años de gestión macrista, el saldo es positivo. En el primero cuatrimestre de 2018, la inflación acumulada había sido del 9,6%, mientras que en los primeros cuatro meses de 2019 la suba de precios fue del 15,6%.
Si se observa la evolución de los productos esenciales del consumo habitual de la población, allí puede notarse la curva ascendente general. También queda al descubierto que el mayor aumento en el rubro de alimentos es liderado por la carne, lo cual pone a esta categoría por encima del incremento promedio de los precios.
Por ejemplo, la harina pasó de costar $ 40,24 en diciembre de 2019 a $ 43,70 en abril de este año. Asimismo, los fideos pasaron de los $ 53,79 en diciembre a los $ 59.79.
Sin embargo, en contraste, el valor del kilo de carne picada saltó de los $ 178,35 en diciembre a los $ 227,42 en abril. Otro producto que subió por encima del nivel general, ya que en diciembre el litro costaba $ 132,37 y en abril creció hasta los $ 150,3.
Para desacelerar el ritmo inflacionario, el Gobierno no sólo renovó el programa Precios Cuidados y endureció el control sobre el dólar, sino que estableció el esquema de Precios Máximos. A través de la resolución oficial firmada a principios de marzo, instauraron valores fijos y reforzaron la verificación de los mismos en alimentos, bebidas, productos de limpieza y de cuidado personal.
Por esta razón, el Ministerio de Desarrollo Productivo prorrogó hasta junio la continuación del programa, que funciona de referencia para 2.300 productos.
Todavía no pueden aventurarse pronósticos sobre lo que pasará con la inflación en 2020 en un contexto macroeconómico inestable. Resta saber si el aumento de la brecha cambiaria es temporaria o si efectivamente habrá un impacto devaluatorio sobre los precios, en el caso de que continúe la volatilidad en el mercado.
Por lo pronto, de acuerdo al Relevamiento de Expectativas de Mercado del Banco Central, que habitualmente realizan analistas especializados, proyectó que la inflación minorista para diciembre de 2020 se ubicará en 44,4% interanual,