Aracre, CEO de Syngenta: "Una devaluación tradicional distorsionaría aún más la situación"

El Ceo de Syngenta pidió por un acuerdo multisectorial en medio de al escalda de la violencia que desencadenó en el atentado contra Cristina Kirchner. Explicó por qué el agro no se alinea a la política de exportación del Gobierno y habló de correcciones necesarias en el orden macroeconómico. Valora el primer mes de gestión de Sergio Massa, pero se distancia de la discusión política actual.

04 de septiembre, 2022 | 00.05

El atentado contra Cristina Kirchner, dólar, precios, exportaciones, el campo y Sergio Massa. El CEO de Syngenta, Antonio Aracre, conversó con El Destape y pidió por un acuerdo multisectorial en medio de al escalada de la violencia que terminó en el intento de magnicidio de la vicepresidenta, Cristina Kirchner. Explicó por qué el agro no se alinea a la política de exportación del Gobierno y habló de correcciones necesarias en el orden macroeconómico. Valora el primer mes de gestión del ministro de Economía, pero se distancia de la discusión política actual.

Bajo el control de capitales chinos, Syngenta es una de las empresas más importantes del mercado agropecuario. En medio de las discusiones dentro del Gobierno para diseñar mecanismos que aceleren el ingreso de dólares, Aracre descartó ir hacia una devaluación clásica que afecte los precios de la canasta básica. En cambio, propone un esquema de desdoblamiento con foco en que la importación no altere el curso de la economía real

Aunque se muestra optimista respecto a las posibilidades en torno al potencial del país sobre sus recursos naturales, el empresario subrayó la necesidad de converger a un programa de ordenamiento fiscal que estabilice la inflación, uno de los aspectos que más le preocupa. En ese sentido, destacó la labor del ministro de Economía, Sergio Massa, e hizo énfasis en su tarea por frenar una corrida cambiaria.

Este proyecto lo hacemos colectivamente. Sostené a El Destape con un click acá. Sigamos haciendo historia.

SUSCRIBITE A EL DESTAPE

- ¿Qué reflexión hacés después del intento de magnicidio contra la vicepresidenta?

Me parece fundamental que el Presidente convoque a un Gran Acuerdo Nacional que incluya a la oposición, a los empresarios y sindicatos con el propósito de pacificar la republica, desandar los discursos de violencia y setear desde el máximo liderazgo un tono de mensaje conciliador que nos lleve no solo a una paz social, sino también a un andamiaje socioeconómico mas justo e inclusivo. En la cultura de la cancelación se busca silenciar o invisibilizar al que piensa distinto. En el extremo de eso algunos intentan eliminar completamente al otro. Por eso es tan importante cultivar desde los medios el diálogo respetuoso y la tolerancia.

- Saliendo del cimbronazo político, antecedía una discusión fuerte sobre la liquidación de dólares por parte del agro. ¿Por qué el esquema 70/30 para el segmento de la soja no dio buenos resultados?

Falló la comunicación. Hubiera sido mas atractivo, e incluso se lo dije a funcionarios del Gobierno, pasar ese 30% por el dólar MEP en vez de dejarle comprar dólares mas baratos al solidario. Era muy confuso el mecanismo, a pesar de que se trataba de un beneficio. No se estimuló, no se incentivó.. Muchos bancos no estuvieron listos para implementarlo, salvo el Banco Nación. No estaba lista la operatoria. Faltó docencia para explicar en qué consistía y por otro lado, también tenía un riesgo. Cunado se lanzó, el MEP estaba a $ 350 y el solidario a $ 240, tenías una ventaja de 100 pesos. Con todo lo que en agosto, el MEP bajó a $ 280 y la brecha se diluyó. Esto es un aprendizaje doloroso porque podrías haber aumentado las reservas, pero creo que el Gobierno tiene la oportunidad de corregir y ofrecer más atractividad. Otro punto relevante a mi entender es que el precio mejorado en pesos que resulte de lo que se anuncie, tiene que ir a la pizarra del chacarero. Si esto no es así, el chacarero no lo internaliza ni lo incorpora.

- ¿En este tipo de discusiones influyen los prejuicios y la ideología?

Cuando se trata de dinero, el único Dios es el bolsillo, y todos se caen de los pedestales. Las cuestiones ideológicas se terminan cuando hago una cuenta. Los malos resultados tuvieron que ver con esta dificultad para entender de qué se trataba. Además, a la semana del lanzamiento de la medida, hubo un cambio de gabinete y ya se empezó a hablar de que se analizaba una resolución que podría mejorar el instrumento. Esto derrumbó las expectativas por la posibilidad de obtener algo mejor.

- ¿Qué observás de las expectativas que generó Massa a un mes de su asunción?

Massa logró detener la corrida cambiaria -el dólar estaba a $ 350 y hoy está $ 280 (Dólar MEP)- y lo hizo sin instrumentos de intervención relevantes. Hubo un shock de confianza al mercado. También es verdad que ayudó la fuerte suba de tasa de interés, a pesar de que sea doloroso, pero no podés tener una tasa negativa en este contexto. Hay que reconocerle un gran logro en ese sentido. Otro punto destacable es que hizo anuncios importantes en cuanto al orden fiscal, se le nota que sabe manejar el equilibrio y no parecería que estemos desatendiendo la cuestión social a partir del ordenamiento del gasto. La segmentación de tarifas siguió adelante por el acuerdo político que logró Massa. Si me preguntan por los pendientes, la inflación sigue alta, y ya estamos en un rango de muy alta inflación. La velocidad y la dinámica de la suba de precios requiere una terapéutica muy particular, un torniquete de estabilización shockeante. Para mí, tiene dos requisitos: uno es ecualizar los precios relativos, asegurar que los salarios, las tarifas, el dólar, y los precios estén medianamente actualizados a una fecha dada. Cuando estemos en ese plano, hay que aplicar un shock de congelamiento por seis meses, y que la penalidad para el que se salga debe ser alta. 

- En ese sentido, no parece haber grandes diferencias entre Massa y lo que venía haciendo Guzmán, ¿A qué obedece la profundización de este plan? 

Hay una mayor profundidad sobre las políticas tendientes a estabilizar, con un acuerdo político detrás que lo hace sustentable. No sabemos cuánto durará este acuerdo, pero entiendo que será razonable para poner en valor las principales decisiones y enderezar este barco.

- ¿Es viable una devaluación en este momento?

Una devaluación tradicional es muy poco conveniente con una inflación espiralizada, eso distorsionaría aún más las situación. Tendremos que aceptar por un cierto tiempo el desdoblamiento del tipo de cambio, donde las importaciones no necesarias -como consumos suntuarios- pasen por el dólar libre. Necesitás fortalecer las reservas e identificar algunos sectores exportadores que puedan circular por ese dólar y que no haya un impacto sobre la canasta familiar. Si lo haces con el trigo, el precio del pan sube. Pero si lo hacés con la economía del conocimiento, probablemente muchos de aquellos que no liquiden empiecen a hacerlo en sus cuentas vía dólar MEP. Sin devaluar podrías tener mejoras relativas en el tipo de cambio que mitiguen algún retraso cambiario. Por eso, antes de congelar por seis meses, habría que anticipar algo de la devaluación que no podrías aplicar en ese periodo. Se tendrían que hacer las cuentas para que esa medida no afecte los precios internos. Es un paso muy quirúrgico, pero es necesario tomar decisiones.

- ¿Cuál es el costo de postergar decisiones?

En cuanto al costo económico, no ordenar la macroeconomía dificulta la atracción de inversiones. Todos están esperando decisiones para saber cómo impactan en cada sector de la economía. Por otra parte, en el aspecto político es central, hoy existe una competencia razonable entre los dos grandes partidos. Sin embargo, llegar a junio con una inflación mensual del 6 o 7% le restaría competitividad electoral al frente oficialista.

- ¿Cómo observas a la clase política en este contexto de discusión actual?

Creo que no es la agenda de la gente, y no hago un juico de valor sobre los temas que se abordan. Cuando tenés problemas sustanciales en tu vida, cualquier otro debate pasa a quinto plano. No hay que descuidar la agenda económica. Con esto no digo que la Justicia funcione mal y no haya que decirlo, por ejemplo. Pero no hay que descuidar las prioridades, porque la gente se define por cómo viene su economía en la antesala a las elecciones.

- Respecto al sector y lo que viene, ¿Están dadas la condiciones para obtener un buen diferencial bajo estas condiciones? 

La gran pregunta es cuánto va durar este ciclo de commodities altas. (Carlos) Maslatón habla de un bulllmarket. Yo no soy pesimista pero no tengo certezas de lo que vaya a pasar en cuanto a la revalorización de las materias primas. Pero soy optimista en que tenemos mucho para producir en litio, gas natural licuado, minería. Estamos completamente subexplotados y podríamos incrementar en U$S 30 mil millones las exportaciones. El gran problema argentino en los últimos 10 años es que cada vez que queremos sacar la cabeza para creer, se nos acaban los dólares por la naturaleza de nuestra matriz productiva. Esas nuevas exportaciones nos darán más libertad para crecer como nosotros queramos. Hay un proceso que hay que llevar adelante desde la clase política y la actividad privada. Tenemos que transformar la riqueza virtual en riqueza real.