Si el hincha argentino es pasional adentro y afuera de una cancha de fútbol, el de Boca Juniors supera cualquier tipo de expectativa, más aún cuando se trata de la Copa Libertadores. Cuando la pasión es más importante que los kilómetros y el dinero, la fe por ese trofeo tan ansiado que celebraron en seis oportunidades los moviliza más que nunca. La dirigencia comandada por Jorge Amor Ameal y Juan Román Riquelme está ante el logro más importante de su gestión, los fanáticos lo viven de esa manera y con toda la locura por salir campeones coparon Rio de Janeiro para vestirlo de "Azul y Oro".
Este sábado 4 de noviembre desde las 17:00 en el Estadio Maracaná, Boca se medirá ante el Fluminense en busca del torneo por el que tanto esperó. Los simpatizantes sueñan con una copa internacional para cortar la racha de 16 años -la última fue la Libertadores del 2007 de la mano de Miguel Ángel Russo- y vivieron varios momentos olvidables desde aquella consagración en adelante. En 2012 el verdugo fue Corinthians y en 2018 su rival de toda la vida, River Plate, por lo que tienen la espina de ganarla, levantar la séptima e igualar a Independiente como el máximo ganador del certamen. Esta vez, a final única, los hinchas harán una verdadera fiesta en el mítico recinto brasileño y esperan que se les cumpla el sueño.
El caso de Leandro Fortunato sin dudas fue uno de los más llamativos en las semanas previas a la final. El fanático que caminó -sin entrada en mano- desde Ingeniero Budge hasta Rio de Janeiro (más de 2.600 kilómetros) es el claro ejemplo de lo que significa la Copa para los "Xeneizes". A pesar de dejar de lado a sus afectos por perseguir su pasión, el simpatizante del elenco de la "Ribera" se ilusiona más que nunca. "Estamos acá y es lo más importante. Todavía no caigo dónde estoy", contó Leandro en diálogo con El Destape sobre su arribo a la ciudad brasileña, reveló que esperaba un milagro para conseguir un ticket para ingresar al estadio -ya lo tiene- y fue cauteloso con respecto al posible resultado.
Su arribo se dio el pasado lunes 30 de octubre por la noche y, como no podía ser de otra manera, se encontró con otras personas con las que comparte la alegría de estar ahí a horas del duelo del año. "Llegué el día del cumple del 'Diego' y me recibieron con gritos como '¡Dale campeón!' o '¡Llegaste!'. Esto despertó la intriga de los que estaban ahí y me reconocieron. Ahora estoy con compañeros de La Plata, Berisso, nos vimos por primera vez y parece que nos conocemos de hace 20 años", aseguró. A pesar de los malos momentos que vivió a lo largo de su odisea, Fortunato volvió a hablar con su familia y eso lo hace feliz. De hecho, hasta lo apodaron "Forest Gump", en honor al reconocido personaje de Tom Hanks.
Retomando el término "hincha de Boca", quedó más que demostrado que "Boca es pueblo" con los gestos que sus pares tuvieron con él. Es el caso de Gabriel "Chino" Torres, Claudio Fernández y el "Mago Eduardo", quienes lo recibieron amablemente y ayudaron ni bien puso un pie en Rio. Sin embargo, no sólo recibió apoyo en Brasil, sino que durante todo el camino varios se comunicaron con él y lo ayudaron. "Soy asmático, se me rompió el aparato y la gente de Boca colaboró para que pueda llegar sano y salvo. Somos el pueblo, así unidos porque Boca es una familia, un sentimiento inexplicable. Me siguieron como un hijo, todos los días me preguntaban cómo estaba".
Los hinchas de Boca que viajaron por sus propios medios por la ilusión de la séptima Copa Libertadores
Claro que, el de Leandro Fortunato es sólo un caso de las miles de almas que dirán presente en el Estadio Maracaná este sábado 4 de noviembre. Las señales de la séptima, los memes en las redes, las coincidencias con otras ediciones ganadas y la ilusión juegan un rol fundamental para los hinchas. Es por esto que muchos ni dudaron en hacer hasta lo imposible para llegar a Rio de Janeiro hasta algunos sin entrada. La mística boquense estuvo en toda la Copa y eso no se perdió: los penales como en la mejor época de Óscar Córdoba y el "Pato" Roberto Abbondanzieri estuvieron, el número 7 -por la séptima- por todos lados y la pasión incalculable de todos sus fanáticos no dejan de sorprender.
Otro de los simpatizantes que no perdió la oportunidad para viajar a Brasil fue Darío Chaile. En su caso no fue caminando, sino que se dirigió hacia la ciudad brasileña en bicicleta desde la localidad platense de Gonnet. Con más de 2.700 kilómetros por delante, el hincha fue con la misma ilusión que Leandro y otros miles que se trasladaron por otros medios. Peluquero de profesión, Darío no dejó de pedalear por la Copa Libertadores y se ilusiona con que los dirigidos por Jorge Almirón levanten el trofeo por séptima vez en la historia.