Es un momento difícil para analizar. Pasó muy poco tiempo de la derrota 2-1 con Arabia Saudita, pero la Selección Argentina tuvo el golpe que tenía que tener en el momento indicado. ¿Es duro perder? Sí. ¿Muchas personas comienzan a desilusionarse con este comienzo en Qatar? Sí. Pero a esos hinchas hay que pedirles que miren el vaso medio lleno.
La Selección Argentina de Lionel Scaloni llevaba 36 partidos invicta. Y mucho se habló de que, si ganaba contra Arabia, alcanzaría el récord mundial de encuentros sin derrotas a nivel selecciones. Quedamos a un pasito de Italia, que cosechó 37 entre 2018 y 2019. Pero, por sobre todas las cosas, perdimos en una fase de grupos que sólo tiene tres compromisos y no te deja mucho margen de error.
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No queda otra que ganar los dos partidos que siguen. Serán difíciles, están México (sábado 26, 16 horas) y Polonia (miércoles 28, 16 horas) y la incertidumbre crece segundo a segundo porque los argentinos somos así. Somos pasionales, muchas veces no nos detenemos a buscar algo positivo entre tantas pálidas. Y ahí es donde tenemos que hacer hincapié: encontremos una buena de la derrota con Arabia. El golpe llegó cuando tenía que llegar.
Chau invicto, hola frustración por haber perdido en el primer partido del Mundial. Es eso: pasó en el primer partido del Mundial. Y aunque suene repetitivo, hay que pensar básicamente una cosa importante: ¿preferíamos llegar invictos a instancias decisivas y perderlo en Octavos? ¿En Cuartos? ¿O preferimos haberlo dejado atrás en la fase de grupos cuando todavía quedan dos partidos importantes que nos pueden llevar a la próxima ronda?
No somos menos que México y Polonia
Son selecciones difíciles. Quizá Arabia era la más accesible del grupo de Argentina, pero los de Scaloni no son menos que los rivales que tiene por delante. Quedan un puñado de días, precisamente cuatro, para ajustar las tuercas de la defensa y calibrar cuestiones ofensivas. Si las pálidas llegaban, tenía que ser hoy.
No nos quedemos con la acidez de la derrota, ni tampoco comparemos con (por ejemplo) lo que pasó con España en 2010 (perdió con Suiza 1-0 en el primer partido y después salió campeona). Centrémonos en nosotros. Miremos para adelante que todavía tenemos camino por recorrer. Y tenemos con qué hacerlo.