El presidente del Banco Interamericano de Desarrollo (BID), Mauricio Claver-Carone, mantiene su rechazo a autorizar un crédito ya aprobado de 500 millones de dólares a la Argentina, argumentando que el país es “insolvente”, mientras niega que se trate de una posición política. Sin embargo, desde su asunción en el organismo, en octubre del 2020, convalidó desembolsos por más de 1500 millones de dólares al país y, recién ahora en momentos de fuerte tensión cambiaria, decide ahora echar más leña al fuego financiero y frena un crédito que tenía el vía libre desde junio pasado. Según informes del organismo, los montos adjudicados (hasta para la producción vitivinícola) suma 1550 millones de dólares, sin contar con el apoyo en la pandemia que superó los 1800 millones.
“No vamos a poner en riesgo el patrimonio del banco prestándole a un país insolvente”, dijo el titular del BID impuesto por el ex presidente Donald Trump para argumentar su rechazo a realizar el desembolso acordado, cuya fecha máxima de ejecución era el 30 de junio. Su apreciación de la economía argentina tiene varias aristas que lo hacen contrastable. Por un lado, para acceder al crédito se requiere presentar un plan de ejecución que el organismo aprueba previamente (algo que sucedió) y luego del primer desembolso se inician los análisis de cumplimiento. Durante toda la gestión de Alberto Fernández no hubo incumplimientos en ejecución y, mucho menos, en el repago a organismos multilaterales de crédito, según los registros del Banco Central.
Este proyecto lo hacemos colectivamente. Sostené a El Destape con un click acá. Sigamos haciendo historia.
Entre los criterios que se toman en cuenta para autorizar los créditos, como se hizo con el que se encuentra frenado actualmente, se pide a los países miembro: "contar con un patrimonio y una situación financiera adecuados, conclusión que debe ser respaldada por el análisis financiero; contar con contrapartida local adecuada para ejecutar el proyecto o programa en cuestión, en los montos y oportunidades previstos y tiene la capacidad de pago indispensable para atender puntualmente el servicio de las deudas contraídas, especialmente la relacionada con el eventual préstamo del BID”, según difunde el BID.
Los créditos “solventes”
Para el organismo, estos criterios se cumplieron hasta junio de este año, lo que permitió al país recibir distintos créditos desde octubre del 2020 (fecha de asunción de Claver-Carone) distintos préstamos con una ejecución de 1550 millones de dólares. La situación de la economía real no varió desde entonces. Lo que sí cambió es la especulación cambiaria que tensionó al mercado financiero, profundizada por la salida abrupta e irresponsable de Martín Guzmán al frente del Ministerio de Economía. En ese contexto, Claver-Carone frena la llegada de nuevos desembolsos.
En octubre del año pasado, en uno de los últimos desembolsos realizados por el organismo, se ejecutó un crédito de 287,5 millones de dólares para fortalecer el Sistema Nacional de Innovación, con el objetivo de “apuntar a empleos de calidad, crear empresas de base tecnológica, entre otras prioridades”.
Ese mismo mes se aprobaron 100 millones dólares el Programa para el Desarrollo de la Red Federal de Fibra Óptica (REFEFO), en el que el BID financió la expansión y equipamiento de la infraestructura para conectar con fibra óptica a 258 localidades en zonas apartadas y una mejora de la infraestructura de la conectividad internacional que impulse la calidad de la digitalización, la baja de precios y la integración digital regional. El mes previo, en septiembre, aprobó un Programa de Crédito para la Reactivación de la Producción en la Provincia de San Juan, con 58 millones. Además, otorgó 60 millones de dólares al Programa de Desarrollo del Turismo Social y de Naturaleza en Chubut.
También se aprobó un préstamo para la rehabilitación del ferrocarril Roca - Ramal Plaza Constitución-La Plata, financiamiento complementario y reformulación del proyecto, por el cual el BID otorgó 100 millones de dólares.
En diciembre último, con el objetivo de llevar a cabo un Programa de Vitivinicultura Inteligente (PVI) que contribuya a incrementar la productividad, calidad y competitividad del sector, la Corporación Vitivinícola Argentina (COVIAR) firmó un convenio de cooperación técnica con el Banco Interamericano de Desarrollo (BID) por el cual a lo largo de 30 meses dispondrán, en carácter de “recursos no reembolsables”, un total de 350 mil dólares. En apoyo al Fortalecimiento Institucional del Ministerio de la Mujer, Géneros y Diversidad de Argentina y en Inversión Social por 300 y 350 mil dólares respectivamente.
A esto se suma el anuncio de desembolsos por 1800 millones de dólares para apoyar a Argentina en 2020 ante la crisis de COVID-19 y paliar sus consecuencias sanitarias, sociales y económicas. Se trató del mayor monto de desembolsos del BID en Argentina de los últimos 10 años.
En resumen, el BID, con Claver-Carone al frente, otorgó rutinariamente créditos al país durante plena pandemia (también lo hizo en plena crisis socioeconómica de 2001/2002), al inicio de la recuperación económica y en plena pandemia. Ahora, en plena corrida cambiaria, fogoneada por una oposición responsable del mayor empréstito argentino con el Fondo Monetario, el titular del BID (responsable de ese crédito con el FMI) argumenta una mayor minuciosidad en las cuentas para sumarse al golpe de efecto sobre el mercado financiero argentino.