Un creciente número de barcos de petróleo se está desviando del Mar Rojo para evitar la amenaza de ataques por parte de los rebeldes hutíes a los navíos mercantes, en el marco del conflicto entre Israel y Palestina.
Dueños de barcos, corredores y vendedores confirmaron que cada vez más las firmas están solicitando que las cargas eviten la zona, y las solicitudes se programan con hasta un mes de antelación.
El conflicto en el Mar Rojo se recrudeció la semana pasada luego de que Estados Unidos y Reino Unido bombardearan Yemen ante los ataques de los hutíes.
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Las armadas, ante el caos que se generó, solicitaron a los buques evitar el paso por el peligro de que los hutíes ataquen a los navíos comerciales de ambos países, además de los de Israel.
Por lo general, la ruta del Mar Rojo comprende un 12% del intercambio marítimo global, aunque, en el caso del petróleo, es una ruta menos común, porque los flujos del Golfo Pérsico suelen dirigirse a Asia en lugar de Europa.
Cada vez más y más propietarios (de buques) están evitando el área. Si bien parecía algo que se podía resolver en semanas, ahora parece que podrá tener consecuencias por muchos meses, advirtió Alexander Saverys, CEO de la naviera Euronav NV, cuya flota puede transportar más de 50 millones de barriles de petróleo.
Asia y África se perfilan como dos de los continentes por donde pasan los desvíos.
Para enfrentar los mayores costos, algunas de las firmas prefieren reunir, en conjunto, cargas menores en barcos más grandes.
La Agencia Internacional de Energía (AIE) advirtió el jueves pasado por posibles complicaciones en el suministro de petróleo y de Gas Natural licuado (GNL).
Las tensiones geopolíticas en el Medio Oriente, área que representa un tercio del intercambio de petróleo transportado por mar, tiene atentos a los mercados a principios de este año, indicó la AIE en su reporte mensual de petróleo.
Si bien el organismo aclaró que la producción de petróleo y de Gas Natural Licuado (GNL) aún no se vio impactada, una creciente cantidad de dueños de embarcaciones están desviando sus cargas por fuera del Mar Rojo.
Por el Mar Rojo y el Canal de Suez pasan cerca del 10% del intercambio mundial de petróleo y de 8% del GNL.
Un desvío por el Cabo de Buena Esperanza en Sudáfrica incrementa los tiempos de viajes en hasta dos semanas, agregando presión en las cadenas globales de suministro e incrementando los costos de flete y seguro.
Pero no sólo el petróleo se ve afectado, sino también otras commodities.
Los buques de trigo europeo hacia Asia y África, por ejemplo, están siendo desviados para evitar el Canal de Suez ante los riesgos de seguridad.
De hecho, la proporción de barcos de este sector que busca rutas alternativas subió de 8% en diciembre a 42% a mediados de este mes, según un informe de la Organización Mundial del Comercio (OMC), citado por la agencia Bloomberg.
El Canal de Suez presenta una baja de 40% anual en el número de barcos comerciales de carga que lo transitan, y se situó en el menor nivel desde la obstrucción provocada en 2021 por el portacontendedores Ever Given al encallar.
La cadena de suministro de granos fue atravesada por diversas complicaciones en los últimos años, incluyendo el corte de las rutas por el Mar Negro ante la guerra entre Rusia y Ucrania, y los menores niveles de agua en el Canal de Panamá.
Con información de Télam