Los precios mundiales de las commodities de alimentos continuaron en alza durante octubre, el tercer mes consecutivo con subas, y registraron un nuevo máximo, según el indicador de la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO).
El índice, que registra los cambios mensuales en las commodities de alimentos más intercambiadas en el mundo, promedió 133,2 puntos en octubre, 3% más que en julio y 31,3% en la comparación interanual.
De esta forma se llegó al nivel más elevado desde julio de 2011, sobre todo por la "continua fortaleza de los precios mundiales de los aceites vegetales y los cereales".
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Las subas son producto de un año donde el mal tiempo impactó negativamente en las cosechas, y los mayores costos del transporte y la escasez de mano de obra afectó en toda la cadena, desde el campo hasta los supermercados.
A eso se sumó la crisis energética, especialmente en Europa, y el cierre de varias plantas de fertilizantes, que causó un incremento en sus valores.
En el caso de los cereales, el índice de precios aumentó un 3,2% mensual, destacándose una suba del 5% de los precios mundiales del trigo a partir de una contracción en el stock internacional (especialmente en el de mayor calidad), debido a menores cosechas en los principales países exportadores.
Se trató del cuarto mes consecutivo con alzas para el trigo con un incremento de 38,3% en términos interanuales.
Los demás cereales también registraron subas: entre ellos la cebada, impulsada por la fuerte demanda y las perspectivas de disminución de la producción.
De la misma forma repuntaron el maíz, por los aumentos de precios en los mercados energéticos, y el arroz, aunque sus subas se vieron limitadas por el incremento estacional de los suministros y la atenuación de los problemas portuarios en EEUU en el primer caso, y el comienzo de la recolección en los países asiáticos, en el segundo.
La producción mundial de cereales se prevé que sea de 2.793 millones de toneladas este año, 1,7% más que en 2020 pero 6,7 millones menos de las que se estimaban en el informe anterior, por recortes de las previsiones de trigo en EEUU, Irán y Turquía.
Los aceites vegetales, de mayor incidencia en el índice general de alimentos, anotaron una suba mensual de 9,6% y marcaron un récord, a raíz del fortalecimiento en el valor de los de palma, soja, girasol y colza, destacó la FAO en un comunicado desde su sede en Roma, Italia.
Los tres primeros se beneficiaron de la reactivación de la demanda mundial, en particular de India, y en el caso del de colza la variación reflejó la escasez de la oferta.
Los productos lácteos, a su vez, aumentaron 2,2% a partir de una mayor demanda mundial (mayormente para acumular reservas) de manteca y leche en polvo.
En cambio, los precios del queso se mantuvieron estables, ya que la oferta de los países productores pudo contener a la demanda de estos productos.
Por su parte, la carne y el azúcar fueron los únicos alimentos en registrar variaciones negativas con descensos mensuales del 0,7% y del 1,8% respectivamente.
La carne, en su tercera caída consecutiva, disminuyó por la reducción de compras de China en el caso de la porcina, y por un brusco descenso de las cotizaciones de los suministros provenientes de Brasil (a causa de las preocupaciones por los brotes de "vaca loca"), en la bovina.
Pese a ello, las carnes ovina y de aves de corral subieron impulsadas por la demanda.
El azúcar, por último, descendió por una escasa demanda y la perspectiva de abundantes stocks en la India y Tailandia, así como también por la devaluación del real de Brasil (país productor) frente al dólar.
Con información de Télam