Al término de la fase álgida de liquidación de la cosecha gruesa, el campo todavía retiene más de 16.000 millones de dólares, fundamentalmente de soja, en lo que representa el mayor volumen sin vender de los últimos años. Así, en el marco del atraso cambiario, el agro complica el objetivo de Javier Milei y Luis Caputo de evitar un salto devaluatorio hasta fin de año y levantar el cepo lo antes posible.
Las cifras se desprenden de un informe publicado este jueves por las cámaras cerealeras de CIARA-CEC. Según su Monitor Agroindustrial del mes, a fin de junio todavía quedaban 34,9 millones de toneladas de granos de soja sin liquidar, es decir, el 73% del volumen total disponible. Se trata, con diferencia, del mayor porcentaje de los últimos tiempos, ya que, a esta misma altura del año, en 2023 solo estaba retenido el 57% de la producción total, en 2022 el 56%, en 2021 el 51% y en 2020 el 48%.
Evidentemente, el alto porcentaje retenido este año obedece al atraso cambiario que Milei y Caputo sostienen como ancla contra una nueva disparada de la inflación, con un dólar que sigue deslizándose al 2% mensual frente a una suba de precios acumulada de 72% entre enero y mayo.
Los anuncios económicos de la semana pasada, que no incluyeron una fecha concreta de salida del cepo, fueron mal recibidos por los mercados, que esta semana cerraron la mayoría de las jornadas con cifras negativas. Como consecuencia, el ministro de Economía envió ayer al Congreso un adelanto del Presupuesto 2025, en el que precisó que el tipo de cambio sería de 1.016 pesos a fin de año. Es decir, que mantendrá sin sobresaltos el ritmo de devaluación del 2% hasta diciembre. También dio un guiño al levantamiento del cepo el año próximo, al afirmar que desde enero no habrá más impuesto PAIS.
Pero este sendero, en medio de las turbulencias financieras, se complica cada vez más por la falta de liquidación del agro. El cálculo rápido indica que el sector retiene, al precio de 443 dólares por tonelada de soja de este julio en la Bolsa de Cereales de Rosario, unos 15.460 millones de dólares de este grano. A eso se le suman otros 1.310 millones de dólares por las 7,2 millones de toneladas de maíz sin liquidar.
En total, unos 16.770 millones de dólares que el campo se niega a entregarle a Luis Caputo a la espera de un mejor precio de liquidación, con cada vez menos incentivos para vender mientras la brecha sigue creciendo y alcanza niveles del 50%, como en los últimos días. Irónicamente, se trata de prácticamente el mismo volumen que el Gobierno quiere obtener de parte del Fondo Monetario Internacional (FMI) para poder levantar el cepo al dólar en el corto plazo, hasta ahora sin éxito.
Los contratos de futuros fijados por estos días muestran que el sector espera que el precio de la tonelada de soja apenas aumente en los próximos meses, alcanzando un máximo de 445 dólares en enero. Por lo tanto, no se prevé que pueda llegar un estímulo a liquidar desde el valor de la commodity. Las promesas de mantenimiento del crawling peg del 2% y del dólar blend (liquidación del 80% al dólar oficial y del 20% al CCL), que aún con la suba de las cotizaciones financieras mostró no ser lo suficientemente atractivo como para acelerar la venta de la cosecha, permiten anticipar que la falta de incentivos a que el campo liquide continuará en los próximos meses.
Sobre todo, cuando, en junio, terminó el período iniciado a fines de abril correspondiente al de mayor liquidación de granos, con una magra compra de reservas por parte del Banco Central. El plan de Caputo no logra despegar justo cuando Milei, tras la aprobación de la Ley Bases, necesita empezar a mostrar urgentemente signos de reactivación.