El saldo de la balanza comercial de la Argentina de este año será negativo. En principio, habrá 20.000 millones de dólares menos por exportaciones agropecuarias, como consecuencia de la sequía y las heladas tardías que afectaron los niveles de producción y ventas al exterior. También se registra un descenso de los precios internacionales de las materias primas. En el acumulado de enero a junio, se registró un déficit comercial de 4300 millones de dólares. Así y todo, se logró mantener cierto nivel de importaciones que, al primer semestre del año, contribuyeron a mitigar el freno de la actividad económica. Ante la falta de dólares en las reservas, el Banco Central encauzó a los importadores para que financien sus compras al exterior. A su vez, para lo que resta del año, jugará un rol preponderante el uso de los yuanes para el intercambio comercial con China, esquema que se puso en funcionamiento a mitad del mes pasado. Por ende, sus efectos sobre la balanza comercial deberían apreciarse en los próximos meses.
La apuesta a un pleno exportador como único motor de crecimiento de la economía puede tener sus contratiempos. La sequía, que produjo una caída en la producción de granos cercana al 50% en relación al año pasado, aparece en el centro de las explicaciones del actual déficit en la balanza comercial. Pero no es solo eso.
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Las principales mermas se dieron en la venta de harina y pellets de la extracción del aceite de soja (-432 millones de dólares); aceite de soja en bruto (-431 millones de dólares); maíz en grano, excluido para siembra (-302 millones de dólares); biodiesel y sus mezclas (-227 millones de dólares). Sin embargo, también empieza a sentirse el descenso en los precios internacionales de los productos que se exportan desde la Argentina. Por ejemplo, en combustibles y energía, la caída en sus precios fue del 36% interanual, situación que explicó casi en su totalidad el resultado negativo de las exportaciones en este rubro. En el caso de los productos primarios, los precios bajaron un 14%, mientras que para las manufacturas de origen agropecuario, la caída de los precios fue del 17%.
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Para el 2024 no habrá sequía e incluso ya se piensa en las exportaciones desde Vaca Muerta. Así y todo, Argentina no maneja los precios internacionales de estos commodities.
Financiar las importaciones
Las importaciones de junio totalizaron los 7177 millones de dólares, una caída del 17% en relación al mismo mes del 2022. El rubro que presentó el mayor descenso fue energía, con una merma del 50%. El año pasado, los precios del GNL se habían disparado como consecuencia del inicio de la guerra entre Rusia y Ucrania. Más de un año después del inicio de la contienda, los precios se estabilizaron.
En el acumulado del año, las compras desde el exterior exhibieron un retroceso del 8,5%, con un fuerte descenso en los precios internacionales. En términos de bienes importados, desde el Banco Central destacaron que a partir de haber impulsado que las empresas tomen deuda para seguir importando, se logró mantener cierto nivel de aprovisionamiento para la industria.
Según el último balance de Política Monetaria del BCRA, la deuda de las empresas importadoras se incrementó en 7000 millones de dólares entre junio de este año y el mismo período del 2022 pero con una fuerte concentración de estos préstamos en el primer semestre de este año. La deuda por importaciones aumentó unos 4.900 millones de dólares en los primeros 6 meses del año.
Esto pasivos, como porcentaje del total de las importaciones, pasaron de representar el 35% en marzo del 2022 al 46% en junio de este año. "La evolución de las exportaciones e importaciones de bienes, sumada a la dinámica de la deuda comercial por esos conceptos, derivaron en un resultado neto positivo por bienes en el mercado de cambios de 2.584 millones de dólares en los primeros seis meses de 2023”, destacó el BCRA.
El swap con China
El nuevo esquema de uso de yuanes para pagar importaciones desde China comenzó a aplicarse a mitad del mes pasado. Por ende, es de suponer que en los próximos meses se vea reflejado en las cantidades importadas. En junio, las compras desde este país registraron un retroceso del 19,6%.
La consultora Ecolatina analizó cuáles serán los principales sectores económicos que podrán aprovechar el uso de los yuanes para incrementar sus importaciones. En primer lugar aparecen los equipos electrónicos producidos en Tierra del Fuego, que en 2022 representaron el 24% de todas las compras realizadas a China, con una demanda de divisas por 4100 millones de dólares.
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El segundo sector es químicos, que equivale al 12% de las importaciones totales de ese origen. El año pasado, este rubro demandó 2137 millones de dólares, de acuerdo al análisis de Ecolatina. Luego sigue la industria automotriz, con importaciones equivalentes al 7% de todo lo que llega de China, agroquímicos (6%), y equipamiento eléctrico y de generación (6%).
“El swap con China le garantiza al Gobierno un mayor flujo de importaciones con ese país, que además es nuestro segundo socio comercial. A su vez, constituye un financiamiento adicional que permite mitigar el impacto de la sequía, esos 20.000 millones de dólares menos”, manifestó Santiago Manoukian, analista de Ecolatina.