San Lorenzo no se salió del camino de la mediocridad que viene transitando desde que empezó esta temporada 2024 para clasificarse hoy con lo justo a los 16avos. de final de la Copa Argentina tras vencer por 1 a 0 a Independiente, de Chivilcoy, del Federal A, que pese a jugar dos categorías más abajo, nunca se mostró inferior al equipo de Boedo.
Después de empatar sin goles con Huracán en el clásico más flojo de la séptima jornada de la Copa de la Liga Profesional, hoy la hinchada sanlorencista se trasladó masivamente hasta la cancha de Quilmes para alentar a un equipo que nada le devolvió desde el campo de juego salvo el gol de media distancia del ingresado Cristian Tarragona a los 15 minutos del complemento, el primero que señala el ex Gimnasia La Plata con esta camiseta.
Y de hecho Independiente, renovado hasta en su cuerpo técnico para encarar el próximo torneo Federal A en pos del ansiado ascenso a la Primera Nacional, pudo empatarlo sobre el final, pero el arquero ex Banfield, Facundo Altamirano, lo salvó con una exigida contención tras un potente remate de Tomás Rodríguez..
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El primer tiempo tuvo un desarrollo anodino porque Independiente le sacó ritmo a un San Lorenzo al que tampoco le sobra demasiado de eso, algo que exhibe fecha a fecha en la Zona B de la Copa de la Liga, donde está a 12 puntos del líder Godoy Cruz cuando solamente se disputaron siete fechas.
Y para remarcar y profundizar aun más las razones de su paupérrimo momento futbolístico, vale también a favor de los chivilcoyanos que todavía no están en competencia y su último partido lo jugaron allá por noviembre del año pasado.
En ese interregno el técnico Alberto Salvaggio le dejó después de 15 años su lugar al ayudante de campo Daniel Olmedo, un ex jugador de Almirante Brown, de San Justo, mientras que marcos Salvaggio, su hijo, pasó a Brown de Adrogué para jugar en la Primera Nacional.
Pero esas no fueron las únicas salidas, sino que una decena más de futbolistas abandonaron a la entidad roja y otros tantos llegaron y se están amalgamando.
En medio de esto, hoy le tocó cruzarse con San Lorenzo, el equipo que desde que llegó de vuelta a Boedo en 2022 el técnico Rubén Darío Insúa utilizó por primera vez una línea de cuatro defensiva y a Iván Tapia como inexpresivo generador de juego, y perdió solamente por el peso de la camiseta, porque en lo futbolístico las diferencias de categoría pasaron absolutamente desapercibidas.
Para la gente de Independiente que viajó los 160 kilómetros que separan a esa próspera ciudad del oeste bonaerense con Quilmes, pareció ca, si un homenaje que se tuviera que ubicar en la tribuna Horacio Milozzi, un héroe del Quilmes campeón del Metropolitano 1978 de primera división que es oriundo y uno de los mayores embajadores futbolísticos de la ciudad de Chivilcoy.
Pero la imagen de un Insúa desesperado, gritándole a algunos de sus dirigidos cuando el partido se extinguía e Independiente apretaba en pos del empate, fue la imagen que resumió con mayor precisión el flojo presente del de primera y el auspiciosos porvenir del que juega a dos categorías de distancia, porque hoy eso solamente se vio en los papeles.
Con información de Télam