Distintos rebrotes de COVID-19 en el área portuaria argentina complican la recuperación económica. El consumo interno para reactivar la actividad económica doméstica y el foco en las exportaciones son los dos pilares sobre los que el Gobierno pretende asentar la salida de la recesión post pandemia. Sin embargo, los casos de coronavirus detectados en las principales cerealeras y procesadoras de oleaginosas durante el fin de semana hacen peligrar la continuidad de la única fuente genuina de dólares que actualmente tiene la Argentina.
La situación se complica aún más frente a la retención de liquidación que realizó el sector en la primera parte de este año y la aceleración de ventas hasta diciembre pasado, previo al cambio de Gobierno, para aprovechar ventajas impositivas del macrismo. Ese retaceo se hace sentir en las arcas del Banco Central, que volvió a vender divisas para compensar el menor ingreso de los agroexportadores.
En el primer semestre del año el sector cerealero y oleaginoso liquidó 9307 millones de dólares, un 13,2 por ciento por debajo de igual período del año pasado, según informó la cámara que agrupa al sector (Ciara-CEC). En su informe justifica la baja en las medidas de aislamiento, pese a que productores reconocen que el sector trabajó con normalidad pese a la pandemia. Pero la Cámara también reconoce, de manera sucinta, en su informe para el primer cuatrimestre que hubo " venta anticipada de granos por los productores a fines del año pasado".
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En junio la liquidación recobró algo de ritmo. Con 2343 millones de dólares, la liquidación del complejo superó en 5,6 por ciento la liquidación de igual mes del año pasado. Sin embargo, un brote casos en las terminales portuarias de Rosario complican los planes de exportaciones y en el mundo ya comienzan a sacar cuentas de cuánto impactará la situación en los precios internacionales.
La firma china Cofco International y estadounidense Bunge dejaron inactivas las terminales portuarias y las plantas de trituración de soja al norte de Rosario, en el río Paraná, para los envíos de harina de soja para alimentación del ganado y aceite de soja para cocinar y biocombustibles. Por su parte, el transportista Vicentin también tiene sus operaciones interrumpidas después de que los empleados dieron positivo al COVID-19.
En el caso de Cofco la suspensión fue después de que 12 trabajadores dieron positivo para de coronovirus. La planta de Timbues de Cofco podría estar cerrada por una semana y la compañía está redirigiendo las cargas a su terminal de Puerto General San Martín y a instalaciones administradas por otras compañías, según un comunicó la empresa. En Bunge registró un caso positivo en sus instalaciones de Puerto General San Martín, por lo cual también está enviando camiones a sus otras terminales
Vicentin cerrará un turno en su planta de embotellado de Renopack durante diez días, debido a la denuncia de un caso en esas instalaciones. La firma comunicó que espera que este miércoles se reinicie el funcionamiento de otro turno de operaciones. De todos modos, se mantiene el bloqueo de los trabajadores en las instalaciones portuarias de plantas en Rosario, donde se encuentran actualmente en aislamiento, aseguró Gustavo Idigoras, titular de Ciara-CEC a Bloomberg.
Los ministerios de Trabajo y de Salud de Santa Fe iniciaron este miércoles tareas de fiscalización en las plantas agroexportadoras del Gran Rosario pertenecientes a las empresas Cofco, Bunge y Pampa Energía, ante la detección de casos de coronavirus que no fueron notificados a las autoridades provinciales.