Sudamericano y futbolero. Así lo describen al Papa Francisco dentro de su entorno en lo que es la Santa Sede. El 13 de marzo de 2013, el cardenal argentino Jorge Mario Bergoglio fue electo como el nuevo Papa, adoptando el nombre de Francisco. Este momento histórico fue un orgullo para los argentinos, pero en especial para los hinchas de San Lorenzo, quienes vieron cómo uno de sus más fervientes seguidores asumía la máxima responsabilidad en la Iglesia católica.
La elección de Bergoglio como Papa fue celebrada no solo por los fieles católicos de todo el mundo, sino también por los hinchas de San Lorenzo. Francisco, socio número 88.235 del club, es conocido por su amor incondicional por los colores azulgrana, pasión que le nació al observar al equipo inolvidable de 1946 en el mítico Gasómetro de Avenida La Plata.
Durante sus últimos 11 años de papado, Francisco no ocultó en ningún momento su amor por San Lorenzo, expresándolo en numerosas ocasiones con frases y gestos que han emocionado a la hinchada cuerva. Desde la histórica volada de Sebastián Torrico que le dio el campeonato al Ciclón en 2013, hasta la conquista de la Copa Libertadores en 2014, el Papa siempre siguió de cerca cada logro del club, recibiendo incluso una réplica de la Copa en el Vaticano.
San Lorenzo y Bergoglio: los homenajes del Club a Francisco
San Lorenzo preparó toda una serie de homenajes para conmemorar los 10 años de Pontificado de Francisco. Durante el partido contra Gimnasia, el club recordó al Papa con mensajes en los carteles de publicidad estática y a través de la voz del estadio, destacando la histórica relación que los une.
El amor de Francisco por San Lorenzo no solo se refleja en sus palabras, sino también en su historia con el club. En 2011, antes de convertirse en Papa, presidió la misa de las Fiestas Patronales en la Capilla Padre Lorenzo Massa, donde expresó su devoción por los colores azulgrana y su conexión con la Virgen María, protectora del club. En esa ocasión, Francisco dejó claro que ser hincha de San Lorenzo "es parte de su identidad cultural", un rasgo que llevó consigo a lo largo de su Pontificado.
El vínculo entre Francisco y San Lorenzo es un ejemplo de cómo el fútbol puede trascender fronteras y unir a las personas en torno a una pasión compartida. A lo largo de estos 10 años, el Papa demostró que, más allá de su rol espiritual, sigue siendo un hincha cuervo de corazón, celebrando cada triunfo y acompañando al club en cada paso de su historia.