Las aerolíneas latinoamericanas registraron en octubre pasado una disminución del 6,6% en los volúmenes de carga internacional en comparación con el mismo período del 2019, pero mostraron una mejora en comparación con septiembre, donde la caída fue del 17%, según los datos suministrados hoy por la Asociación de Transporte Aéreo Internacional (IATA).
Dado que las comparaciones entre los resultados mensuales de 2021 y 2020 están distorsionadas por el impacto extraordinario de COVID-19, todas las comparaciones corresponden a octubre de 2019, que siguió un patrón de demanda normal. Latinoamérica tiene el desempeño más débil de todas las regiones,
La capacidad de carga ofrecida en octubre se redujo un 28,3% en relación a los niveles experimentados en el mismo mes de 2019 y una merma con respecto a septiembre, que fue un 20,8% menos que en el mismo mes de 2019.
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A nivel global, los registros muestran que la demanda seguía estando muy por encima de los niveles previos a la pandemia y que las limitaciones de capacidad se han aliviado ligeramente.
La demanda mundial, medida en toneladas-kilómetro de carga (TKC), aumentó un 9,4% en comparación con octubre de 2019.
Las limitaciones de capacidad se han aliviado ligeramente, pero siguen estando un 7,2% por debajo de los niveles anteriores al inicio de la pandemia de COVID-19.
Las condiciones económicas continúan respaldando el crecimiento de la carga aérea, pero son ligeramente más débiles que en los meses anteriores, ya que la rentabilidad de la carga aérea en relación con la del transporte de contenedores sigue siendo favorable.
"Los datos de octubre reflejaron una perspectiva general positiva para la carga aérea. La congestión de la cadena de suministro siguió empujando a los fabricantes hacia la velocidad de la carga aérea. La demanda subió un 9,4% en octubre en comparación con los niveles anteriores a la crisis. Y las limitaciones de capacidad se estaban resolviendo lentamente a medida que más viajes de pasajeros significaban más capacidad de carga aérea", sostuvo Willie Walsh, Director General de IATA.
Agregó que "el impacto de las reacciones del gobierno a la variante Ómicron es motivo de preocupación".
"Si frena la demanda de viajes, los problemas de capacidad se agudizarán. Después de casi dos años de COVID-19, los gobiernos tienen la experiencia y las herramientas para tomar mejores decisiones basadas en datos que las reacciones en su mayoría instintivas para restringir los viajes que hemos visto hasta la fecha", sostuvo.
Y concluyó afirmando que "las restricciones no detendrán la propagación de Ómicron. Además de revertir urgentemente estos errores de política, el enfoque de los gobiernos debe centrarse directamente en garantizar la integridad de las cadenas de suministro y aumentar la distribución de vacunas".
Con información de Télam