Tras conseguir un punto crucial en su primer partido del Mundial contra Estados Unidos, Gales regresa el viernes al estadio Ahmad Bin Ali sabiendo que una victoria sobre Irán le situaría en una posición privilegiada para alcanzar los octavos de final.
Gales empató el lunes con Estados Unidos (1-1) en su primer partido del Mundial desde hace 64 años, después de que el capitán Gareth Bale rescatara al equipo con un penalti en los últimos minutos.
Los galeses están empatados en el segundo puesto del Grupo B con Estados Unidos, con un punto, ya que Inglaterra lidera el grupo con tres puntos después de golear a la última clasificada, Irán, por 6-2 en el primer partido.
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El empate de Gales fue el resultado de un cambio de táctica del seleccionador Rob Page en el descanso, al introducir al delantero Kieffer Moore, que cambió el juego y les devolvió a la contienda después de ir por detrás en la primera parte
"Hemos aprendido la lección", dijo Page. "Era importante que no perdiéramos el partido".
"Tenemos fuerza en la profundidad. Puedo mirar por encima del hombro al banquillo y tenemos jugadores que pueden entrar en juego y tener un impacto real en los partidos".
Gales se enfrentará a un reto contra Irán, cuyo seleccionador portugués, Carlos Queiroz, espera un cambio de rumbo de sus jugadores después de haber sufrido una dura derrota.
Sin embargo, Page dijo que tendrá que resolver algunos problemas de estado físico en su plantilla antes del partido del viernes.
"Antes de jugar contra Irán, el equipo médico tendrá que trabajar. Tenemos jugadores que no juegan con regularidad, que tienen calambres", dijo.
"Tenemos algunos cuerpos cansados, así que necesitamos un equipo listo para volver a jugar el viernes".
Gales sólo se ha enfrentado a Irán en una ocasión, venciendo por 1-0 en un amistoso en 1978.
BEIRANVAND, LESIONADO, ES DUDA
El seleccionador iraní, Queiroz, tendrá que preocuparse por el estado físico del guardameta Alireza Beiranvand, que fue sustituido en el primer partido contra Inglaterra por una lesión en la nariz.
Beiranvand chocó de manera aparatosa con su compañero de equipo Hosseini Majid cuando intentaba atajar un centro, y tras el impacto pasó varios minutos en el césped recibiendo tratamiento.
Irán también tiene problemas fuera del campo.
Los aficionados han acusado a la selección de ponerse del lado de la represión estatal de los disturbios en Irán, durante los cuales, según los activistas, han muerto más de 400 personas.
Sin embargo, los jugadores decidieron no cantar el himno de su país antes del partido contra Inglaterra, en una aparente muestra de apoyo a los manifestantes en su país.
Con información de Reuters
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