Son varios los símbolos del fútbol argentino. La idiosincracia de la número cinco nacional también pasa por las particularidades que se dan fuera del campo y que marcan diferencia. Una de ellas es, sin duda, el poder ver a dos colosos en el centro de una ciudad del Conurbano bonaerense a menos de dos cuadras de diferencia. Ellos son los estadios de Independiente y Racing, justamente, el estadio de la Academia, el “Juan Domingo Perón” cumple 70 años desde su inauguración.
La historia de Racing con su cancha es, como su nombre lo indica, un suceso peronista. A lo largo de la presidencia de Juan Domingo Perón el deporte tuvo, desde el Estado, una promoción que hasta ese momento el país no había tenido. Más allá de los Juegos Evita que significaron un salto para la competencia social, también aparecieron ayudas financieras a entidades deportivas y los clubes sociales dieron un salto. En medio de este auge, el Poder Ejecutivo autorizó una serie de préstamos a “entidades deportivas” con el fin de la construcción de estadios e instalaciones “para deportes”. Uno de los beneficiados fue la Academia.
“Para Racing, tener un estadio tan grande en 1950 era muy interesante, muy bueno. De los grandes faltaba Racing, porque River ya lo tenía y Boca también”, cuenta Fernando Paso Viola, presidente del Departamento de Historia de Racing a El Destape. Además recordó: “El estadio se empezó a construir en 1947, un año después de que se tiró abajo la cancha vieja”. Si bien los fondos llegaron a través de una partida otorgada por el Estado, uno de los principales impulsores fue Ramón Cereijo, el Ministro de Hacienda del gobierno peronista. Hincha y fanático de Racing, apenas surgió la noticia de que su equipo iba a ser uno de los beneficiados, el resto de las hinchadas comenzaron a llamar “Deportivo Cereijo” a la Academia. Ese apodo no solo fue incluido por esa ayuda estatal, si no también por sus gestiones para el armado del equipo tricampeón entre 1949 y 1951.
Con el correr de los años, la historia reveló que el club de Avellaneda fue uno de los equipos que se benefició por el préstamo del Estado Nacional. Otros fueron Huracán, Chacarita e Instituto de Córdoba. Justamente, el estadio del conjunto cordobés se llama “Monumental Juan Domingo Perón” en honor a la ayuda estatal. Más allá de estas circunstancias, el propio presidente tuvo un disgusto. La idea principal era que los fondos se utilicen para la construcción de un Estadio en Retiro, en donde -ya en 2020- se emplaza el Hotel Hilton. Sin embargo, la presión de los hinchas logró mantener la cancha donde, finalmente, se construyó: a dos cuadras de su eterno rival.
La inauguración finalmente fue el 3 de septiembre de 1950. Después de tres años de espera, ese día Racing le ganó a Vélez 1-0 con gol de Llamil Simes y logró acceder a la punta del certamen. A ese triunfo inicial le siguieron otros cuatro, entre los cuales se destacó un 4 a 2 frente a Independiente como visitante y también un 5 a 3 contra River en el Cilindro. Más allá de esta racha de victorias, en el primer partido la Comisión Directiva del club designó “presidente honorario” a Perón y como agradecimiento le entregó el carnet de “socia honoraria” a Eva Perón.
Por supuesto, esta cercanía de Racing con el peronismo tuvo un momento de quiebre con la Revolución Liberadora de 1955. Como ocurrió en esos años oscuros, el poder de turno puso en lugares claves a gente cercana al régimen. En una larga crónica sobre esos hechos, Julián Scher en la revista El Furgón, cuenta como en 1956 Luis Chamizo se hizo cargo del club y en su primera reunión de comisión directiva tomó la decisión de sacarle el título de “presidente honorario” a Juan Domingo Perón y de borrar el carnet de Evita. En la misma reunión de dirigentes, se celebró el 86 aniversario del diario La Nación. Lo único que no se modificó fue el nombre del estadio.
Con el paso de los años, la cancha de Racing mantuvo su iconicidad para el fútbol argentino. Con goles, festejos, tragedias deportivas, rituales esotéricos, recitales históricos y hasta con actos políticos, el estadio Presidente Perón cumple 70 años y se mantiene vivo como un símbolo de pasión.