Ante la escalada de precios desenfrenada en el rubro de los alimentos, el presidente Alberto Fernández recibe a los principales dirigentes de la Mesa de Enlace. El cónclave coincide con un pedido generalizado por la suba de los derechos de exportación para alinear los precios locales frente a la suba pronunciada en el ámbito internacional.
Los representantes del agro habían pedido una audiencia con el mandatario, luego de que Fernández mencionara la posibilidad de aumentar las retenciones o implementar cupos para exportar. El cometido de estas políticas es contener la suba del precio de los alimentos en el mercado interno. El mandatario está acompañado por el ministro de Agricultura, Ganadería y Pesca, Luis Basterra; el canciller Felipe Solá; el secretario de Asuntos Estratégicos, Gustavo Béliz, y la vicejefa de Gabinete, Cecilia Todesca
“El Estado sólo tiene dos canales para resolver el problema”, afirmó el presidente a la señal IP en relación a la eventual aplicación de estas medidas. Respecto al rol de las entidades agropecuarias, reflexionó: “Tienen que entender que son parte de la Argentina. Yo le he dicho al ministro de Agricultura que todo tiene un punto límite. Les estoy diciendo públicamente que no puedo dejar que esto siga pasando, porque el riesgo es que con la pandemia todos estos productos van a seguir creciendo en su precio y no estamos dispuestos a tolerarlo. Los aceiteros lo entendieron y organizaron un fideicomiso, resolvieron un mecanismo de compensación entre ellos. Si no lo entienden, me obligan a resolver el problema y no pueden hacerse los desentendidos”.
“Para que la gente me entienda: China era un país que solo importaba carne envasada y había un número limitado de frigoríficos que tenían capacidad de exportar. Ahora, decidió importar carne con hueso, medias reses y el productor de carne tiene la posibilidad de vendérsela al carnicero o vendérsela a China a un precio enorme”, explicó Fernández. Y agregó: “Yo necesito que ellos exporten porque necesito dólares que entren. Pero lo que no pueden es trasladar a los argentinos los precios internacionales porque no producen en precios internacionales”.
Pero el Gobierno ya había adelantado que subir las retenciones era una idea que paseaba por los pasillos de la Casa Rosada. La propia vicejefa de Gabinete, Cecilia Todesca Bocco, había indicado que a pesar de la apuesta el diálogo, “no se descarta una suba de retenciones, no tenemos tantas herramientas y tenemos que usar todo lo que tengamos”.
Rápidamente, las cuatro entidades que integran la Mesa de Enlace le pidieron una audiencia al Presidente. Y, finalmente, asistien los presidentes de la Sociedad Rural Argentina, Daniel Pelegrina; de Confederaciones Rurales Argentinas, Jorge Chemes; de Coninagro, Carlos Iannizzotto, y de la Federación Agraria Argentina, Carlos Achetoni.
“Aspiramos a reiterarle nuestras propuestas y a ampliar la información que necesite conocer acerca de nuestro sector, pues como Ud. sabe, no somos formadores de precios. Por el contrario, siempre hemos trabajado para abastecer la denominada mesa de los argentinos, así como también para producir los cereales, oleaginosas y proteínas que se exportan para dotar de divisas a las arcas estatales”, expresaron en un comunicado.
Como suele caracterizarla, la Mesa de Enlace volvió a la carga con su tono amenazante: “De avanzar en este sentido errado, se desataría un nuevo conflicto con el campo. Estamos convencidos de que exacerbar el ánimo de los productores es un gran error, especialmente en un momento en que se requiere mayor producción para poder mantener abastecidos los mercados en época de pandemia justamente a precios accesibles”.
Cabe recordar que según las facultades que la ley de Emergencia Económica otorgó al Poder Ejecutivo, el Gobierno tiene aún la posibilidad de aumentar por decreto en 3 puntos porcentuales las retenciones al trigo y el maíz, desde el 12% actual hasta el 15%. Ese margen de tres puntos se lo había guardado para aumentar las retenciones sobre la exportación de soja (de 30 a 33%), aunque ya lo utilizó en marzo de 2020.
A su vez, el Ejecutivo tiene facultades para establecer, por decreto, cupos o prohibiciones a la exportación. Por ejemplo, en el último día de 2020, decretó prohibir la exportación de maíz para contener los precios internos, pero diez días después retrocedió y anuló la medida.
Mientras tanto, suben la soja y el maíz
En medio de las discusiones sobre posibles regulaciones en el mercado de granos, la soja extendió las subas de precios futuros en el Mercado de Chicago (0,95%, hasta US$ 516 por tonelada). El incremento se dio en la rueda previa a la publicación del informe de oferta y demanda mundial que presentará el Departamento de Agricultura de Estados Unidos (USDA).
La Bolsa de Comercio de Rosario (BCR) afirmó en este contexto de robusta demanda china, se esperan reducciones de stocks a mínimos históricos, lo que impulsa las cotizaciones.
Además del poroto, el aceite y la harina de soja se negociaron a U$S 1.022,2 y U$S 485 la tonelada para marzo, respectivamente, por encima de los U$S 680 y U$S 316 pactados en mayo del año pasado.
En tanto, el maíz acompañó la tendencia positiva y subió 0,79%, a U$S 223,4 por tonelada, es decir, el nivel máximo de siete años y medio (y 88% más que hace diez meses), mientras la demanda por parte de China “parece no tener techo”, evaluó la operadora local Futuros y Opciones. Además, si bien se espera una buena cosecha de maíz de segunda en Brasil, el ritmo de siembra “se ha demorado considerablemente, lo que también podría oficiar de soporte para los precios del grano”.
El trigo, por su parte, se mantuvo en los U$S 240 por tonelada, tras ceder 90 centavos, ante las expectativas de menores stocks, acompañadas de posibles recortes en la producción.