En marzo la intermediación financiera de los bancos con el sector privado tuvo un desempeño heterogéneo, con reducción de los saldos reales de créditos y depósitos en pesos e incremento en el segmento en moneda extranjera. En un contexto en el que Banco Central redujo la tasa de interés de política monetaria y eliminó la tasa de interés mínima para los depósitos a plazo y máxima para los créditos, el saldo real de las colocaciones en pesos del sector privado se redujo 2,7 por ciento, dinámica explicada mayormente por las cuentas a la vista. Esta tendencia, según las actualizaciones periódicas que realiza la autoridad monetaria y son relevadas por este medio, se mantuvo en los meses subsiguientes, donde la poda de intereses se hizo más intensa (especialmente, en el último mes y medio hasta llevar el techo a un ridículo 40 por ciento anual nominal).
En el caso de los créditos, pese a la poda de intereses, sopesó más la desregulación bancaria que evitó un traslado más directo de la baja de tasas al costo de los préstamos. El saldo de financiamiento en pesos al sector privado registró así una caída similar a la de los depósitos, de 2,7 por ciento en términos reales en marzo, con reducciones generalizadas entre todas las asistencias crediticias. En ambos casos, la exposición en moneda extranjera de los bancos se incrementó.
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En términos de balances, la política de licuación de ahorros comenzó en marzo a tener efectos sobre el patrimonio de los bancos. Respecto de diciembre, los bancos vieron disminuir muy fuertemente el egreso por intereses (remuneración de los depósitos), que en incluso en términos nominales se desplomó de 4,7 billones de pesos en diciembre último a 2,9 billones en marzo. Esto responde al desarme de plazos fijos por parte de ahorristas. Por otro lado, la recesión económica, junto a la desregulación del sistema financiero hace cada vez más complicado el financiamiento para las empresas, lo que redujo un canal importante de generación de ingresos para los bancos, como es el cobro de intereses, que pasó en tres meses de 1,7 billones de pesos a 1,3 billones. En los dos casos con una inflación acumulada en el trimestre de 51,6 por ciento.
La aceleración en la baja de tasas explica la caída en la intermediación y una mayor dolarización de carteras, lo que dio lugar a un desenlace esperado: la corrida cambiaria de los últimos días. Alertados por la situación, más allá de lo que pueda exponer la vocería presidencial, el ministro de Economía, Luis Caputo, se quejó de la actitud de los bancos que se sobregiraron –como otros sectores desregulados—y bajaron más la tasa de los previsto. Durante el Congreso del Instituto Argentino de Ejecutivos de Finanzas (IAEF), Caputo les sugirió a los bancos que dejen de tomar como referencia la tasa de interés de política monetaria para su estrategia comercial y miren la tasa de las LECAPS, las nuevas letras del Tesoro Nacional.
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En las últimas semanas el Banco Central bajó de forma agresiva su tasa de interés a 40 por ciento anual, con la intención de reducir el pago de intereses por sus pasivos remunerados. Los bancos inmediatamente redujeron la tasa de interés de plazo fijo a un promedio de 30 por ciento anual, los que significa un rendimiento mensual para el ahorrista de entre 2,5 y 3 por ciento. Sin embargo, en paralelo a la baja de tasas del Central y con el objetivo de sostener el incentivo parta la migración de deuda hacia el Tesoro, Economía emitió LECAPS a tasa fija de 48 por ciento que fueron suscriptas por los bancos. Caputo les espetó a los bancos que deben tomar la tasa de LECAPS como referencia, lo que les permitiría mejorar la tasa para sus depositantes.
La reducción de la tenencia de títulos (Letras y Notas del BCRA) en poder de los bancos, tanto para tenencia como para pases activos, tocó fondo en marzo cuando el stock llegó a cero, luego de haber tocado los 13 billones de pesos para todo el sistema financiero previo a las elecciones. En contraposición, la tenencia de otros títulos –donde se inscribirían las LECAPS a las que hace referencia Caputo—pasó de 18 billones de pesos a 27,5 billones. Si se descuenta la baja en LEBACS, pasó de 6 billones de pesos a 27,5 billones en cuatro meses, lo que refleja cómo el Central empapeló los bancos.
“Por el lado de las aplicaciones de fondos del sistema financiero, en el período aumentaron las tenencias de títulos del sector público (mayormente en pesos con cláusula de ajuste CER) y la liquidez en sentido amplio, mientras que disminuyó el saldo de depósitos del sector privado. En cuanto al segmento en moneda extranjera, en marzo las principales variaciones estuvieron asociadas a incrementos de los saldos de depósitos y de crédito al sector privado y a una caída de la liquidez”, reconoce el informe bancario de la autoridad monetaria que conduce Santiago Bausili.
Respecto al segmento en moneda extranjera, en marzo el saldo de financiamiento al sector privado se incrementó 30%, acumulando un aumento interanual de 26,3 por ciento. El crecimiento en el período fue impulsado por el desempeño de las prefinanciaciones a la exportación y, en menor medida, por los documentos. En este contexto, el saldo real de crédito total (considerando moneda nacional y extranjera) al sector privado se mantuvo sin cambios de magnitud en el mes (0,1 por ciento real), acumulando una caída interanual de 26,3 por ciento real.