El Coloquio de IDEA dejó un claro diagnóstico de cómo ven los empresarios más importantes del país a la economía y qué piden para que mejorar el ambiente de negocios. La clave que giró a lo largo de los tres días fue la flexibilización laboral, que quedó explicitada en la lista de planteos de este sector concentrado del poder económico al poder político.
“El problema más acuciante que tenemos es la falta de empleo y por eso es fundamental ponerlo como eje”, fue una de las consignas principales en las exposiciones. Otra de las críticas fue que, a su modo de ver, la economía argentina no genera empleo privado formal hace más de una década.
Para mejorar el mercado laboral, IDEA postuló una lista con tres respuestas rápidas: 1) Régimen laboral de emergencia; 2) Mejoras tácticas para el sistema actual y 3) Cambios institucionales para adaptarse a las nuevas demandas del mercado laboral.
El primero de los puntos propone la reducción temporal de cargas patronales, con énfasis en poblaciones específicas, sólo válido para aumentos de nómina de personal. Además de ello, la instauración de un blanqueo laboral, con eliminación de pasivos asociados y beneficios por un plazo de 3 años y decrecientes, con mayor fomento de la población joven.
También pidieron un nuevo esquema temporal para desvinculaciones (eximidas de la actual prohibición), que reduzca la incertidumbre en el costo de las indemnizaciones y desincentive la industria de los juicios laborales. Es decir, apertura de despidos sin justa causa.
Las propuestas apuntan a reducir el costo de indemnizaciones en Pymes y la “conflictividad” con la federalización servicio de conciliación laboral obligatoria que ya emplean algunas provincias. Además, piden la imposibilidad de iniciar reclamos judiciales luego de pactada y liquidada la indemnización; la modificación del régimen de multas laborales, con método de cálculo homogéneo y un programa de modernización de convenios colectivos de trabajo (algunos con una antigüedad superior a 45 años), a través de mesas de revisión tripartita de cláusulas y convenios por actividad o empresa, para adaptarlos a la naturaleza de las nuevas relaciones laborales.
El punto tres le pone énfasis en un programa de capacitaciones en un entorno laboral como esquema de ingreso al empleo; asignación estímulo a cargo del Estado para la adquisición de competencias laborales mediante la práctica formativa en ámbitos de producción. Es decir, subsidios a las capacitaciones, donde luego las compañías contratarán a una fracción de los candidatos.
Otro eje apunta al trabajo independiente, con la reformulación del monotributo para desalentar subfacturación y “enanismo fiscal”; la creación de una nueva figura laboral para los trabajadores que se vinculen a las nuevas demandas del mercado laboral.
Y, por último, la formalización activa de los trabajadores de la economía popular a través de la unificación del monotributo social y promovido; el reconocimiento de actividades de baja escala y la certificación positiva de buenas prácticas laborales para cerrar la brecha de género y presentación de informes de igualdad sustantiva de género con beneficios fiscales.
La respuesta de Agis a las propuestas
Como uno de los expositores invitados, Emmanuel Álvarez Agis explicó que el salario de los trabajadores no es una barrera para el aumento del empleo porque el costo laboral actual representa la mitad que en 2011, 2015 y 2017. El director ejecutivo de la consultora PxQ rechazó la propuesta que planteó IDEA de flexibilizar el mercado de trabajo.
“Me toco implementar una reforma laboral y todas fracasaron, inclusive la que me tocó protagonizar”, explicó Agis en su exposición. “El costo laboral actual es la mitad que en 2011, 2015 y 2017”, detalló el economista. “Cuando hay un problema de generación de empleo veo causas de oferta y de demanda”, teorizó. Para el caso argentino, precisó que el problema laboral consiste en “la falta de demanda de empleo, que deriva de un problema macroeconómico”.