La investigación del asesinato de Federico Martín Aramburú, ocurrido el 19 de marzo en la capital francesa, sigue su curso en París a paso acelerado y, con ello, cada día se suman novedades. El reconocido diario L´Equipe informó que en los allanamientos que ordenó la Justicia francesa en el domicilio de uno de los acusados del crimen, Romain Bouvier, encontraron armas antiguas, un chaleco antibalas con el símbolo de la Policía y símbolos nazis, como una estatuilla de Hitler y un ejemplar de "Mi Lucha", el libro del líder alemán en la Segunda Guerra Mundial.
L´Equipe también señala que, Bouvier, que se encuentra en prisión detenido desde el día del crimen, fue el que disparó los dos balazos que impactaron en el ex rugbier y que, además, forma parte del GUD, un sindicato de estudiantes de extrema relación con el pensamiento fascista y la extrema derecha. La situación del acusado de 31 años se complica cada vez más: en las indagatorias, varios testigos declararon que lo vieron discutir con Aramburú en el bar Le Mabillon, un rato antes del asesinato. Otra persona que habría estado en ese intercambio sería Loïk Le Priol, quien fue detenido por la policía en Hungría. La tercera persona que fue encarcelada es una mujer, identificada como Lison, que es la que conducía el auto al momento del hecho.
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El presunto asesino, además, se presenta a sí mismo como "un caballero fascista", y también es el presidente de un movimiento literario llamado Club Roger Nimier. Los miembros que lo acompañan se autodenominan como anarquistas de derecha y sienten una gran admiración por el acusado, a quien lo sienten como "un hombre brillante, culto y educado". Bouvier estudió Derecho en la Facultad de París y, además de ser hoy el principal acusado del asesinato de Aramburú, había sido condenado en 2017 a dos meses de prisión condicional por violencia en un hecho que data desde 2015. Según los avances de la investigación, la situación de los otros acusados es igual de grave.
Aramburú fue asesinado en la vía pública y, a partir de los primeros resultados que arrojó la autopsia, dos de los disparos que recibió le quitaron la vida. El exrugbier, dos veces campeón con el Biarritz Olympique francés, club del que llegó a ser parte del área de administración y ciudad en la que vivía y donde tenía una empresa de viajes, no pudo ser reanimado por su amigo y socio, Shawn Hegarty, ni por el personal de salud que acudió al lugar.