En Londres 2012 se dio una situación muy llamativa que sorprendió a los Juegos Olímpicos y, desde ya, al mundo. Se trata de una esgrimista surcoreana que, en plenos Juegos británicos que se largó a llorar a modo de protesta. La historia es de Shim Lam esgrimista de Corea del Sur que explotó tras una injusticia.
En Londres 2012 se vivió uno de los momentos más extraños y devastadores de los Juegos Olímpicos cuando la esgrimista surcoreana lloró durante más de una hora encima de la pedana, el área de combate, a modo de protesta por su derrota. Lam se enfrentó a la campeona olímpica Britta Heidemann en semifinales y llegó empatada en 5 puntos al tiempo extra con la iniciativa a su favor, pero en el último segundo el reloj se paró tres veces y luego pasó lo peor para ella.
Cuando quedaban centésimas para el final, por una confusión del cronometrista el reloj se consumió fuera de combate y la jueza tomó la decisión de restablecer ese tiempo. Pero los relojes de esgrima solo muestran segundos completos, por lo que debieron retroceder el tiempo a un segundo entero, mucho más de lo que quedaba para el final. Finalmente, la alemana logró un contacto y ganó.
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Esto desató un llanto incontrolable de Lam, que por reglamento no podía abandonar la pista mientras su equipo apelaba. Entonces se sentó allí y se pasó más de una hora llorando en el lugar. Luego de que el reclamo de su equipo tampoco prosperará, finalmente la atleta fue convencida de abandonar el lugar en medio de una ovación.
En el tercer puesto, Lam tampoco pudo recuperarse mentalmente y perdió el bronce. Sin embargo, Federación Internacional de Esgrima le ofreció un premió por "su deseo de ganar y de respetar el reglamento". Categóricamente, Lam lo rechazó. “Esto no va a hacer que me sienta mejor, porque no es una medalla olímpica”, dijo.