El triunfo político de Claudio "Chiqui" Tapia al frente de la Asociación del Fútbol Argentino, sumado al apoyo de la Conmebol y la FIFA; y al de los presidentes de las instituciones de Primera División y del ascenso del fútbol nacional le dieron un golpe de -casi- nocaut a Javier Milei en su pelea por la AFA. Es que, ahora, el Gobierno que conduce tiene que cambiar imprevistamente la hoja de ruta y lo que parecía una "batalla" más fácil todo cambió a una pelea de largo aliento en el que, el punto principal, es "ahogar a los clubes" para vencer por asfixia. Y por eso, ahora, oficializó en el Boletín Oficial la derogación de los beneficios impositivos que tenían los clubes.
La decisión se tomó a través del Decreto 939/202 y se estableció que los beneficios fiscales van a terminar dentro de seis meses luego de haberse publicado, este martes, en el Boletín Oficial. La publicación fue acompañada con un mensaje de Federico Sturzenegger, ministro de Desregulación, que sostiene: "El Gobierno considera que una parte esencial de la solución pasa por la incorporación de capitales privados al fútbol".
El gran deseo de Javier Milei es, sin duda, la intervención de la Asociación de Fútbol Argentino y, en este punto, el gran capital político que generó Chiqui Tapia a lo largo de este tiempo es la principal barrera para que eso ocurra. El apoyo de Conmebol, los -pequeños- gestos de Lionel Messi y, sobre todo, el apoyo de la FIFA fueron claves. El problema más grande tiene que ver con que si el Gobierno de Javier Milei hubiese sido el responsable de que Lionel Messi no juegue el próximo mundial producto de la suspensión o que, por ejemplo, Boca y River no sean parte de las próximas competencias internacionales, eso sería un golpe de nocaut instantáneo. Con esta situación, todo cambió.
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En la última charla que Milei tuvo con Franco Mercurialli en TN, el mandatario cambió rotundamente su discurso. Pasó de hablar de "intervención" a una "investigación" para tratar de descubrir -según sus palabras- "si hay algunas irregularidades" dentro de la Asociación de Fútbol Argentino. De hecho, también creó un "Comité" que busca la reformulación del régimen que actualmente está y, según sostiene el decreto, que busque "diagramar un sistema eficiente y sostenible". Allí marcan que habrá representantes del fútbol argentino: tanto de AFA como de los clubes.
Tras lo publicado por el Gobierno Nacional, el avance es en la quita de beneficios impositivos que fueron actualizados en los últimos meses del Gobierno de Alberto Fernández que, entre otras cosas, le entregaban algunas exenciones en el pago de carga sociales a futbolistas, miembros del cuerpo médico y empleados. Esto es parte de un plan asfixia a los clubes y, aunque parezca parte de un círculo vicioso, se transforma en una de las razones principales por las cuáles AFA avanza hacia el torneo de 30 equipos en la Primera División: necesita cuidar a los clubes más chicos. No obstante, en este plan de ahorcamiento a las instituciones ahí otro problema empieza a avanzar: las casas de apuestas que -ya de por sí- están inmiscuidas en el fútbol argentino y, ahora, con clubes pobres y desfinanciados tiene mayor margen de acción.
En este punto, uno de los grandes impactos que sintió el Gobierno fue el contundente rechazo del fútbol argentino en general a las Sociedades Anónimas Deportivas. El oficialismo intentó saca, hasta de prepo, una transformación cultural en el fútbol argentino, pero el rechazo de esta forma empresarial fue tan potente que no solo envalentonó a Chiqui Tapia, si no que también hizo disipar el avance del empresario Foster Gillett sobre Estudiantes de La Plata y Juan Sebastián Verón que, entre otras cosas, modificó la estrategia mediática. Por otro lado, en ese freno a los aires privatizadores, también se mostró Diego Milito. El candidato a presidente de Racing era buscado por el dispositivo gubernamental como otra posible punta de lanza a favor de las Sociedades Anónimas Deportivas, pero el exdelantero -que estará acompañado por el ex ministro de Mauricio Macri, Hernán Lacunza- fue tajante con sus definiciones.
De hecho, el último fin de semana, Diego Milito aseguró en una entrevista con Alejandro Wall en Tiempo Argentino que, para él, "no hay lugar para las SAD en el fútbol argentino. Yo creo absolutamente en las asociaciones civiles sin fines de lucro. Bien administradas, con cuadros profesionales. Tenemos un millón de casos de éxito en nuestro fútbol. Entonces, no hay lugar para las SAD". Es decir, en la búsqueda desesperada por las Sociedades Anónimas Deportivas, el único club que quedó del lado de la Libertad Avanza en esta batalla cultural fue Talleres de Córdoba, pero no en situación de club si no que en la presencia de Andrés Fassi.
De esta manera, el Gobierno de Milei -según dijo- tiene "una de las batallas más importantes a dar", pero lo cierto es que el propio presidente le está poniendo volumen a una disputa que, por el momento, no puede torcer, que está en el centro del corazón argentino y en la que ahora solo le quedó implementar el plan B: el ahogamiento a largo plazo.