Tras el pedido del ministro de Economía, Sergio Massa, de empezar a negociar múltiples acuerdos con cada país europeo por separado, los negociadores del Mercosur y la UE se volverán a reunir el próximo 15 de septiembre en Brasilia, anunció este lunes el canciller brasileño, Mauro Vieira. En su breve paso por Paraguay, Massa, había sentado la nueva postura de Argentina frente al acuerdo de libre comercio que hace años negocian los dos bloques regionales.
Después de alertar sobre constantes resistencias por parte de algunos Estados, el Gobierno está listo para avanzar pero ya no con un acuerdo entre bloques, sino con varios con los países europeos que estén dispuestos y sobre los sectores que elijan. El ministro y candidato presidencial hizo saber este cambio nada más y nada menos que tras reunirse con el flamante presidente paraguayo Santiago Peña, quien viene pidiendo destrabar de alguna manera las negociaciones.
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Lo que en apariencia podría parecer un choque con la posición que asumió el presidente de Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva, desde su asunción a principio de año, no sería tal. El Destape pudo saber Brasil está de acuerdo con este giro.
“El 15 de septiembre tendremos una reunión cara a cara. Los negociadores de la Unión Europea vendrán a Brasilia para continuar las negociaciones”, confirmó Viera en una entrevista a TV Bandeirantes. El canciller reiteró la posición del Mercosur de que “la salvaguarda del medio ambiente” no se convierta en un pretexto para “medidas proteccionistas”. No obstante, se mostró “optimista” sobre las negociaciones y se sigue apuntando a cerrar el acuerdo antes de fin de año. “Los demás países del Mercosur tienen la misma posición. Ya hablé con los cancilleres de Uruguay (Francisco Bustillo Bonasso), Argentina (Santiago Cafiero) y Paraguay (Rubén Ramírez Lezcano)”, precisó Viera.
La idea es “negociar” y encontrar un compromiso que “respete los intereses del Mercosur”, agregó el funcionario brasileño. En marzo, la UE presentó un instrumento adicional al Mercosur en el que incorporó una serie de exigencias medioambientales suplementarias que podrían perjudicar la exportación de determinados productos de la región, por lo que se encontró con la resistencia de algunos países. Este punto fue considerado por Lula como una “amenaza”, pese a manifestar su intención de cerrar el pacto al igual que el presidente Alberto Fernández
Massa habló de una propuesta concreta y ensayó una férrea defensa de los intereses nacionales frente a las nuevas demandas ambientales de la UE, al mencionar las posibilidades económicas que representa el desarrollo del Gasoducto Néstor Kirchner.
“Los que defienden la agenda de transición energética y energía renovables sin considerar al gas como una energía de transición, nos van a pretender poner límites. Argentina va a defender el gas como energía de transición porque Argentina tiene hoy en Vaca Muerta la posibilidad de darle, no solamente a Argentina sino a Paraguay, Brasil, Uruguay y Chile energía barata por los próximo 120 años”, sentenció.