Mundial de Fútbol femenino: logros y sueños de una generación de jugadoras

La Selección Argentina tiene un objetivo: pasar por primera vez de ronda en un Mundial. A diferencia de otros años, ahora la popularidad de la disciplina muestra un apoyo inédito.

22 de julio, 2023 | 00.05

El jueves en la ciudad de Auckland se puso en marcha el Mundial de Fútbol Femenino 2023 que tendrá lugar en Australia/Nueva Zelanda hasta el 20 de agosto. Compiten 32 selecciones que deberán pasar la etapa clasificatoria, configurada por 8 grupos de 4 equipos cada uno. Tal como sucede en el mundial masculino, los dos primeros de cada zona pasarán a octavos de final. Las 23 jugadoras de la selección argentina, dirigidas por Germán Portanova, debutarán el lunes 24 en el Waitakere Stadium frente a Italia y buscarán su primer triunfo con la albiceleste en la historia de los mundiales.

Esta Copa del Mundo marcará un antes y un después en el deporte a nivel nacional e internacional por el momento que atraviesa el rubro en términos de visibilización, popularidad y crecimiento, pero también en el marco de una transformación sociocultural y política mundial que implica la conquista de derechos para las mujeres y garantiza una base estructural de sustentación y un impulso colectivo para lo que pareciera ser un futuro prometedor.

El carácter paradigmático de la competencia ya se hizo evidente durante la primera jornada que conjugó la ceremonia inaugural, musicalizada con la canción oficial de la Copa "Do It Again", del dúo BENEE y Mallrat, y el partido inicial en el que el país anfitrión, las All Blacks, le ganaron 1-0 a Noruega. En dicha jornada inolvidable casi 50 mil personas presenciaron el partido, cifra que representa la mayor cantidad de público jamás registrada en ese país para un partido de fútbol femenino. Paralelamente en Australia el equipo local lograba lo mismo en su debut frente a Irlanda, con una audiencia de 75.784 personas. La asistencia acumulada de 117.921 entre ambas sedes fue la más alta para una jornada inaugural en la historia.

La Selección Argentina y una participación histórica

Para la Selección Argentina esta competencia también significa un hito, por varios motivos. En principio porque tiene la oportunidad de ganar su primer partido en un Mundial y luego concretar el objetivo de superar la etapa clasificatoria y llegar a los octavos de final, algo que no sucedió en competencias previas. Para eso deberán sacar resultados favorables en el marco del grupo  grupo G que comparten con Suecia, Sudáfrica e Italia.

Pero una buena performance significaría , sobre todo, el reconocimiento al trabajo y al esfuerzo incansable de muchas jugadoras que encabezaron durante años los reclamos estructurales del deporte a nivel local y fueron las que trasladaron las demandas al plantel Nacional. Una de ellas es nuestra “10”, la cordobesa Florencia Bonsegundo, quien en 2019  junto a Estefanía Banini, Belén Potassa y Ruth Chule Bravo sufrieron una suerte de castigo y fueron borradas de las convocatorias por manifestar su descontento con el equipo técnico. El femenino durante dos décadas, bajo la conducción de Carlos Borrello, había permanecido casi invisible, y el arribo de Portanova a fines de julio de 2021 implicó en ese sentido el cambio en la identidad que pedían tiempo las jugadoras.

Las jugadoras han sido las encargadas de levantar y sostener sus reclamos vinculados a la mejora en las condiciones deportivas y laborales, condiciones básicas como un sueldo, paro también el cobro de viáticos, indumentaria y el equipamiento adecuados, y las condiciones básicas para entrenar en sus clubes. Y fueron ellas además las protagonistas del proceso de profesionalización anunciado el 16 de marzo de 2019 por la AFA: algunos logros representativos son la exigencia a los clubes del cumplimiento de un mínimo de contratos, el lanzamiento del Torneo YPF que comenzó a ser transmitido por Televisión Pública y DeporTV, hasta la posibilidad de que la jugadoras del seleccionado puedan entrenar en el famoso predio de Ezeiza al igual que Messi y sus compañeros.

No obstante, las cifras oficiales indican que la desigualdad, entre el fútbol femenino y el masculino, es estructural y todavía no se cumplen muchos de los acuerdos cerrados con los clubes. En relación a los contratos, si bien en 2022 los equipos de Primera deben tener un mínimo de 15 jugadoras profesionales,  la mayoría siguen siendo amateurs: en la Liga local sólo 5 de los 20 equipos de la categoría más competitiva tienen más de 20 jugadoras profesionales; y en lo que respecta al salario el sueldo mínimo, equivalente al de un futbolista de Primera C, es de $ 75 mil y se mantiene por debajo de la canasta básica.

Gabriela Previtera, es periodista deportiva de la TV Pública y será una de las encargadas de relatar lo que ocurra el Campo de Juego durante el Torneo. Indica que la participación del equipo argentino en la competencia es la confirmación de que se va por buen camino y que las jugadoras fueron escuchadas después del mundial de Francia 2019: “ significa que si se toman buenas decisiones, si hay un apoyo estructural, si se respetan los procesos de trabajo entendiendo que lo más importante es el aprendizaje, la conformación de un equipo y no la inmediatez de resultados, las cosas se pueden hacer bien y creo que es el mejor ejemplo para que todos los clubes empiecen a hacer sólidas esas bases, que refuercen el apoyo a las futbolistas y sobre todo, inviertan dinero y tiempo, para que los procesos se puedan llevar adelante”.

Otro punto fundamental es que Argentina logró la clasificación al Mundial de forma directa luego de conseguir el tercer puesto de la Copa América, al vencer 3-1 a Paraguay en el último partido. Justamente Marina Butrón, periodista de la Agencia Nacional de Noticias Télam que hará la cobertura de toda la competencia, expresa que “es súper importante que la Selección se haya clasificado para este Mundial y con mérito deportivo después de haberse subido al podio en la última Copa América. Es decir, sin tener que ir a repechaje como debió hacerlo antes de Francia 2019. Si bien Argentina está lejos del nivel y estructura de las potencias, participar de la Copa del Mundo y poder competir es fundamental para crecer”.

Por su parte Mónica Santino, ex jugadora de All Boys , directora técnica y  fundadora de la organización social, feminista y deportiva La Nuestra en la villa 31, quien estará cubriendo el mundial, no vacila en mostrar su entusiasmo: “siempre que esta por empezar un mundial es como abrir una caja de bombones: sabes que va a estar bueno, que es una caja de sorpresas, pero no sabés qué va a pasar”. Además subraya el orgullo enorme que genera el equipo argentino, en su cuarta participación mundialista, y sobre todo “las expectativas grandes de poder ganar el primer partido en un mundial, algo que no ocurrió nunca, pero en un contexto muy distinto al de otras copas como la de 2003 o la de 2007. Hoy hay un empuje social, hay otra visibilidad, y siempre la mano del movimiento de mujeres y feminismos en las calles”.

La tribuna llena y el apoyo de la gente

El viernes 14 de julio, días antes de subirse a los aviones de Aerolíneas Argentinas que la llevaría a Oceanía, la selección femenina de fútbol se despidió de su gente en la ciudad de San Nicolás de los Arroyos en un partido frente a Perú. La celebración arrancó con la emoción de las jugadoras mientras sonaba el Himno nacional y culminó con una goleada 4-0 gracias a los tantos de Mariana Larroquette, Estefanía Banini, Yamila Rodríguez y Camila Gómez Ares.  Más allá del contundente resultado, la fiesta se vivió fundamentalmente en las tribunas del estadio que desde temprano se llenaron de fanáticas, hinchas, familias y grupos de amigas. Miles de personas se movilizaron desde diferentes puntos del país para ir a alentar al equipo.

“Ese apoyo para una futbolista es inmenso – manifiesta Santino quien es ex jugadora y referente del fútbol femenino - yo recuerdo la selección de mi tiempo, que perdió un repechaje en cancha de Vélez contra México, y ese día en la cancha apenas estaban las familias de las jugadoras. Nosotras hacíamos un esfuerzo grande, sacábamos una revista ad honorem para difundir el fútbol femenino. En ese tiempo ninguna sabia el nombre de ninguna jugadora, y ahora vemos el entusiasmo de niñas pequeñas que piden la camiseta de Banini y se organizan para ir a San Nicolas a apoyar y despedir a la Selección antes  del mundial. Ahí tenes un cambio sustancial y eso para una futbolista es inmenso”.

 

Desde Buenos Aires, las Manijas, un equipo de mujeres con más de 8 años de antigüedad que además forman parte del equipo representativo de futsal de la Facultad de Sociales de la UBA, se organizaron para salir antes de sus trabajos o pedirse el día, y partieron al mediodía del viernes en 5 autos con destino a San Nicolas. En la ruta, entre mates, facturas y alguna latita de cerveza, compartieron anécdotas de fútbol y trataban de imaginarse qué sentirían las jugadoras al ver tanta cantidad de gente apoyándolas. Además, Pía, una de las delanteras del equipo, pudo compartir la experiencia con su hija Julu que tiene 9 años y también juega a la pelota desde muy chica. Una de las fotos de esa cancha fue justamente la emoción compartida por varias generaciones de mujeres que alguna vez soñaron con la gloria del fútbol.

 

“Cuando entramos a la cancha sentí que estábamos participando de uno de esos momentos que se cuentan a otras generaciones los domingos al mediodía”, relata Emilia. La primera sensación fue la de felicidad absoluta, orgullo, pero para muchas también el cuerpo siente cierta nostalgia por los deseos truncos: “pibas de 30 años, cómo mi generación, crecimos viendo jugar varones al fútbol y pensando que este deporte no era para nosotras. Si bien el fútbol femenino existe desde hace muchos años, no tenía la visibilidad y el espacio que  empezó a construir hace pocos años. La importancia de la representación hace que muchas mujeres puedan soñar con jugar un mundial. Ojalá tuviera 10 años para poder dedicarme a esto”, dice la delantera de las Manijas.

 

Además sostiene que la experiencia es parte de ser un colectivo de mujeres feministas atravesadas por cuestiones sociales que buscan participar de actividades, viajes y salidas para fortalecer un vínculo que luego se ve reflejado en la cancha: “decidimos organizar este viaje porque entendemos que es un momento histórico, muchas de nuestras luchas tienen que ver con buscar la equidad de los géneros y es, desde ahí, que no podemos pensarnos si no es en equipo”.

 

Analía, por otro lado, agrega que lo que está pasando con el equipo es un reconocimiento a todo el proceso que viene haciendo el seleccionado y a la vez colabora mucho a visibilizar el juego, las jugadoras y el proceso que atraviesan. Sobre el partido de despedida insiste que había que estar y acompañar: “las pibas necesitaban sentir que había un país que alentaba y jugaba con ellas. Acompañar es ser aceite en el engranaje de la máquina del reconocimiento, del mostrar, de ser presencia también. El fútbol femenino está en auge, y es ahora cuando hay que sostener esas luchas, porque todo se convierte en empujones para seguir. Eso tiene lo colectivo que te mueve, te contagia, te sube al tren sin que lo pienses demasiado. En lo colectivo es maravilloso, es ver que si uno organiza y contagia, se ve. Eso hicieron las jugadoras, contagiaron las ganas de alentarlas, de verlas. Lo colectivo te rescata, te salva, te contagia, te moviliza, te acompaña”.

 

Mariana, defensora y una de las líderes del equipo, cuenta que el viaje a San Nicolás surgió como un sueño y una decisión de estar ahí presentes para mostrarle a las jugadoras que tienen apoyo,  que no están solas, que su sueño es nuestro sueño también: “Como jugadora es una tremenda ilusión y un tremendo orgullo. En este deporte, al que no pude acceder en mi infancia por falta de espacios y censuras familiares e institucionales, ver a 22 mujeres que están cumpliendo este sueño me genera una emoción muy grande. Siento emoción y alivio de que las próximas generaciones van a tener cierta parte del camino más sencillo. Las mujeres podemos jugar al fútbol, puede ser una profesión, y se pueden lograr grandes cosas”.

 

Acerca del partido recuerda lo conmovedor que fue ver a todo el equipo cantando y alentando, que la gente supiera los nombres de los apellidos, y pensar cómo adaptar las canciones para que no se hable en masculino en las letras: “vimos todo lo que se pudo conseguir, estar ahí paradas viendo un partido de futbol femenino, ver cómo juegan y se emocionan las jugadoras, y mis compañeras de equipo. Fue como un gran mimo al corazón el darse cuenta que la lucha, los esfuerzos, las marchas, el practicar futbol como acto de rebeldía contra las estructuras machistas no es en vano y genera cambios”.

 

Lo primero que recupera Laura, una de las más nuevas del equipo, es la reconfortante sorpresa que fue llegar al acceso y encontrarse con una tribuna colmada en su capacidad: “fue emocionante ver a muchas familias a pesar del frío con el mate, cantando, sacando fotos y filmando. Ver muchísimas banderas de equipos de fútbol femenino, nenas con sus amiguitas y familiares , vernos a nosotras ahí con toda la alegría de ver a nuestras jugadoras previa al mundial. Me hizo sentir que es posible que el día de mañana sea común e igual ir a ver fútbol de mujeres que llenan canchas y traspasan emociones a todo un país, igual que los varones”.

 

En este sentido entiende lo trascendente que es este Mundial como espejo del sueño de las nuevas generaciones y rescata el valor de las representaciones, de la televisación, y de la profesionalización necesaria para cualquier atleta de alto rendimiento: “siempre me gustó la frase y no me canso de repetirla ‘no se puede ser lo que no se ve’, y estas pibas les están dando un gran ejemplo a un montón de nenas que hoy en día quieren jugar al fútbol  y pueden elegirlo y soñar con un día jugar un mundial”.

 “Lo que no se ve no existe”: visibilización y cobertura de los medios

Por una afortunada decisión política y estratégica del Gobierno Nacional de adquirir los derechos de transmisión, todos los partidos del conjunto nacional en la novena Copa del Mundo de fútbol femenino podrán seguirse en vivo y en directo por la TV Pública y llegarán a los hogares de todo el país. Al respeto Previtera reconoce que se trató de lo correcto “primero porque los medios públicos son los encargados de la televisación del torneo femenino local todo el año, y segundo porque es muy importante que la gente tenga acceso libre y gratuito para poder ver a un equipo argentino representándonos en el mundo”.

“Hay medios de comunicación que antes ni hablaban del torneo femenino de fútbol y ahora no solo han ido al predio de la AFA en Ezeiza a cubrir los últimos entrenamientos de la selección sino que, incluso, algunos van a cubrir el evento – destaca la periodista que va a estar haciendo comentarios el lunes en el partido debut - la difusión va a permitir que muchas nenas, adolescentes, mujeres sepan que esta disciplina existe, que hay escuelas formativas, clubes para que cualquiera pueda practicarlo, dedicarse a este deporte y que, incluso, puedan soñar con representar a la Argentina”.

Asimismo Santino subraya la importancia de la transmisión por el carácter federal e inclusivo de la política social y deportiva, teniendo en cuenta además que las ligas provinciales de fútbol femenino son muy importantes y la mayoría de las jugadoras no son de Buenos Aires, sino de diferentes provincias: “yo no sé si vamos a ganar un Mundial, es algo muy complejo ahora, pero si pienso que en 10 o 15 años vamos a estar discutiendo los lugares de importancia en el fútbol femenino. A esta selección le debemos el empuje, entrenar en el predio de AFA al igual que los varones y un montón de cambios que hemos visto a pesar de todo lo que falta”.

Sin desmerecer el peso relativo de los logros conseguidos en estos años, es indudable que todavía persisten estigmas sociales,  obstáculos concretas y una brecha de género enorme, y así lo enuncia Previtera: “a horas del arranque, hay muchos que ni saben que se va a disputar el Mundial Femenino de Fútbol con representación argentina. Es inevitable comparar la expectación que había con la selección masculina en la previa a Qatar. Te tiraban por la cabeza promociones para comprar televisores, sillones, parrillas, picadas, bebidas, hamburguesas, camisetas. En estos días casi no hay anuncios de la Copa del Mundo femenina, ni gigantografías en los carteles de la ciudad, tampoco hay cuentas regresivas en los portales web. Y como dijo Yamila Rodríguez, lamentablemente no ayuda ni el horario de los partidos, pero ojalá mucha gente se prenda a apoyar a estas futbolistas que van a dejar todo”.

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