El presidente del Banco Interamericano de Desarrollo (BID), Mauricio Claver-Carone, aseguró en una columna de opinión que la entidad no puede girar a la Argentina unos 500 millones de dólares debido a problemas de falta de transparencia y un “tumultuoso historial financiero”. Sin embargo, este funcionario fue el asesor clave en la gestión de Donald Trump para destrabar la aprobación del crédito más grande de la historia del FMI, a pesar de no contar con las condiciones de repago de la deuda.
El Gobierno le requiere a este organismo que le apruebe un préstamo incondicional por esa cifra, pero el directorio de la entidad se niega. Estos fondos estarán destinados a la seguridad vial y la atención de salud en la provincia de Buenos Aires.
“El éxito de la Argentina es el éxito del BID, pero el tumultuoso historial financiero de Argentina afecta singularmente a los costos del banco. El BID debe proteger su capacidad de ayudar de forma fiable a todos sus 26 prestatarios, incluidos los países pequeños con pocos recursos”, expresó Claver-Carone en una columna publicada en Wall Street Journal. Y añadió: "Por mucho que el BID quiera aprobar nuevos fondos para la Argentina, no puede dar el visto bueno a las solicitudes para hacerlo sin asegurarse prudentemente de que tiene un impacto en el desarrollo”.
En este sentido, Claver-Carone afirmó que “el BID desea que Argentina cumpla los compromisos con el FMI para mejorar las condiciones macroeconómicas". Al mismo tiempo, apuntó que "los compromisos, mucho más modestos que los exigidos a otros países, son clave para promover el crecimiento sostenible y garantizar que el BID pueda ofrecer a Argentina nueva financiación”.
Quién es Claver-Carone y cuál fue su rol por el préstamo del FMI
Claver-Carone es abogado, nacido en Estados Unidos, exasesor de Donald Trump durante su presidencia y con trayectoria en el Consejo Nacional de Seguridad de Estados Unidos. Llegó a su actual posición como el único candidato, después de que Estados Unidos, principal accionista del BID, rompiera una regla no escrita que rigió a lo largo de las seis décadas de vida de la institución con sede en Washington, según la cual un latinoamericano ejercía la presidencia, secundado por un estadounidense.
La decisión de la Casa Blanca causó malestar en varios países de la región, así como de numerosos expresidentes y excancilleres, entre ellos en Argentina que empujó por postular como candidato al actual secretario de Asuntos Estratégicos, Gustavo Béliz. En abril de este año, Claver-Carone fue acusado de mantener una relación inapropiada con una alta funcionaria del organismo multilateral y de malversar fondos, lo cual motivó el incio de una investigación interna.
Claver fue una pieza indispensable para lograr que el expresidente Mauricio Macri accediera a los créditos Stand-By del FMI. El entonces asesor del Salón Oval recorrió los despachos de los representantes de Europa en el Board y argumentó incesantemente ante los técnicos del FMI, que observaban los números en rojo de la Argentina y se negaban a ceder.
“Yo estaba en el Fondo Monetario, y el programa más grande en la historia del Fondo Monetario lo ocupamos para la Argentina. Que se haya mal manejado el programa, que no se haya ejecutado bien por parte de Argentina, y les haya costado la elección, es una cuestión”, admitió Claver ante diplomáticos chilenos. Y amplió: “Yo tenía a los europeos enfrente de mí, cuando quisimos impulsar e impulsamos el programa de asistencia más grande en la historia del Fondo Monetario Internacional para ayudar a la Argentina en su momento de crisis, fueron los europeos que estaban peleados contra nosotros, porque no querían ayudar a la Argentina, porque no les interesaba el Hemisferio Occidental”.
Como parte de su campaña electoral, el candidato de Trump remitió a todos los países miembros del BID en América Latina una minuta de cuatro carillas con su presentación ante el Consejo Chileno para las Relaciones Internacionales. En esa minuta reservada, Claver transcribió que todo lo que hizo Trump en el FMI fue para ayudar a Macri y evitar que el peronismo regresara al poder.
En la última cumbre de las Américas desarrollada en Los Ángeles, el presidente Alberto Fernández lanzó duros cuestionamientos hacia el titular del BID y a su par de la Organización de Estados Americanos, Luis Almagro. En su participación, el jefe de Estado lanzó: “Se ha utilizado a la OEA como un gendarme que facilitó un golpe de estado en Bolivia. Se han apropiado de la conducción del Banco Interamericano de Desarrollo, que históricamente estuvo en manos latinoamericanas”.