La inesperada carrera de Marruecos hacia las semifinales del Mundial se puede atribuir en parte a una política de buscar deliberadamente talento de la diáspora para reforzar la selección nacional.
Catorce de los 26 jugadores del equipo marroquí nacieron fuera del país, más que cualquier otro equipo en el torneo de Qatar, proporcionando una mezcla ecléctica de jugadores de comunidades de inmigrantes en crecimiento en toda Europa que los ayudó a abrir nuevos caminos.
Una sorpresiva victoria de 1-0 sobre Portugal en los cuartos de final el sábado convirtió a Marruecos en el primer país africano y árabe en llegar a las semifinales de un Mundial.
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El portero canadiense Younes Bounou concedió solo un gol, el madrileño Achraf Hakimi se ha destacado por la derecha, el holandés Sofyan Amrabat es un poderoso refuerzo en el centro del campo y el francés Sofiane Boufal es una amenaza por la izquierda.
Encontrar jugadores elegibles en países como Bélgica, Francia, Alemania, Italia, Holanda y España es ahora un ejercicio estructurado, a diferencia del sistema aleatorio cuando los primeros marroquíes extranjeros compitieron por el equipo nacional en el Mundial de 1998 en Francia.
Los marroquíes son una de las poblaciones de inmigrantes más grandes de Europa, estimada en alrededor de cinco millones, y tienen estrechos vínculos con el país. Un estudio del Consejo de la Comunidad Marroquí en el Extranjero, una agencia gubernamental, concluyó que el 61% de los marroquíes en Europa entre las edades de 18 y 35 años visitan el reino cada año.
La Real Federación Marroquí de Fútbol cuenta con buscadores de talentos en toda Europa y actúa con rapidez cuando existe un posible conflicto de lealtades. Hakim Ziyech, de origen neerlandés, habló tanto con el seleccionador marroquí como con el de Países Bajos sobre con qué país comprometería su futuro internacional antes de decidirse por Marruecos.
Amrabat, que al igual que Ziyech representó a Países Bajos en las divisiones inferiores, cambió de bando por motivos familiares.
"Mis padres son marroquíes y mis abuelos son marroquíes. Siempre que voy allí no puedo describir con palabras el sentimiento que tengo dentro, es mi hogar. Holanda también es mi hogar, pero Marruecos es especial", dijo.
DISCUSIÓN HONESTA
"Se contacta a los jugadores desde el principio para atraerlos a la selección marroquí. Nunca forzamos las cosas, es una discusión honesta con el jugador y su familia", explica Noureddine Moukrim, un entrenador juvenil en Bélgica que fue visor de Marruecos durante nueve años.
Pero hay dudas sobre la política, con cierta sensación de que este desfile asiduo de jugadores nacidos en el extranjero retrasa la oportunidad de los futbolistas nacidos en casa.
"Antes de esta Copa del Mundo, teníamos muchos problemas con muchachos nacidos en Europa y muchos periodistas decían: '¿Por qué no jugamos con muchachos nacidos en Marruecos?'", dijo el entrenador Walid Regragui, un exjugador nacido en el extranjero.
"Demostramos que todo marroquí es un marroquí, cuando llega a la selección quiere morir, quiere luchar. Como entrenador, nací en Francia, pero nadie puede tener mi corazón por mi país", agregó.
Con información de Reuters